Familiares de Franco Casco, el joven de 20 años que fue visto por última vez en la comisaría 7ª de Rosario, cuyo cuerpo apareció flotando en el río Paraná hace un año, realizaron una marcha en la puerta de la sede local de Gobernación.
Junto a familiares de otras víctimas de gatillo fácil, el padre del joven leyó una carta en la cual recordó sus sentimientos y pensamientos tras conocer la noticia del hallazgo del cuerpo de Franco.
“Lo soñaba todos los días; un día soñé que había estado perdido y regresaba a casa, ese día estuve todo el tiempo pensando que ese sueño había sido real, que no era un sueño, que Franco había vuelto”, leyó Ramón, visiblemente emocionado, acompañado de su esposa Elsa y familiares y amigos de otras víctimas de gatillo fácil. Luego, pidió el esclarecimiento del hecho y que los autores del asesinato de su hijo sean detenidos y condenados.
Luego, representantes de agrupaciones sociales y políticas, marcharon hasta la puerta de los Tribunales Federales, ubicado en bulevar Oroño al 900, donde volvieron a reclamar justicia.
Franco Casco, de 20 años, desapareció la noche del 6 de octubre de 2014. Debía tomar un tren para volver a su casa de la localidad bonaerense de Florencio Varela, luego de pasar unos días en Rosario, pero nunca llegó a abordarlo. Sus familiares lo buscaron durante días y, tras una semana de incertidumbre, se enteraron de que había pasado algunas horas detenido en la comisaría 7ª, último lugar donde fue visto con vida.
Los uniformados aseguraron en su momento que Franco había sido puesto en libertad; pero esta versión le resultó sospechosa a la familia Casco, y decidieron realizar la denuncia ante el fiscal Guillermo Apanowicz quien según señaló Elsa Godoy –madre del joven– no les prestó atención.
“La Justicia provincial no realizó ninguna investigación; no citó a nadie a declarar y sólo se remitió a hacer una averiguación de paradero” explicó un allegado a la familia sobre el momento inicial de la causa, que luego pasó al fuero federal, publicó este diario en junio pasado.
El 30 de octubre, cuando el reclamo de la familia había movilizado a organizaciones sociales, el cuerpo de Franco apareció flotando en el río Paraná, a la altura del Parque España.
Meses más tarde, el caso pasó al fuero federal y comenzó a investigarse como desaparición forzada de persona, expediente en el que la familia de Franco se constituyó como querellante, a través tres abogados: uno por la madre, otro por el padre y el restante por Thiago, hijo de 3 años de Casco.
Comentarios