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Reflexiones

Massa no logra contener el éxodo

“El último, que apague la luz”. La ironía de uno de los operadores del massismo en la provincia de Buenos Aires sonó a verdad fáctica, en medio de una sangría sin pausa de intendentes y referentes del interior del país que en las últimas horas dieron un portazo en el Frente Renovador.


“El último, que apague la luz”. La ironía de uno de los operadores del massismo en la provincia de Buenos Aires sonó a verdad fáctica, en medio de una sangría sin pausa de intendentes y referentes del interior del país que en las últimas horas dieron un portazo en el Frente Renovador.

Esa postal se materializó, por ejemplo, en la fuga de una decena de dirigentes desencantados, como Sandro Guzmán (Escobar), Gustavo Posse (San Isidro), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Darío Giustozzi (Almirante Brown), Joaquín de la Torre (San Miguel), José Eseverri (Olavarría), Mario Meoni (Junín) y Gabriel Katopodis (San Martín).

Pero el punto más alto de esta perfidia es la decisión de su jefe de campaña presidencial, Juan José Álvarez, de retornar a las fuentes y redireccionar su GPS hacia la campaña a intendente de Hurlingham del secretario administrativo del Senado nacional, Juanchi Zabaleta. Juanchi, que en 1995 trabajó por la candidatura a intendente de “Juanjo” Álvarez, enfrentará a Luis Acuña, del FR, que va por la reelección.

“Me fui por profundas diferencias con Sergio (Massa), y cuando uno tiene discrepancias, tiene que correrse”, recalcó.

En el armado electoral del otro lado de la General Paz, las cosas se pusieron difíciles este mes. En Catamarca, por caso, el operador del massismo en el NOA, el intendente de Catamarca, Raúl Jalil, anotó su pase a las filas del kirchnerismo, y no sólo ya se sabe que no enfrentará a la actual gobernadora Lucía Corpacci (va por la reelección), sino que se sumaría al FpV como candidato a vicegobernador.

Las posibilidades de Massa en Tucumán también parecen escurrírsele como arena entre los dedos desde la semana pasada. Allí, el tigrense pelea por no quedar afuera de la foto del acuerdo entre la UCR y el PRO por la candidatura a gobernador del diputado nacional José Cano, tras la decisión del precandidato a jefe comunal de San Miguel, Gerónimo Vargas Aignasse, de dar un portazo y competir en soledad por la intendencia de la Capital a causa de discrepancias con Cano.

En las próximas horas, en tanto, Massa se verá forzado a tachar otra potencial montaña de votos en el municipio bonaerense de Pilar. El actual intendente, Humberto Zúccaro, un vecinalista que se reconoció primero kirchnerista y massista después de las elecciones de 2013, tiene la balsa casi lista para partir hacia la orilla del sciolismo.

Avisó, de todos modos, que su decisión se conocerá a fin de mes, a la sombra del plazo límite para el cierre de listas.

Y si de arrastre de votos se trata, el portazo también del jefe comunal de Merlo, Raúl Othacehé, marca un punto casi sin retorno para las chances presidenciales de Massa.

La pérdida de estos respaldos en el conurbano bonaerense –propulsores de las probabilidades de triunfo para cualquier aspirante tanto a la gobernación como a la Presidencia–, así como los frustrados acuerdos en otras provincias, son consecuencia de una serie de tensiones internas en un espacio que no logra asegurar a sus aspirantes un triunfo en sus distritos de la mano de los malos augurios de las encuestas.

Esa señal pareció visualizar a tiempo el gobernador de Río Negro y candidato a la reelección, el frentegrandista Alberto Weretilneck, que al año pasado blanqueó su simpatía con Massa. El rionegrino pagó por aquella decisión –fundamentada en su intransigencia a rivalizar dentro del kirchnerismo con el senador Miguel Pichetto– la pérdida de una docena de funcionarios, incluidos dos ministros y varios intendentes disconformes con su pase al massismo.

Pero esta semana advirtió, al patear el tablero opositor: “Si ganamos en Río Negro, no va a ganar ningún candidato a presidente”. En Chubut, en tanto, Mario das Neves analiza llevar a Massa, pero también al presidenciable del FpV, Daniel Scioli.

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