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Las víctimas invisibles de Malvinas

Pueblos originarios. Los llevaron de prepo en 1833. También en 1982, y de regreso volvieron a ser discriminados.


malvinas

Las islas Malvinas, de cuya invasión por parte de los ingleses se cumple hoy 180 años, resultaron un escenario en el que pueblos originarios del territorio continental argentino fueron utilizados primero por los británicos para poblar el archipiélago, en el siglo XIX, y luego por la última dictadura cívico-militar para combatir en la guerra de 1982, dos hechos que quedaron invisibilizados por la historia.

Pese a ser una tierra sin población originaria, el vínculo entre algunos pueblos indígenas y las Malvinas se remonta al siglo XIX, cuando algunos yámanas que habían sido capturados en Tierra del Fuego por expediciones británicas fueron enviados al archipiélago para justificar la instalación de una misión anglicana.

Ocurrió al año siguiente de la usurpación británica del archipiélago, cuando  una embarcación en la que viajaba Charles Darwin desembarcó a varios yámanas en una misión instalada en la isla malvinense de Kapel con la finalidad de evangelizarlos y enseñarles inglés para que actuaran como intérpretes.

Casi 150 años después de que estos originarios fueran utilizados como punta de lanza para poblar las islas, otro Estado, esta vez el argentino en manos de la dictadura cívico-militar, reclutó a wichís, tobas (qom) y mocovíes para enviarlos a una guerra cuyo pretendido objetivo era la recuperación de la soberanía argentina.

“Yo estaba esperando la baja del servicio militar cuando nos mandan nuevamente a la instrucción. Nosotros preguntábamos por qué se demoraba nuestra baja y nadie nos respondía”, recordó Eugenio Leiva, ex combatiente de Malvinas e integrante del pueblo qom.

Leiva contó: “Un día nos subieron a un avión y cuando bajamos estábamos en un territorio muy frío. Al llegar a las islas nos dijeron que estábamos en guerra. Nosotros nos reímos, pensando que se trataba de una broma”.

Leiva recordó que mientras estuvieron en Malvinas, aunque  fueron “víctimas de torturas y vejaciones por parte de oficiales y suboficiales”, como otros soldados, no sintieron discriminación.

Pero terminada la guerra, de regreso a sus tierras y tras constituir una organización de ex combatientes en Chaco, sí reapareció esta situación

“Con el tiempo empezamos a ver que los que éramos originarios nunca recibíamos las ayudas que mandaba el Estado, nunca se nos avisaba cuando se armaban los grupos para viajar y nosotros tenemos el mismo derecho porque defendimos a las islas con el corazón”, aseguró Leiva.

“Chaco y Corrientes son las provincias que más combatientes aportaron a la guerra. Llevamos identificados sólo 28 de pueblos originarios pero debe haber muchísimos más”, precisó por su parte Juan Chico, integrante del pueblo qom y presidente de la Coordinadora Audiovisual Indígena de la Argentina (Caia).

Chico, quien colabora con Leiva en la construcción de esta comisión, lleva más de tres años investigando sobre los ex combatientes que pertenecen a pueblos originarios.

“Primero costó mucho que hablaran. Pero de a poco se fueron animando y comenzamos a reconstruir las historias. Incluso tenemos el caso de un hombre mocoví que nos contó que su hijo fue a la guerra, nunca regresó y nadie le dio una respuesta”, detalló.

La lucha, siempre presente

“No sólo queremos contar que participamos en esa lucha de Malvinas, que la llevamos en el corazón, sino también defender hoy nuestros territorios, que muchas veces se ven amenazados por estafadores que intentan sacarnos las tierras a cambio de monedas”.

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