Ciudad

Inolvidable

La fiscal que un día fue partera

Marianela Martín, que se desempeña en Delitos Sexuales, vivió lo que nunca imaginó: asistió a una mujer que dio a luz en la casa de un vecino suyo. “En un momento me encontré con que tenía al bebé en una mano”, relató conmovida.


La fiscal de Delitos Sexuales Marianela Martín intervino ayer a la mañana en un caso de vida o muerte pero no como funcionaria del Poder Judicial sino como partera, cuando ayudó a dar a luz a una mujer que ocasionalmente vivía en la casa de un vecino.

Mientras se preparaba para ir al trabajo escuchó gritos y al salir se dio cuenta de que venían del interior de una vivienda y que eran de Fabiana, la mamá de Lucio Martino, el bebé que nació con 3,200 kilogramos y sin complicaciones de salud, aunque no sin darles un buen susto a los que asistieron su parto en una vivienda ubicada en Ovidio Lagos y 24 de Septiembre.

Aproximadamente a las 7.30, cuando habitualmente Martín sale para su trabajo, sintió un alboroto de personas que gritaban.

Lejos de adivinar lo que le tocaría vivir minutos más tarde, lo primero que pensó es que le habían robado a alguien en la parada de colectivos o que eran los chicos que a esa hora pasan caminando para ir a la escuela.

“Los gritos eran cada vez más fuertes, salí a la calle y vi que la puerta de la casa de mi vecino estaba abierta, entré para ver qué pasaba y me dijo que su amiga estaba por tener; entonces le dije ‘bueno, vamos que la llevo en auto al hospital’. Pero no, la mamá abrió las piernas y el bebé ya había asomando la cabeza, ya nacía y no había tiempo para nada”, contó la fiscal de 32 años, que hace tres años que está casada y no es madre.

Sin ningún tipo de experiencia ni saber qué hacer en estos casos, Martín no perdió tiempo y mientras Fabiana pujaba recibió a Lucio.

“Todo pasó muy rápido. En un momento me encontré que tenía la placenta en una mano y el bebé en la otra”, recordó.

“Todo salió mal”

Sin embargo, la fiscal confesó que sintió que “todo había salido mal” porque el bebé estaba muy pálido, quieto y no lloraba.

“Lo primero que se me ocurrió fue pegarle palmaditas en al espalda y nada. Después lo di vuelta y le hice unos masajes en la panza y nada. Entonces pensé que podía haber tragado líquido amniótico y le metí el dedo en la boca. Ahí reaccionó, pegó un grito, se puso todo colorado y empezó a llorar y me puse a llorar con él”, relató emocionada.

“Creo que fue ese instinto de madre que no soy lo que me hizo hacer las cosas”, reflexionó.

En calma

Poco antes de las 8 y antes que la ambulancia del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) –que demoró unos 20 minutos en llegar a la casa– arribó una patrulla de Guardia de Infantería y otra del Comando Radioléctrico.

Entre los efectivos policiales se encontraba el suboficial Juan Carlos Semino, quien había hecho un curso de posparto, por lo que sabía cuáles eran los pasos a seguir en estas situaciones: hasta que llegaran los médicos había que mantener con calma a la madre, y que el bebé estuviera bien abrigado para que no le bajara la temperatura corporal.

Tras la llegada del móvil del Sies, Fabiana y el pequeño Lucio Martino fueron trasladados al hospital Provincial, en donde quedaron internados en el sector de Maternidad.

Desde la dirección de ese centro de salud provincial señalaron que tanto la madre como el niño ingresaron durante las primeras horas de la mañana a la guardia y que se encontraban, al cierre de esta edición, “en perfecto estado de salud”.

Piden ayuda para el bebé y su madre

Fabiana, la mamá del pequeño Lucio Martino, atraviesa por una muy mala situación económica y familiar, por lo que necesita de la solidaridad de los que puedan colaborar con todo tipo de elementos que puede requerir un bebé recién nacido: desde cuna, cochecito hasta ropa, pañales o chupetes. La fiscal Marianela Martín explicó ayer a la tarde a este medio que “habitualmente no acostumbro a dar notas porque estoy en la Unidad de Delitos Sexuales y por lo general hay menores involucrados, pero en este caso creo que debe hacerse público porque la mamá necesita ayuda”. Las donaciones deben remitirse a la Fiscalía, ubicada en Montevideo 1968.

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