Espectáculos

Los dorados 80, diseccionados

Fernando Noy y Federico Irazábal analizan los años del Parakultural y se presenta una performance basada en textos de la época. Miércoles y jueves, desde las 20, en el CEC, con entrada gratis.


Un clásico de esta época del año, las Jornadas de Poéticas Teatrales que organiza la Escuela Provincial de Teatro y Títeres N° 5029, se desplegará miércoles y jueves, desde las 20, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Paseo de las Artes y el río), con entrada libre y gratuita. La 11ª edición de este encuentro que, tanto desde lo temático como desde lo estético, suele abordar una poética en particular ya sea de una época, un movimiento o bien de uno o más autores, estará dedicada en 2014 al teatro “under” de los años 80, un tiempo en el que la escena argentina (en particular la porteña) rompió lanzas con los dogmas imperantes, y sobre todo, después de 1983, en contraposición con lo acontecido en la última dictadura cívico-militar.
Así, bajo el genérico Los 80, esos raros peinados nuevos, las jornadas ofrecerán un recital poético y charla de Fernando Noy, referente porteño de ese singular momento que atraviesa la post dictadura y que llega hasta finales de la década, y un montaje teatral con más de 60 actores en escena, entre alumnos y ex alumnos de la escuela.
La charla de Noy, poeta y dramaturgo referencial de la época del Parakultural y de fuerte vínculo con Rosario por aquellos años, estará coordinada por el crítico teatral, periodista e investigador porteño Federico Irazábal (ver aparte), y tendrá lugar hoy desde las 20. Por su parte, a partir de las 21.30, Noy presentará en Rosario Sofoco, su primer libro de relatos (ver aparte).
Las jornadas continuarán mañana, también desde las 20, con la presentación de escenas a modo de relato escénico recopilatorio de espectáculos o textos que marcaron un quiebre en aquellos años.
Las jornadas comenzaron a gestarse en junio con la selección de los cuatro coordinadores y ex alumnos: Natalia Dean, Melisa Martyniuk, Cristhian Andrés Ledesma y Fabricio Del Torre, quienes investigaron las experiencias de aquella década y luego buscaron volcar ese tránsito en el trabajo con los alumnos. “Fue un proceso muy intenso; nos centramos en el cuerpo como soporte de lo artístico, un cuerpo atravesado por lo político, espacio de disfrute y encuentro colectivo”, expresaron.
“El objetivo es homenajear el arte argentino de la recuperación de la democracia, aquello que se comprendió como «primavera alfonsinista». El teatro del Parakultural, el del Centro Cultural Ricardo Rojas y Cemento, entre otros ámbitos que fueron referenciales”, adelantó el crítico teatral Federico Irazábal a modo de coordenadas de lo que será el comienzo, hoy, de las jornadas, al tiempo que agregó: “Nombres como Humberto Tortonese, Alejandro Urdapilleta, Batato Barea, Las Gambas al Ajillo o Los Melli atravesarán ese recorrido. Es un momento muy particular en el que los jóvenes de aquellos años se encontraban en un contexto de libertad luego de una adolescencia o juventud plagada de oscuridad y muerte. Por eso vamos a compartir ese diálogo con Fernando Noy, una de las voces protagónicas de aquel momento, que va a revivir todo ese contexto histórico y esa estética. Noy va a contar cómo era producir en aquel entonces, cómo eran sus amigos y, por sobre todo, va a recitar textos de Urdapilleta y propios que permitan a los jóvenes comprender de algún modo toda esa efervescencia creativa, esa locura, ese hermoso delirio”.
Acerca de porqué los 80 tienen, a partir de lo ideológico, es decir la vuelta de la democracia, un correlato en lo estético casi inédito en el teatro argentino, Irazábal analizó: “Ese será uno de los puntos que buscaremos desandar junto con Noy, pero seguramente será parte del debate. Para mí lo importante de aquel teatro es la recuperación del cuerpo en un contexto de 30 mil cuerpos desaparecidos. Ellos pusieron en escena un cuerpo descarnado, atravesado de violencia, de parodia, y fundamentalmente desprovisto de palabras. Entendían que la palabra había sido la generadora del horror de los 70 y la desarticularon, lo que luego se denominó «tiranía del texto», y jugaron con la improvisación. Evitaron que la escena se fije y se repita noche tras noche. Por eso, los 80 son movimiento, vitalidad y también, por qué no, pulsión de muerte. Se venía de donde se venía, eso era irremediable. Creo que ahí es donde está el punto más importante: la reaparición del cuerpo en la escena en un contexto de cuerpos ausentes”.
Por su parte Noy, actor, performance, poeta y dramaturgo, que en su formación, previa a los 80, aparecen las marcas del Instituto Di Tella y sus años de exilio en Brasil, adelantó: “Voy a abordar con un video y charla-coloquio junto a Federico los tiempos en que nacía el Parakultural y otros espacios no convencionales como Cemento. La palabra underground comenzaba a tener por esos años cierta resonancia aunque nosotros la rebautizábamos como «el engrudo». Y en ese pastiche o masa verbal están todos los que hicieron la gran mutación de los 80 hasta ahora: Batato Barea, Urdapilleta, Tortonese y una innumerable galería de verdaderos creadores para siempre presentes”. Y agregó: “Al mismo tiempo, aparece el intenso tránsito poético llevado a escena con voces comos las de Alejandra Pizarnik, Marosa di Giorgio, la brasileña Adélia Prado y los textos de los propios ejecutantes como «La Carancha», «Alfonsina y el mal», “Las Coperas» y tantos otros que son imposibles de enumerar. Son textos nuestros y de Néstor Perlongher, entre otra galería de poetas que suplantaban la típica morcilla del payaso para definirse en una nueva dimensión denominada «clown literario», para los medios de esa época cercana e inolvidable”.

Retrato de “Dorian Noy”

Este miércoles, a las 21.30, en el marco de las Jornadas de Poéticas Teatrales, Fernando Noy presentará en el Vinilo Café del CEC Sofoco, su primer libro de relatos, con las lecturas de Andrea Fiorino, Cristina Prates, Gladys Temporelli y Diego Ullúa. Se trata de un puñado de siete cuentos eróticos “escritos con saliva, sudor y lágrimas”, según las palabras del autor, quien narra en primera persona memorias que hacen foco en el cuerpo y en la educación “semental”.
Editado por Mansalva, Noy suma una cuota original a la arraigada tradición de Copi y Perlongher para revelar un universo que hace culto literario al encuentro entre “el chongo y la musa”, el vértigo de la juventud, las ansias eternas de placer y los furtivos y clandestinos amores que logran, según el poeta, “desatar ese nudo de deseo que crece en la garganta”.
Escribe Liliana Viola en el prólogo del libro: “Retrato de un Noy adolescente, pero también «Retrato de Dorian Noy», estos siente cuentos escritos en primerísima persona son la más perfecta expresión de un subgénero degenerado y personal: la autobiografía fetichista, una memoria alevosamente parcial que hace foco exclusivo en el ansia, en una sola parte del cuerpo y en un único acto que es, sin equívocos, carnal”.

 

Federico Irazábal

Federico Irazábal es crítico e investigador teatral y docente universitario de vasta trayectoria tanto en el país como  en el exterior. Licenciado en Artes Combinadas por la Universidad de Buenos Aires, publica habitualmente artículos en el diario La Nación. También se desempeñó en medios radiales y televisivos, es codirector de la revista Funámbulos, ha sido jurado en diferentes premios vinculados al teatro, y publicado los libros El giro político. Una introducción al teatro político en el marco de las teorías débiles (debilitadas) (Biblos) y Por una crítica deseante (Editorial INteatro).

 

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