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Entrevista

Lamberto: “La Defensoría no es un órgano contra el Ejecutivo”

El ex ministro de Seguridad habló sobre la nueva etapa que comienza como Defensor del Pueblo de Santa Fe.


Designado por la Legislatura como nuevo Defensor del Pueblo, el histórico dirigente socialista Raúl Lamberto rompió el silencio para remarcar el apoyo que obtuvo su postulación al cargo, no sólo de espacios oficialistas sino también de vastos sectores de la oposición. El último jueves, la Asamblea Legislativa aprobó con 44 votos a favor, cinco en contra y cinco abstenciones su pliego. Así, el ex ministro de Seguridad ocupará la vacante que dejó Edgardo Bistoletti tras su fallecimiento en abril de 2014.

Lamberto tiene 66 años y ocupó distintos cargos en la administración pública. Fue asesor legal en la comuna de Las Parejas, secretario de Cultura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), secretario de Gobierno de la Municipalidad de Rosario, concejal entre 1999 y 2003 y diputado provincial entre 2003 y 2012. Ese año, el gobernador Antonio Bonfatti lo designó como ministro de Seguridad de la provincia, cargo que ocupó hasta diciembre de 2015.

Lamberto destacó que en la asamblea “hubo 44 votos a favor y cinco en contra, el que conoce la Legislatura sabe que eso es una mayoría extremadamente importante, no solamente de un bloque sino de todos los bloques”.

“Además, estos cinco votos en contra y las cinco abstenciones fueron muy respetuosas. La única nota discordante fue la del diputado (del PRO, Roy) López Molina, pero me quedo con la opinión de la mayoría porque en definitiva representa a los partidos que mayor cantidad de votos sacaron y son las expresiones políticas de la provincia de Santa Fe”, agregó el ex ministro santafesino.

“Someterse a la ley”

—Se cuestionó, antes de la votación, su supuesta falta de autonomía por pertenecer al partido de gobierno.

—Si alguien acepta el cargo debe someterse a la rigurosidad de la ley. La ley habla de autonomía, de no recibir instrucciones: parece que son cosas muy fuertes para alguien que, como yo, viene del derecho. La Defensoría no es un órgano contra el Ejecutivo, sino que es un órgano de defensa del ciudadano frente a acciones de los agentes que lo perjudican. Es mi deber llevarlo adelante, pero además, para una administración, que estos problemas se solucionen, hace a la fortaleza de la propia institución.

—¿Por dónde va a comenzar su tarea?

—Leyendo el informe de la Defensoría del año 2015 encontré varias resoluciones vinculadas al sistema de transporte público: los coches están sucios, no tienen frecuencias, pasan a cualquier hora y que eso se empiece a solucionar beneficia al usuario y a la propia administración, porque vuelve eficiente los servicios, esto se tiene que accionar.

—¿Usted garantiza que trabajará con autonomía respecto del gobierno del Frente Progresista?

—Ser conocido y tener relación con la administración es una fortaleza porque me va a permitir brindar al ciudadano todas las posibilidades de solucionar los temas. Mi deber no es enfrentarme con la administración, sino brindar respuestas al ciudadano y en eso voy a estar, lo he hecho toda mi vida. Nunca me he atado a esquemas, aun siendo socialista, muchas leyes que han salido, como por ejemplo la ley de Vivienda Única que salió en pleno período del doctor (Hermes) Binner, era una respuesta a la gente que no podía pagar. Hay que tener confianza de que se puede ser independiente y se puede actuar con independencia brindándole respuestas a la gente.

“Me tocó arar en tierra poco fértil”, argumentó Lamberto sobre su paso por Seguridad

—Los dirigentes de la oposición también cuestionaron su paso por el Ministerio de Seguridad de la provincia para oponerse a su designación en la Defensoría del Pueblo. ¿Qué mirada tiene al respecto?

—Fue mi último cargo, es complicado, me tocó arar una tierra muy poco fértil en un momento muy difícil y creo haber dejado un plan de seguridad que empieza a generar respuestas, soluciones y salidas. No va a ser fácil ni va a ser rápido. porque nada se hace de la noche a la mañana. A mí, junto a todo un equipo de gobierno con el gobernador a la cabeza, nos tocó sentar las bases del plan de seguridad.

—¿Cómo piensa que evalúan los ciudadanos su paso por el Ministerio de Seguridad durante la Gobernación de Bonfatti?

—El informe sobre la Policía Comunitaria dice que el 70 por ciento de los ciudadanos la valora y quiere que permanezca en sus barrios. Para armar el plan de la Policía Comunitaria, yo me estuve capacitando en Israel y en Brasil, esas cosas que muchas veces no se saben son las improntas que van a tener sus resultados. En la vida social, y sobre todo en los hechos de violencia, no hay soluciones milagrosas; las soluciones no son rápidas. Sé que ha sido mi último cargo, pero también tengo 40 años de trayectoria y no he sido una persona que ha calentado la silla, sino que he marcado una impronta de trabajo, de dedicación, de modificación de instituciones, y me parece que eso también debe ser valorado.

—¿Qué aciertos y qué errores puede marcar de su paso por la cartera de Seguridad?

—No quiero hablar de aciertos o errores en este momento, donde hay un nuevo ministro y una nueva gestión. Sí quiero transmitirles que debemos nosotros rodear a la gente que está en el Ministerio, tratar de colaborar. Es un Ministerio muy complejo, no se puede partidizar la seguridad, no se puede hacer un Boca-River de cada cosa que pasa porque si no nadie va a querer estar en ese área por lo traumática que es. Hay que entender que los temas no se resuelven de la noche a la mañana, pero hay una tendencia que comenzó con nuestra gestión de cambios que van a llevar su tiempo pero que es necesario seguir preservándolos en base al trabajo coordinado, conjunto y con el apoyo de todos. Me parece que en ese camino vamos a tener la posibilidad de tener la provincia con paz y tranquilidad, sin violencia, que es lo que queremos todos.

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