“Queremos casas hechas por nuestros trabajadores y no prefabricadas de China”, se plantó el secretario general de Uocra Rosario, Carlos Vergara. El dirigente, que integra el secretariado nacional del gremio de la construcción, sentó posición ante la intención del gobierno de Mauricio Macri de sellar con el país asiático un acuerdo para importar un modelo de casas prefabricadas para construir viviendas sociales. La operación tomó estado público pocos días después de que, a principios de abril, el jefe del Estado presentara el Acuerdo Federal de la Construcción: en un acto junto al titular nacional de la Uocra, Gerardo Martínez; el de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, y representantes de la Cámara de la Construcción y de las dos principales entidades que agrupan a la banca privada, Macri anunció el plan de construir 100 mil viviendas.
La Uocra pasó en una par de semanas del festejo a una nueva preocupación. La importación de viviendas, marcó Vergara, fue uno de los ejes analizados en el reciente congreso nacional ordinario de la Uocra que deliberó en Mar del Plata.
“La Uocra está, va a estar y estará siempre en contra de esta idea de traer viviendas desde afuera porque no generan puestos de trabajo”, marcó Vergara, que está a cargo de la Secretaría de Finanzas de la Uocra nacional.
Según refirió, aunque en el congreso se ratificó “el camino del diálogo con el gobierno nacional más allá de las diferencias políticas” y se celebró la reciente firma del Acuerdo Federal por la Construcción, los máximos dirigentes del gremio coincidieron en que la importación de casas atenta contra el repunte en el empleo que demanda el sector.
“Sería un duro golpe a las expectativas que hay con el acuerdo por viviendas sociales. La importación terminaría beneficiando a un grupo económico de empresas que tienen un capital para traer esas viviendas”, dijo Vergara.
En su discurso ante los delegados y dirigentes en Mar del Plata, Martínez defendió el camino que viene transitando Uocra en su relación con el actual gobierno nacional. “La defensa de los intereses de los trabajadores, con el empleo como prioridad, estará siempre por encima de las diferencias políticas”, sostuvo.
Recordó que la caída que acumula el sector desde julio de 2015 provocó la pérdida de más de 80 mil puestos de trabajo: “Esta dura coyuntura requiere del diálogo de todos los sectores en pos de medidas que promuevan la reactivación”, trazó.
Y en ese marco, sostuvo que la importación de prefabricadas provocará un impacto negativo en un sector como la construcción, que “más mano de obra intensiva genera”. Recordó además que los trabajadores de la construcción “están altamente calificados” y consideró la medida “incongruente con el anuncio de construir 100.000 viviendas”.
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