Miguel Torres del Sel nació en Santa Fe el 3 de julio de 1957, proveniente de una familia peronista. Profesor de educación física, la vida lo hizo exitoso a través de Midachi, nombre registrado como símbolo de calidad en el humor argentino. Su vida cambió vertiginosamente a partir de diciembre de 2010, cuando Mauricio Macri le propone ser candidato por el PRO a gobernador en su provincia. Acepta este desafío el 25 de febrero de 2011. La vida no dejaría de darle sorpresas. No sólo a él. Antonio Bonfatti le ganó sólo por tres puntos. Luego encabezó la lista de diputados nacionales asumiendo el 10 de diciembre de 2013. En marzo de este año me dijo que dejaría su banca de diputado para esta vez lograr ser gobernador de Santa Fe. Conversé extensamente tocando los temas clave para nuestra provincia. Sobre el tema inseguridad, que es “el” problema en Santa Fe, me dijo: “Claudio Zapata, este santafesino que es jefe de la Metropolitana, con un grupo de comisarios me están asesorando. Hay una camada de gente nueva en la policía que no está contaminada, que tiene que tomar la posta; deben ganar bien, tener los elementos para reprimir, para investigar, y devolver de esta forma el respeto a la fuerza. Esto va a llevar mucho tiempo y es un tema a resolver entre todos. La Justicia deberá hacer cumplir la ley. Al que detiene, al que cometa faltas, el que robe, mate, viole, lo tendrá que pagar en la cárcel y que cumpla la pena. Debemos terminar con el lobby de abogados que sacan presos, tapan causas y borran pruebas y los delincuentes vuelven a la calle al rato. Otro tema es dónde vive la policía, en general tiene un ladrón enfrente de su casa. Por eso voy a realizar un plan de viviendas para la familia policial. Quiero una policía preparada, profesional, que actúe y dé el ejemplo”.
Le consulté sobre el cambio que realizó el gobernador Bonfatti en la Secretaría de Seguridad Pública, designando al frente de la misma al ex gendarme Gerardo Chaumont: “La fuerza tiene que estar a cargo de un policía y a su vez un equipo de gente honesta controlada por civiles. Insisto, es un trabajo de mucha gente controlando, tratando de dar resultados. Si los resultados no se ven, no hay que esperar, hay que cambiar”. ¿Qué rol tendrían los municipios con respecto a la seguridad?: “Ayer me contó un amigo que llevó a dos policías que hacían dedo, pibes de 22 años del norte de la provincia, que viven en una pensión en Rosario, ciudad que no conocen. Recién salidos los mandan al frente, esto no es bueno. Yo no creo que sean necesarios tantos cambios y que cada municipio tenga su policía. Sí creo que hay que estar bien preparados porque el delito se profesionaliza todos los días. Hoy se espera ver qué hacen para reprimir y la delincuencia está mucho más avanzada que la fuerza policial. Estamos diez pasos atrás y hay que prevenir y estar diez pasos adelante”. Miguel, el gran problema es el narcotráfico: “Bueno en esto está metido el gobierno nacional también. Negar el tema de la droga como lo hicieron Aníbal Fernández y todo el gobierno, cuando decían que era una sensación, permitió que durante diez años se instalaran las mafias de narcos en Buenos Aires, Córdoba y Rosario”.
¿Y sobre Santa Fe, qué opina?: “Hay que investigar, pero además creo que el gobierno debe dar la cara y decirle a la sociedad lo que está pasando. Sé que hay tener cuidado porque un narco puede salir y nombrar a cualquiera y provocar un desastre institucional. Pero Tognoli está denunciado y procesado y lo nombró Binner y lo confirmó Bonfatti. La corrupción es el brazo armado que hoy ahoga a un país que se deteriora todos los días de su mano. La gente ve como se la llevan en bolsos, compran mansiones, edificios, barcos… son muchos los deterioros; pero hay que apostar por la educación, los pibes tienen que terminar la escuela (hoy 5 de cada 10 no lo hacen), son miles de pibes que no estudian y vaguean y no tienen chance de futuro”. ¿Ha pensado en crear una comisión anticorrupción en la provincia?: “Me encanta la idea. Es fundamental que los corruptos la paguen. El gobierno maneja plata de otro, por eso no debe despilfarrar, ni gastar guita al cuete, ni mucho menos llevársela al bolsillo”.
¿Está pensando en su compañero de fórmula?: “En mi corazón tengo su nombre, pero no lo voy a decir por respeto a él porque no sabe nada y por la posibilidad de alguna alianza política”. Dos preguntas finales: primero ¿se banca la crueldad de la política?: “Y no es fácil… yo soy un tipo muy sensible y no me agrada que me critiquen al voleo sin saber lo que quiero y lo que pienso. Hay mucha maldad en la gente. Espero taparles la boca”. La última: imagínese que ya está en el Salón Blanco y le están por colocar la banda de gobernador, ¿en qué piensa?: “Voy a estar muy emocionado de ver a un negro santafesino, profe de educación física, siendo gobernador, ¡es mucho! Voy a mirar a mis hijas, a mis amigos, pero por otro lado voy a pensar: ¡qué mal ha estado la política para que este profe termine siendo gobernador!”.
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