Más de 500 evacuados y barrios anegados por completo fue el saldo que dejó en la capital provincial un nuevo temporal registrado ayer, a menos de una semana de las lluvias intensas que causaron efectos similares. También hubo evacuados y rutas cortadas en otras localidades del interior, como Coronda y Esperanza, pero desde el gobierno provincial avisaron que no hay riesgo de desborde del río Salado.
A menos de una semana del temporal que inundó varios barrios de Santa Fe, volvió a llover y se repitieron los problemas vinculados con el sistema de desagües, que no dio abasto para escurrir los 100 milímetros caídos entre la madrugada y el mediodía.
El gobernador Antonio Bonfatti señaló que en los últimos siete días cayeron más de 500 milímetros en la zona centro “lo que para gran parte de la provincia de Santa Fe significa que en una semana llovió la mitad de lo que llueve en todo el año”. Y aseguró que no se prevé un desborde del río Salado y que la situación es mucho menos compleja que la del año pasado, cuando se registró la última crecida.
“Hoy el Salado trae 800 metros cúbicos por segundo, mientras que en marzo del año pasado, cuando se registró la tercera crecida histórica, corría a 1.600 metros cúbicos por segundo”, señaló el gobernador, al tiempo que informó que desde hace 20 días que se está monitoreando el comportamiento del río en forma permanente.
Los principales problemas se registraron en la ciudad de Santa Fe. El intendente José Corral dispuso 46 cuadrillas municipales para atender los reclamos. Señaló que las estaciones de bombeo “funcionan a pleno” y que “los reservorios están trabajando todos encausados, lo que quiere decir que ninguno fue desbordado”, no obstante lo cual se inundaron varios barrios del norte de la ciudad, donde la falta de desagües troncales volvió a quedar en evidencia. La semana pasada, Corral había admitido que hacen falta construir tres desagües y reclamó fondos a la provincia y a la Nación.
Por decreto municipal, se suspendió el transporte público de pasajeros y todas las actividades públicas y privadas. La Universidad Nacional del Litoral también suspendió sus actividades y el Centro Comercial adhirió a la situación de emergencia. La Corte Suprema de Justicia resolvió suspender los términos procesales en la Circunscripción Judicial Nº 1, ante la imposibilidad de trasladarse por la ciudad. Anoche, al cierre de esta edición, el municipio informó que hoy se retomarán las actividades en la ciudad, incluyendo el dictado de clases, y que no hay ningún edificio escolar anegado.
La lluvia acumulada durante la última semana en la capital provincial fueron 383,5 milímetros. Ante la intensidad del temporal de ayer, que tuvo su pico durante la mañana, 120 familias (526 personas en total) fueron evacuadas de los barrios Pompeya, Villa Teresa, Juventud del Norte, Yapeyú, Scarafía, El Bañado y La Ranita. Para los evacuados, el municipio destinó seis refugios en el norte de la ciudad, donde reciben asistencia social, alimentos y abrigo.
El gobernador Bonfatti dijo ayer en conferencia de prensa: “Evaluamos la situación con especial atención y en contacto permanente con los municipios y comunas para coordinar tareas, en particular en la ciudad de Santa Fe y su área metropolitana”.
El mandatario descartó una declaración de emergencia: “Es una medida que no marca un antes y un después porque estamos en permanente alerta, recorriendo la provincia, con todos los ministerios a disposición de los intendentes y presidentes de comunas.
Hubo unas cuarenta denuncias por caídas de árboles y ramas en Rosario
La madrugada de ayer estuvo atravesada por un continuado de truenos y rayos que terminaron derivando en una moderada lluvia con algunas ráfagas de fuertes vientos en Rosario.
“La mayor parte del agua cayó entre las 4.30 y las 9 de la mañana, unos 35,5 milímetros. Después, a lo largo del día se sumaron algunos milímetros más. En total tenemos unas cuarenta denuncias por árboles y ramas caídas”, contó Gonzalo Ratner, subdirector del Centro de Operaciones de Emergencia municipal.
“Hubo algunos anegamientos temporales, principalmente por bocas de tormenta tapadas, pero sin mayores consecuencias. Los cauces de agua y canales están siendo constantemente monitoreados con sensores automáticos y también por recorridos visuales. La ciudad no está en riesgo”, añadió el funcionario.
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