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Reflexiones

La suba de tasas redujo los créditos

Luego del exitoso levantamiento del cepo cambiario y el acuerdo con un consorcio de siete bancos internacionales para fortalecer las reservas, ahora el Banco Central tiene una tarea no menor por delante: concentrarse en la reactivación del mercado crediticio tras la caída que se observó en el arranque del año.


Luego del exitoso levantamiento del cepo cambiario y el acuerdo con un consorcio de siete bancos internacionales para fortalecer las reservas, ahora el Banco Central tiene una tarea no menor por delante: concentrarse en la reactivación del mercado crediticio tras la caída que se observó en el arranque del año.

Si bien se trata de una tendencia preliminar, lo más preocupante es que la merma se concentró especialmente en el descuento de cheques y otros documentos, es decir que se sintió en lo que es la rueda que mueve el capital de trabajo de las pymes.

De hecho, hasta el 3 de febrero (último dato divulgado por el Banco Central), el financiamiento otorgado por los bancos a través del descuento de documentos había caído 11.000 millones de pesos, una merma de nada menos que un 6,7 por ciento en poco más de un mes. Una parte de esa caída fue compensada a través de adelantos en cuenta corriente. En ambos casos, se trata de instrumentos crediticios utilizados por las empresas, en especial las más chicas.

En términos agregados, el crédito al sector privado cayó en el arranque de 2016 un 0,5 por ciento. La caída del stock cobra más relevancia si se tiene en cuenta que la inflación superó el 3 por ciento, por lo que la pérdida en términos reales es aún más significativa.

Por el lado del financiamiento a individuos, no hay datos mucho más alentadores: los préstamos personales acumulan una suba del 1,6 por ciento en el año, los prendarios un 0,2 por ciento y el financiamiento con garantía hipotecaria (incluye préstamos para la vivienda pero también a empresas) cae el 0,4 por ciento en el inicio de 2016. En todos los casos, la evolución está bien por debajo de la inflación observada en el período. Además, luego del salto cambiario desaparecieron muchos planes de 12 cuotas sin interés, lo que resintió la evolución del financiamiento y también de las ventas.

¿Cuáles son las causas detrás de este parate del crédito? Algunos de los motivos que explican esta situación son los siguientes:

La suba de tasas que decidió Federico Sturzenegger a mediados de diciembre para preparar la salida del cepo cambiario se trasladó rápidamente a los préstamos e impactó en particular sobre el financiamiento de corto plazo. Los bancos aumentaron fuerte las tasas y alejaron al menos momentáneamente a los tomadores.

La gran colocación de Lebac para absorber pesos (más de 80.000 millones de pesos netos) resintió el mercado crediticio. Los bancos, tanto públicos como privados, se encontraron con la “zanahoria” de colocarle al Banco Central sin riesgo a tasas mayores al 30 por ciento, con lo que momentáneamente perdieron incentivo para salir a prestarles a las pymes.

El nivel de actividad también se resintió en el arranque del año. Ni las empresas ni el público mostraron mayor apuro por salir a financiarse ante la ralentización económica, reflejada sobre todo en la caída del consumo.

Un aspecto no menor fue la demora que tuvieron los principales bancos públicos para ponerse en marcha con las nuevas conducciones. El Nación recién tuvo su directorio listo en Navidad y el Provincia demoró varias semanas para conformarlo. Este cambio de autoridades requirió de algunas semanas para acomodarse y recién ahora comenzaron a agilizarse los circuitos crediticios.

Con este panorama, se supone que la reducción gradual de las tasas de los depósitos también llegará al crédito y que el Banco Central tampoco precisará seguir absorbiendo al mismo ritmo que en el arranque del año. La reactivación crediticia sería clave para comenzar a impulsar la economía a partir del segundo trimestre, pero cualquier repunte sería más que gradual en una primera etapa.

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