Una mujer de 43 años vivió momentos de terror en la mañana de ayer cuando fue sorprendida, en la ducha, por cuatro hombres armados que ingresaron a su casa momentos después de que su marido saliera a trabajar. Tras golpearla en la nuca y maniatarla, los ladrones se alzaron con objetos de valor, dinero en efectivo y se fugaron en el auto de la familia que estaba estacionado en la calle. Inmersa en una crisis nerviosa y vestida sólo con una toalla, Daniela G. pidió auxilio en la vereda y fue socorrida por vecinos del barrio República de la Sexta.
La entradera tuvo lugar alrededor de las 9.30 de ayer en un domicilio de Pasco al 700, ubicado a seis cuadras de la seccional 4ª, al que los ladrones ingresaron sin forzar la puerta de entrada, que estaba cerrada, pero sin llave. Lo que pasó adentro se pareció a una de las escenas más famosas, y tenebrosas, de Alfred Hitchcock en su película Psicosis, cuando una mujer es atacada mientras se ducha.
En ese estado de extrema vulnerabilidad fue sorprendida Daniela G., quien se encontraba en el baño de su casa cuando la atacó un cuarteto armado. Con un golpe en la nuca los desconocidos la hicieron acostar boca abajo para que no los mirara y luego la maniataron con cables. En los minutos siguientes se tomaron su tiempo para armarse con un botín compuesto por computadores, cámaras fotográficas, celulares, alhajas y alrededor de cinco mil pesos en efectivo. Antes de irse, le exigieron a la dueña de casa las llaves del Volkswagen Fox gris que estaba estacionado en la calle y también se lo llevaron.
“Gracias a Dios yo no estaba, porque a mí me matan. Porque yo no me hubiera quedado quieto”, dijo su marido Gonzalo D., tras volver a su domicilio y resaltar que las armas de fuego no se las llevaron. “Es algo inaudito. Esperaron que me vaya a trabajar, le pegaron a mi mujer, la amordazaron, la pusieron con la cola para arriba como para violarla. Estaba bañándose, qué resistencia podía hacer”, se preguntó el hombre con indignación tras resumir: “Me robaron la mitad de la casa”.
Un dato que no pasó inadvertido, según declaraciones de las víctimas a El Ciudadano, es que los ladrones tenían handies con los que escuchaban una frecuencia policial.
“Creemos que entraron cuatro pero que en la puerta había un quinto que hacía de campana”, agregó Gonzalo, un empleado metalúrgico que practica airsoft (un juego de guerra basado en la simulación militar con réplicas de armas de fuego), quien hace ocho años que vive en el barrio y asegura que es la tercera vez que entran a su casa. Su esposa tiene una plantería y no quiso hablar con los medios porque todavía estaba en estado de shock.
El hecho es investigado por la fiscalía de Flagrancia en turno y la seccional 4ª que tiene jurisdicción en la zona.
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