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Zona noroeste

Lo acribillan dentro del auto frente a su mujer y tres hijos

Recibió diez disparos mientras conducía una Kangoo junto a su familia. Dos motociclistas gatillaron y huyeron.


A Leandro Maciel lo mataron a sangre fría, delante de su mujer, Soraya, y sus hijos. Anteanoche dos sicarios en moto le cortaron el paso de su furgón y le gatillaron una decena de plomos. Él intentó reaccionar; manoteó como pudo el picaporte de su vehículo y bajó a la calle –tal vez para preservar a su familia–; pero ni bien puso un pie en el asfalto se desvaneció. Sus verdugos lo vieron caer al piso y pudieron observar cómo su pareja corría a socorrerlo; luego huyeron de la escena del crimen. Hasta anoche los investigadores no lograban comprender el motivo del asesinato, ni tenían datos para dar con los autores del hecho.

Soraya le explicó al fiscal de Homicidios Dolosos Florentino Malaponte que era algo rutinario: todos los días después de la cena con su marido cargaban a sus hijos, una nena de 12 años y dos nenes de 5, en una Renault Kangoo color bordó y salían a pasear por la ciudad.

En eso estaban anteanoche, unos minutos después de las 23. Iban por Donado hacia el norte. Ya habían cruzado Ayala Gauna cuando dos muchachos que se movían en una Honda Twister se pusieron a la par del furgón, a la altura de la ventanilla del conductor, y le dispararon varias veces a Leandro con una pistola 9 milímetros. Él siguió manejando casi 100 metros hasta que detuvo su utilitario 20 metros antes de la intersección con Martínez Estrada.

“El tipo bajó del auto, puso un pie en el cantero que divide las dos manos de Donado y se cayó al piso”, señaló una vecina de la zona.

A los gritos, Soraya bajó del auto y pidió auxilio a la gente de la zona, mientras sostenía entre los brazos el cuerpo de su pareja, que se iba apagando de a poco. Un hombre que vive cerca del lugar donde cayó desvanecido el baleado subió a Leandro a la Kangoo, se puso al volante del vehículo y lo llevó hasta el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Pero la víctima no sobrevivió al viaje. Según un testigo, los policías de Comando Radioeléctrico que llegaron a calle Donado minutos después de los tiros se negaron a escoltar al Renault bordó hasta el centro de salud.

De acuerdo con los que explicó Malaponte ayer en conferencia de prensa, el cuerpo de Leandro Maciel presentaba al menos 10 heridas de bala. En la escena del crimen el investigador encontró algunos casquillos de bala; y no mucho más. Ninguna de las casas vecinas cuenta con sistemas de videovigilancia y la Municipalidad no cuenta con cámaras de seguridad en la zona.

Los pesquisas del caso descartaron de plano que el homicidio haya estado enmarcado en un robo. La forma de proceder de los sicarios –seguir a la víctima, atacarla y luego tomarse el tiempo de confirmar que habían cumplido con su cometido, observando al baleado desvanecerse sobre la calle– centran la investigación en un asesinato de tintes mafiosos; pero, según lo que explicaron, no cuentan con elementos para vincularlo con los autores intelectuales o materiales. Durante la mañana de ayer circuló la información de que Leandro estuvo relacionado con un asesinato tiempo atrás; pero este dato fue descartado por fuentes del Ministerio Público de la Acusación. A su vez, de acuerdo con lo que explicó Soraya, Leandro era empleado de una empresa de seguridad y no tenía problemas con nadie. “Sólo tiene antecedentes en un tribunal de faltas”, explicó Malaponte.

Una fuente del caso deslizó la posibilidad de que la balacera pudo estar relacionada con viejos negocios de un familiar de la víctima.

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