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Dos caras

Marcado por la irregularidad

Si bien está octavo con 17 puntos, y con chances de sumar los tres frente a Arsenal, el equipo tuvo muchos altibajos.


Irregularidad. Esa es la palabra que resume el andar de Newell’s en el primer tercio del campeonato. La campaña no es mala desde lo numérico: tiene 17 unidades y está octavo a siete de los punteros, con chances concretas de llegar a los 20 puntos si la AFA falla a su favor por la mala inclusión de Leandro Godoy, volante de Arsenal. Sin embargo, los altibajos del equipo han llamado demasiado la atención, sobre todo por la diferencia de rendimiento como local y fuera del Parque.

Además, Américo Gallego ha desterrado el 4-3-3 como esquema inamovible, pero no “instaló” ninguno a punto tal que el equipo ha cambiado permanentemente de dibujo táctico: 4-2-3-1, 3-5-2, 4-1-4-1 y 4-4-2.

Es cierto que cuando parecía haber encontrado el equipo (repitió formación ante Vélez, Crucero del Norte y Sarmiento), aparecieron distintas situaciones que lo obligaron a meter mano en el equipo. Sobre todo debido a la racha de lesiones que sigue acarreando el plantel leproso desde el año pasado y que en este torneo afectaron, entre otros, a Víctor López, Diego Mateo, Hernán Bernardello, Hernán Villalba, Víctor Figueroa, Ignacio Scocco, Mauricio Tevez y Ezequiel Ponce.

Después de un duro arranque frente a Independiente, Newell’s se mantuvo cinco fechas sin perder con tres triunfos y dos empates, aunque el rendimiento nunca fue del todo convincente. Y después de un buen partido ante Quilmes, que se lo empataron en el 1-1 en el final, la Lepra tuvo sus peores rendimientos ante Belgrano de Córdoba y Arsenal en Sarandí, con sendas derrotas que calaron duro en el ánimo del plantel. Sin embargo, de ambas caídas se repuso con buenos triunfos en casa ante Unión y Godoy Cruz.

Esos cambios tan abruptos generaron la reacción de Gallego, que luego de la derrota ante Arsenal cuestionó la actitud de sus dirigidos. Y también muchas críticas por parte de los hinchas sobre la actualidad de ciertos futbolistas, que muestran un nivel muy lejano al que alguna vez tuvieron.

El desafío de Gallego está en que el equipo adopte una identidad más definida y deje de lado las buenas intenciones. Y que logre, de una vez, conseguir la regularidad necesaria para transformarse en el protagonista que pretende ser.

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