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El Papa

“La religión no es un problema sino parte de la solución”

Lo dijo Francisco tras ser recibido por el presidente egipcio, Al Sisi. Luego se reunió, a solas, con el líder sunnita El Tayeb.


El papa Francisco convocó ayer en Egipto al islam a “caminar juntos” para rechazar la “violencia perpetrada en nombre de Dios”, al tiempo que pidió a las religiones “poner en práctica” el imperativo “no matarás” y destacó la “incompatibilidad entre creer y odiar”.

Además el Papa argentino destacó el “rol insustituible” del país africano en Medio Oriente, al tiempo que, frente al presidente, Abdel Fatah al Sisi, cuestionado por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, pidió a las autoridades locales “respeto incondicionado” de esos derechos.

“En el campo del diálogo, es-pecialmente interreligioso, estamos llamados a caminar juntos con la convicción de que el futuro de todos depende también del encuentro entre religiones y culturas”, fue el llamado del obispo de Roma durante su intervención en una Conferencia Internacional sobre la Paz organizada en El Cairo, por la Universidad Al Azhar, la mayor institución del islam sunnita.

Antes de su discurso, el Papa se reunió durante 20 minutos a solas con el imán de la casa de estudios que representa a más de 1.200 millones de musulmanes moderados, Ahmed el Tayeb, quien lo había visitado el año pasado en el Vaticano.

El sunnismo es la forma más extendida del islam, con casi 90% de fieles; la otra, el chiísmo, abarca el resto del mundo.

En ese marco, tras recorrer la capital en un auto sin blindar, acompañado por cientos de agentes de civil y uniforme que custodiaron su paso desde las terrazas de El Cairo, remarcó: “Quien es diferente a mí, cultural o religiosamente, no debe ser visto y tratado como un enemigo”.

Tras llamar “hermano” a El Tayeb y compartir juntos un minuto de silencio por las víctimas de la violencia extremista, Francisco convocó al islam para edificar “un futuro juntos” entre cristianos y musulmanes.

“Hoy la religión no es un problema sino parte de la solución”, sostuvo en un país de mayoría netamente musulmana, con un 10% de cristianos copto ortodoxos y poco más de un 0,3% de católicos, para los que tras un día con eje en lo ecuménico e interreligioso, Francisco encabezará hoy una misa en el estadio Air Defence de las afueras de la capital.

Tras recordar el mandato bí-blico del “no matarás”, Francisco aseveró que “siempre, pero sobre todo ahora, todas las religiones están llamadas a poner en práctica este imperativo”, ya que “es indispensable excluir cualquier absolutización que justifique cualquier forma de violencia”.

“La violencia, de hecho, es la negación de toda auténtica religiosidad”, sentenció.

“Como líderes religiosos estamos llamados a desenmascarar la violencia que se disfraza de supuesta sacralidad”, convocó, frente a un auditorio repleto de representantes de distintos credos, entre ellos El Tayeb y el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.

“Estamos obligados a denun-ciar las violaciones que atentan contra la dignidad humana y contra los derechos humanos, a poner al descubierto los intentos de justificar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificación idolátrica de Dios: su nombre es santo, él es el Dios de la paz, Dios salam”, les pidió, usando la palabra árabe que significa paz.

“Sólo la paz es santa y ningu-na violencia puede ser perpe-trada en nombre de Dios porque profanaría su nombre”, advirtió el jefe de la Iglesia católica ante un auditorio que integraba también el Papa copto ortodoxo Teodoro II, con quien luego reforzó el “camino común” entre ambas Iglesias.

“Juntos afirmamos la incom-patibilidad entre la fe y la vio-lencia, entre creer y odiar. Juntos declaramos el carácter sagrado de toda vida humana frente a cualquier forma de violencia física, social, educativa o psicológica”, continuó, en línea con el lema “Francisco Papa de paz en Egipto país de paz” con el que viajó.

En un discurso con destinatarios más allá de los líderes re-ligiosos presentes, el papa Francisco criticó que en el mundo “surgen populismos demagógicos que ciertamente no ayudan a consolidar la paz y la estabilidad”.

Tras visitar Al Azhar y antes de llevar su consuelo al Papa copto ortodoxo Teodoro II por las víctimas de los atentados que dejaron 29 muertos en diciembre pasado y 46 a inicios de abril en sendas iglesias cristianas, Francisco reivindicó ante las autoridades locales el rol del país como garante de paz en la región.

“Egipto, a causa de su historia y de su concreta posición geográfica, ocupa un rol insustituible en Medio Oriente y en el contexto de los países que buscan soluciones a esos problemas difíciles y complejos, que han de ser afrontados ahora para evitar que deriven en una violencia aún más grave”, aseguró al dirigirse a las autoridades locales.

Para el Papa, “Egipto tiene una tarea particular: reforzar y consolidar también la paz regional, a pesar de que haya sido herido en su propio suelo por una violencia ciega”.

Si bien planteó que “la paz, prosperidad y desarrollo” merecen “cada sacrificio”, Francisco pidió “sobre todo, respeto incondicionado a los derechos inalienables del hombre, como la igualdad entre todos los ciudadanos, la libertad religiosa y de expresión, sin distinción alguna”.

“Egipto, que en tiempos de José salvó a otros pueblos del hambre, está llamado también hoy a salvar a esta querida región del hambre de amor y de fraternidad”, destacó y animó al país a “condenar y a derrotar todo tipo de violencia y de terrorismo”.

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