Por Miguel Passarini
Lo que empezó como una posible “escapada” de clases terminó, con el paso del tiempo, como una gran pasión. Hay en el teatro de Rosario un espacio que se convirtió en un emblemático semillero y como tal, abrió las puertas de los escenarios locales a un par de generaciones de teatristas. Se trata del Complejo Educativo Nº 394 Dr. Francisco de Gurruchaga, que pone en marcha el Primer Festival de Teatro del Semillero, que tendrá lugar todos los viernes de septiembre y el primer viernes de octubre, a las 21, en su Centro Cultural de Catamarca 3450.
Desde 1990, la Gurruchaga, como se la conoce en el medio, realiza una experiencia educativa inédita con la incorporación del teatro en sus planes de estudio. De este modo, los alumnos, al llegar a la última instancia de la escuela secundaria, después de varios años de formación, culminan su recorrido con el montaje de obras teatrales de las más diversas dramaturgias y estéticas. Muchos de ellos integran, al mismo tiempo, el Elenco Estable de Teatro de la Gurruchaga creado en los inicios de los 90 por la profesora y directora teatral local Marisa Busso, con participaciones y premios en diversos festivales.
Casi un cuarto de siglo después, son numerosos los egresados que se han insertado en diferentes campos dentro de la actividad teatral profesional de la ciudad y del resto del país. Por iniciativa de parte de esos mismos ex alumnos, se pone en marcha ahora el Festival de Teatro del Semillero, “una iniciativa que, a partir de esta primera convocatoria, esperamos que se pueda institucionalizar y repetir año tras año, porque es un poco volver a nuestra casa”, adelantó el actor Lautaro Lamas, quien protagoniza Aire puro (en el viento), con dirección de Severo Callaci (otro ex alumno de la misma escuela), que será la encargada de dar el puntapié inicial al ciclo este viernes 6, a las 21. El evento continuará el viernes 13, con Amarillo Van Gogh, bajo la dirección de Federico De Battista, para seguir, el 20, con Telarañas, dirigida por Malén Meazza; el 27, con ADN Antes de nacer, de Paula Juárez, y cerrar el 4 de octubre con Balada de la novia muerta, un estreno del Elenco de la Gurruchaga, con dirección de Pablo Coppa, actual coordinador general del proyecto y docente de teatro de la escuela.
“Este proyecto surgió por una iniciativa nuestra, somos un grupo de ex alumnos que nos llegamos a la Gurruchaga con la idea de proponer mostrar allí nuestras obras, y fue Pablo Coppa, quien además de docente de teatro y quien lleva esta materia de carácter curricular, es director del Elenco Estable, quien nos propuso hacer un festival. La idea era mostrar Aire puro (en el viento) en los colegios secundarios, un proyecto que tenemos desde el estreno con el director Severo Callaci, egresado de la misma escuela. Pero Pablo nos redobló la apuesta y aquí estamos, todos felices de volver”, relató el actor Lautaro Lamas, quien agregó: “Nos comentó de otros compañeros que también querían ir con sus obras a la escuela, y de este modo surgió la idea de un ciclo de obras de ex alumnos, todos juntos dentro de un festival que ojalá podamos sostener en el tiempo y al que podamos sumar compañeros que están por el país y por el mundo que en algún momento pasaron por la escuela”.
Respecto del importante aporte que ha hecho la Gurruchaga tanto desde la inclusión de la materia Teatro dentro de la currícula, un hecho que en los últimos años han comenzado a imitar otros establecimientos educativos, como desde el incentivo que implica la creación de un elenco propio, Lamas expresó: “El paso por la escuela nos abrió una puerta maravillosa; en lo personal, hasta que entré en la Gurruchaga nunca había visto una obra de teatro, y mucho menos había hecho un taller. Marisa Busso (referente del Movimiento de Teatro Popular en la ciudad e integrante del grupo del Centro de Estudios Teatrales) era por aquellos años la docente de la materia teatro, y fue ella la que nos invitó a integrarnos a este juego maravilloso. Fue todo un gran descubrimiento, porque ya en tercer año, ingresar al Elenco Estable era un acontecimiento importante pero también, y lo digo a modo anecdótico, una posibilidad de poder zafar de horas de clase. Al final, pasábamos muchas más horas en la escuela entre lecturas, entrenamiento y ensayos; por entonces, el Centro Cultural de la Gurruchaga era nuestra segunda casa, un espacio genial de contención en un momento complicado de la adolescencia. Y ni hablar de la posibilidad de vincularse con el arte queimplica el teatro, algo que muchos de nosotros abrazamos de una vez y para siempre”.
“Aire puro en el viento”
Un hombre se despierta en un umbral y comienza a contar su sueño que lo lleva a recordar su infancia, su historia familiar y su juventud. Luego se entrelazan los tiempos, lo real y lo sobrenatural. Se trata de la vida de Dionisio Luna, el protagonista de Aire puro (en el viento), de Lautaro Lamas, con dirección de Severo Callaci, obra encargada de abrir el viernes, a las 21, la programación del Festival del Semillero. El personaje, un típico “croto” de las grandes ciudades, atraviesa su vida de casado, su abandono del hogar y del mundo y su aventura iniciática en un recorrido sureño que será, finalmente, su gran viaje interior.
“Amarillo Van Gogh”
Amarillo Van Gogh, que se presentará en la Gurruchaga el viernes 13, a las 21, se revela como un homenaje a este artista que fue incomprendido, condenado por la sociedad de su época, pero que, gracias a su resistencia y a su incondicional dedicación, logró ser reconocido luego de su muerte y transmitir su pasión por la vida y por el arte. Relato en primera persona que reconstruye las últimas horas de vida de Van Gogh, entre el disparo, la agonía y la muerte, este artista recorre cuatro de sus pinturas fundamentales. La obra cuenta con la actuación de Esteban Cavallero, bajo la dirección de Federico De Battista.
“Telarañas”
Telarañas, un clásico de la dramaturgia nacional de Eduardo Pavlovsky escrito y estrenado a fines de la década del 70 que se presentará el viernes 20, llega al Festival del Semillero de la mano de un grupo de trabajo que comanda Malén Meazza, con las actuaciones de Julia Tarditti, Federico De Battista y Nicolás Palma. La obra, una producción del grupo Dedoenelojo, si bien en el momento de su estreno, en 1977, hablaba metafóricamente, a partir de una familia, de la destrucción de un país frente a los embates de la dictadura, hoy, desde la adaptación propuesta, está hablando de lo que dejaron los años 90.
Espacio mágico
“El teatro como materia se tendría que extender de una buena vez a todos los colegios del país –expresó Lamas–. Es una instancia maravillosa, un espacio mágico, yo mando a mis hijos a la Gurruchaga porque estoy convencido de lo que esa escuela tiene para ofrecer. Es un espacio donde se respira arte y libertad, por eso invitamos a todos a que vuelvan y también a que vean que se puede hacer teatro después de la Gurruchaga e incluso vivir de esta gran pasión que compartimos todos nosotros”.
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