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Análisis

La venta callejera viene en baja

Así lo muestra un relevamiento en la ciudad de la Federación Gremial de Comercio e Industria, que contabiliza un total de 81 puestos informales en la vía pública. En las calles San Luis y San Martín se concentra la mayor cantidad.


Un nuevo relevamiento que realizó la Federación Gremial de Comercio e Industria detectó que en total hay 81 puestos de venta callejera ilegal en el área céntrica de la ciudad, siendo las calles San Luis y San Martín las más afectadas. El informe abarca este mes y según destacan desde la organización empresaria, la cifra presenta una tendencia a la baja con respecto a meses anteriores y en comparación con el mismo mes de 2014.

Además, señalaron que es ostensiblemente menor a la de otras ciudades del país, aspecto que remarcaron como “sumamente positivo”. Lo que sí les preocupa es la presencia y la permanencia a lo largo del tiempo de una gran feria en la zona Sur –en Salvá al 5900– y la posibilidad de que se abra una de similares características en Villa Gobernador Gálvez. También recordaron que detrás de los vendedores ambulantes se esconden organizaciones más grandes, con un fuerte poder adquisitivo y que usan mano de obra barata.

El informe presentado por el departamento de Economía de Federación Gremial –que se realiza mensualmente y comprende las calles Rioja, San Luis, San Martín y Córdoba– muestra que durante el mes de julio se registraron 81 puestos, 5 menos que en el mes de junio y, en términos interanuales, 9 menos que en julio de 2014.

En cuanto a la ubicación de los puestos, las calles más afectadas fueron San Luis entre las alturas 800 y 1700 con 32 puestos (40 por ciento de los relevados), seguida por calle San Martín desde altura 700 a 1100 con 24 puestos (29 por ciento), calle Córdoba desde altura 800 a 1400 con un registro de 17 puestos (21 por ciento) y calle Rioja con 8 puestos (10 por ciento).

En relación a los rubros registrados, indumentaria, calzado y juguetería se encontraron entre los más afectados. A continuación se ubicaron los accesorios para celulares, óptica, relojería, joyería, alimentos y artesanías.

El presidente de la entidad, Edgardo Moschitta, contó a este diario que los relevamientos vienen mostrando que, a comparación con otras ciudades del país, “la cantidad de puestos ilegales es baja”.

“Lo que sí, se mantiene estable y con algunas oscilaciones que tienen a la baja. Hay otros puntos de Rosario que también tienen puntos de venta ambulantes pero no los relevamos porque no son significativos. El punto preocupante se da con esa feria de grandes dimensiones que está en la zona sur y el proyecto de abrir otra en la zona de Villa Gobernador Gálvez”, remarcó.

Al ser consultado sobre si los controles que realizaba el Estado son efectivos, el empresario dio como ejemplo lo que ocurre cuando hay algún paro de inspectores municipales. “Durante esos días, las calles se llenan de manteros y eso pasaría si los inspectores no estuvieran presentes”, explicó.

Más adelante, Moschitta recordó que los perjuicios que ocasiona la venta ilegal son “muy amplios” en muchos aspectos. “Todos arrancan en los talleres clandestinos, donde hay trabajadores ilegales, después sigue con los trabajadores precarios que venden en la vía pública, porque está muy claro que hay una organización más grande atrás. Hay también contrabando, hay robos y hay fraudes bancarios. También hay competencia desleal contra todos los comercios establecidos que tienen sus cosas en orden”, indicó.

Por último –y con respecto a los costos–, el presidente de la organización empresaria dijo que para los comerciantes ilegales son “la mitad” que los que tiene los comerciantes establecidos y legales. “La razón es sencilla, usan el espacio público como lugar para la venta, no pagan leyes sociales ni impuestos, todo lo que realizan es sin tributar nada, es una cadena que se mantiene y repito, es ante todo una organización que está detrás que usa a otra gente que trata de ganarse la vida como puede”, concluyó.

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