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En la previa del clásico

Dura caída de la Lepra ante el Rojo


Un día iba a suceder. Lo externo no podía pasar inadvertido siempre. Y de tanto tirar la soga, una noche se cortó. La Lepra terminó la semana como la inició: mal. Los conflictos fuera de la cancha fueron tema principal y de alguna manera impactaron dentro. Y Newell’s tuvo su peor producción del torneo y cayó sin atenuantes ante Independiente por 4-2 en el Coloso Marcelo Bielsa.

Newell’s no perdió porque los jugadores no cobraron, obvio. Tampoco por el paro de empleados. Perdió porque la tempranera lesión de José San Román obligó a un cambio posicional de Juan Ignacio Sills (pasó de cuatro e ingresó Víctor Figueroa de doble cinco) que no resultó como se esperaba, y a partir de allí, el equipo quedó descompensado y vulnerable. El pibe Ezequiel Barcos fue un infierno para todos, Martín Benítez y Emiliano Rigoni pusieron su velocidad para asociarse con éxito y eso desencadenó en que Sebastián Domínguez y Néstor Moiraghi sufrieran como nunca en el campeonato.

La Lepra tuvo un momento de reacción. Y llegó al empate por búsqueda y por un penal muy bien ejecutado por Scocco. Pero nunca pudo plantarse en defensa. Quignón no paró a nadie, Sills y Paz sufrieron el uno-dos constante de los jugadores de Ariel Holan y los zagueros titubearon siempre. El equipo invulnerable pasó a ser una invitación al ataque. Y el Rojo no perdonó cada situación que se le presentó.

Perdió una Nacho, Quignón y Moiraghi miraron y Rigoni facturó desde fuera del área con un zurdazo bárbaro. Después Barcos se aprovechó de Sills, lo desbordó, envió el centro, y Gigliotti puso el tercero. Y con Newell’s tambaleante, se equivocó feo Domínguez y otra vez Gigliotti vulneró a un indefenso Pocrnjic.

Pudo ser peor, pero el Rojo pensó en Racing y bajó decibeles. Y en el final Maxi hizo más digno el resultado, aunque no por eso menos doloroso.

Newell’s no aprovechó la chance que le dio Boca para acercarse. Y para peor, tuvo su peor producción del año justo en la previa del Clásico. El rendimiento obliga a analizar cuestiones tácticas, eso será responsabilidad de Osella. Pero también genera un análisis puertas adentro. Porque lo externo no juega, pero muchas veces incide. Y una semana negra fuera de la cancha, terminó mucho más negra adentro. Nada pasa por casualidad. Todo sucede por causalidad.

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