Conciertos

dos noches de rock

“La muerte del artista es quedarse en el pasado”


Germán Daffunchio es un histórico del rock nacional. Hoy es el líder de Las Pelotas, pero cuando habla de sus inicios, lanza con orgullo: “Sigo siendo un Sumo”. Desde su “base operativa” en Traslasierra, donde vive hace algunos años, palpita los dos shows que brindará en Rosario, dos noches cuyo condimento especial estará dado porque el público fue el que eligió, por votación, las listas de temas. “Es una excusa para tocar e interactuar con la gente”, reconoció quien esta noche y mañana a las 21.30, subirá con su banda al escenario del Vorterix (Salta 3519).

La gira que realiza Las Pelotas por el país, tras regresar de una serie de recitales en México, será la antesala para entrar a grabar un nuevo disco que, sucesor de Brindando por nada (2016), está en plena composición, en el “armado de melodías”, puntualizó el músico.

“Es fundamental para nosotros grabar porque es una forma de ponerle agua nueva al cuenco”, dijo entre risas.

Además, y entre otras fechas, este año Las Pelotas participará del B.A.Rock, que tendrá lugar del 14 al 16 de octubre en el barrio porteño de La Paternal, un festival que generó amores y polémicas por reflotar aquél encuentro de fines de los 70 y principios de los 80, ya que en él se consagraron varias de las bandas fundantes del rock en castellano, constituyéndolo como un mito. “No lo siento como algo que me pertenece, siempre me parece bien que haya festivales y que los músicos tengan lugares para tocar. Eso me parece fantástico”, confesó. Y continuó: “Yo no lo veo demasiado mítico, está buenísimo que vuelva a haber festivales en Buenos Aires. El nombre no es la cuestión, lo importante es que se haga y que se haga bien”, opinó.

—¿Cómo fue armar las listas por votación?

—La verdad es que son siempre excusas para salir a tocar. Nos pareció divertido. Tenemos muchos discos y esto era darle la oportunidad a que la gente elija los temas que quieren que toquemos. Es un poco interactuar con la gente y darles el gusto. Hicimos algo parecido el año pasado cuando tocamos en Museum (en San Telmo), y nos pareció una buena idea para llevarlo al resto del país. Pero más que nada son excusas para tocar, porque nunca te alcanzan las veces que tocás para mostrar todo lo que hiciste. Afortunadamente, hay más cosas que están por venir pero todavía la gente no lo sabe.

—¿Un nuevo disco?

—Estamos trabajando en eso, como es fiel a nuestra forma. Siempre que sale un disco hay un período de descanso y después nos empieza a picar el bicho de seguir componiendo. Estamos en ese proceso: tenemos un montón de temas. Vamos a ver si lo podemos grabar este año. Grabar es algo fundamental para nosotros porque es una forma de ponerle agua nueva al cuenco.

—¿Qué líneas están siguiendo en los nuevos temas?

—Estamos haciendo la parte de composición pura, el armado de melodías. No es nada parecido a lo hecho. Siempre tratamos de no repetir patrones. Cuando hacés un tema exitoso, generalmente, tratamos de hacer un tema parecido para ver si es exitoso también. Pero no es nuestro estilo; siempre necesitamos saber qué más hay adentro del baúl. Tiene que ver con nuestra historia, con cómo rebrotás, no es que negás todo lo que hiciste sino que se trata de ir sembrando para el futuro. Parezco un político (risas). Es que siempre me dieron mucha impresión los grupos que hicieron un disco y lo tuvieron que tocar durante toda su vida. Creo que la muerte del artista es quedarse en el pasado. Es muy desgastante tocar solamente ese disco que hiciste. Por eso, siempre está bueno tener más material. Es una forma de renacer.

“El semillero necesita acción”

—Van a participar del B.A.Rock. ¿Cómo vivís la vuelta de este festival?

—La verdad es que no me puse a pensarlo. No lo siento como algo que me pertenece, siempre me parece bien que haya nuevos festivales y que los músicos tengan lugares para tocar. Apoyo a la gente que tiene la idea de poder hacerlo. B.A.Rock no fueron tantos años. La verdad es que nunca participé de ninguno, no tuve la oportunidad. Digamos que era el festival pendiente que estaba para hacer en Buenos Aires.

—¿No lo ves como un regreso mítico?

—La mística la pone la prensa, los poetas. Sí está buenísimo que vuelva a haber festivales en Buenos Aires. El nombre no es la cuestión. Lo importante es que se haga y que se haga bien. Y que toque la mayor cantidad de grupos que se pueda. Que se muestre todo lo que hay. En el fondo, más allá del negocio del organizador, para nosotros, lo importante es la gente que va, el poder brindarles nuestra mejor parte y que sea algo que valga la pena. El semillero necesita acción. Los músicos necesitan el apoyo de los festivales para poder tocar, por ahí no significa demasiado como artista pero a nivel humano te enfrenta a toda una situación, a un público que no conocés y que no te conoce. Todo eso hace al artista. Ahora hay una creencia que el éxito es una canción que se hace viral y que todo el mundo la escucha, eso no es éxito. Por ahí te haces millonario pero creo que los artistas no están buscando hacerse millonarios, sino serían abogados o políticos. El público que te sigue por un tema que salió en la radio, es un público que después que tocaste ese tema no conoce nada más. Muchos me preguntan cómo hacemos para seguir tocando después de tantos años y yo siempre digo lo mismo: nuestra teoría es siempre la misma, la que teníamos con Sumo: “El público hay que hacerlo tocando”.

“Me sigo sintiendo un Sumo”

—En mayo, Andrea Prodan subió a Youtube temas grabados por su hermano Luca antes de su muerte, temas de Sumo.

—Los temas los teníamos en un casette y Roberto Pettinato los había bajado. A todo esto, Andrea Prodan lo editó en su página y se lo regaló a la gente. Me parece muy bien porque ya pertenece a la gente. La historia les pertenece. Yo, a Sumo, lo sigo sintiendo como siempre, porque me sigo sintiendo un Sumo, creo que las consignas que nos llevaron a tocar nos siguen moviendo actualmente y es algo que lo vivo con mucho orgullo. Me siento un afortunado porque fue mi principio en el arte, una excelente escuela, inolvidable. Me parece bien por todos los fans que tiene Sumo, que es algo que no deja de sorprenderme. Creía profundamente en lo que hacíamos, pero más allá de la creencia de uno, que sigan pasando los años y siga estando vigente es un orgullo muy grande, no para nuestro ego, sino por la memoria de Luca y por la tarea realizada. Quizá tenemos una deuda en sacar esos temas mezclándolos bien. Nosotros tenemos eso guardado pero nunca decidimos sacarlo.

—¿Y “Sumo por Pettinato”, lo viste?

—No. Pero lo conozco a Roberto y me parece bárbaro que se saque el gusto porque de entre todos fue el que menos tocó. Cuando se separó Sumo, él empezó a hacer su carrera de periodista o locutor; no sé, nunca tuvo la oportunidad. Creo que le han quedado muchas ganas de tocarlos.