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Ataque serial

La fiscal pedirá 50 años de prisión por 17 abusos sexuales

Imputaron a un hombre que se hacía pasar por policía para someter a jóvenes y adolescentes. Seguirá detenido.


Casi 20 años después de que se conociera un caso de abuso sexual serial, la figura volvió a la ciudad y se plasmó ayer en una audiencia oral. Un hombre de 40 años, que dijo ser periodista y locutor en una FM nicoleña, fue sindicado como el autor de 17 abusos sexuales a niñas y jóvenes de barrios periféricos de la ciudad en un lapso de dos años. El sospechoso se encontraba detenido desde agosto, cuando fue imputado por un ataque sexual,  y desde entonces permanece tras las rejas. Pero la nueva evidencia contra el hombre fue abrumadora. La fiscal Carla Cerliani, que sigue el caso desde los primeros albores del nuevo sistema, le achacó otros 17 hechos. Algunos de ellos, en grado de tentativa. De las 14 ruedas de reconocimiento de personas realizadas por las víctimas, 10 fueron positivas y en otras dos el nerviosismo de las chicas jugó a favor del sospechoso. Algunas de ellas terminaron hospitalizadas y muy afectadas psicológicamente. En 6 de estos casos la muestra de material genético fue positivo y a pesar de la negativa reiterada del sospechoso, estas evidencias sumadas a secuestros de cadenas y anillos que sabía usar y los retratos del abusador con las características del agresor sellaron la suerte del imputado y llevaron al juez Juan Andrés Donnola a dictar la prisión preventiva del hombre hasta el inicio del juicio que se llevará en su contra. La fiscal adelantó que en la acusación solicitará 50 años de prisión.

En agosto pasado una niña de 14 años fue abordada en doctor Rivas y Avellaneda a la salida del colegio. Con el argumento de que tenía drogas en la mochila, un auto particular se detuvo, el conductor le dijo que era policía y la requisó. Durante esta situación, pasó por el lugar un móvil policial y los dos ocupantes del auto dejaron ir a la chica pero una cuadra después fue nuevamente abordada por el dúo que la obligó a subir al auto y la llevó a una casilla precaria en Maradona y Rouillón donde fue abusada por uno de ellos. La niña debió ser internada en el Hospital Vilela. A pesar del episodio vivido y su corta edad, la víctima logró tomar la patente del vehículo. Dos días después, Luis Marcelo E. fue detenido e imputado por el hecho. Desde entonces permanece tras las rejas.

Las víctimas

El primero de los casos data del 22 de abril de 2014. La víctima tenía 18 años y luego de abusar de ella le dio un celular de contacto. Ese número fue intervenido y si bien no tenía vinculación con el acusado, lograron obtener datos de una banda que se dedicaba a cometer delitos contra la propiedad que está a punto de ir a juicio. El 28 de mayo de 2014, su blanco fue una joven de 19 años que ubicó en Juan José Paso y Sabín, en este caso la atacó en un descampado en Granadero Baigorria.

En octubre de 2014 atacó a dos menores. El 8 de ese mes a una chica de 16 años que ubicó en Paraná y Córdoba. La trasladó hasta la ruta  AO12 donde la abusó. Doce días después atacó a una niña de 15 años. La  detuvo en Juan José Paso y Garzón.

El 10 de noviembre, su víctima fue una joven de 21 años que retuvo en Ovidio Lagos y Arijón. A fin de ese mes captó en Biedma entre Richieri y Ovidio Lagos a una joven de 18 años que logró correr cuando llegó a un descampado y fue auxiliada en un club de la zona. En diciembre, abuso de una chica de 15 años, que interceptó en Rivarola y Provincias Unidas.

2015

En 2015 cometió 6 hechos: en marzo atacó una chica de 21 años que obligó a subir a su auto en Juan Perón entre Perú y Fraga y la llevó hasta un descampado cerca de la Autopista Rosario Buenos Aires. La siguiente víctima tenía 15 años en abril de 2015. La redujo en Gorriti y Provincias Unidas.

En junio atacó a una adolescente de 17 años, esta chica iba con su novio de la misma edad. El agresor obligó a ambos a subir al vehículo con el argumento de que iban a ser trasladados a la comisaría por un caso de drogas, pero a las pocas cuadras hizo descender al chico y tras llegar a un descampado manoseó a la joven. Al mes, atacó a una chica de 22 años que redujo en French y México, en este caso la abusó en dos secuencias amenazándola con un arma en la cabeza.

En septiembre fue el turno de una chica de 19 años que captó en Juan Perón y Castellanos. Ante el llanto de la joven, la manoseó y la dejó ir.

En octubre atacó a una adolescente de 16 años que redujo en Juan José Paso y Sabín, en este caso la chica iba con una prima de 13 años y luego de hablar por teléfono la bajó y abusó de la mayor. Esta adolescente no pudo contar rápidamente lo sucedido, pero tres días después rompió en llanto en un taller al que asistía y contó el ataque.

La Paz y Provincias Unidas fue el lugar donde el agresor redujo a una niña de 15 años, esta vez estaba con otro hombre, ambos armados. La llevaron a una zona de casas en construcción y ambos abusaron sexualmente de la adolescente, que terminó internada.

2016

Los últimos hechos los cometió este año. El 6 de enero amedrentó a una chica de 19 años en Batlle y Ordóñez y España. Cuando llegaron a un descampado, la víctima intentó tirarse del auto, la retuvo y fue manoseada. La joven corrió y la alcanzó, la tiró al piso, la arrastró. Luego la amenazó con matarla. Esta secuencia fue vista por un camionero que se detuvo. El agresor le apuntó y el chofer retomó la marcha, entonces el atacante subió al auto y dejó a la chica cerca del lugar de captura.

En Cullen y Juan José Paso retuvo a una niña de 14 años en abril pasado, la llevó a un puente cercano al supermercado Carrefour donde la manoseó. Finalmente, atacó a una joven de 25 años que retuvo en Provincias Unidas a la altura del cementerio La Piedad, de quien abusó.

El agresor escuchó cada imputación y en todos los casos negó con absoluta tranquilidad los achaques fiscales. Por su parte su defensa, a cargo de Marcelo Piercecchi y Juan Pablo Catalani, no se opuso a la medida cautelar que solicitó la fiscal. El juez evaluó los requisitos de la prisión preventiva y sostuvo que la evidencia es extremadamente abundante, destacó que Cerliani solicitará 50 años de prisión en su acusación y dictó la prisión preventiva hasta el juicio e hizo lugar al pedido fiscal de extremar las medidas de seguridad en el lugar de detención.

El perfil de un agresor

La fiscal Carla Cerliani le achacó a Luis Marcelo E. 17 hechos y previo a ello hizo mención a las conclusiones de un perfil criminal que se hizo sobre el abusador. Las víctimas de este atacante tienen entre 14 y 25 años, viven en barrios periféricos especialmente Empalme Graneros y Godoy, son personas de pocos recursos económicos y educativos lo que disminuye su poder de defensa e incrementa la actitud de sumisión ante la presencia de una persona que se presenta como policía de la división Drogas Peligrosas, detalló.

El agresor ubicaba a las victimas como infractoras y las subía a un auto, tras lo cual las llevaba a zonas descampadas, por lo general, tomaba Circunvalación. En la mayoría de los casos empuñaba un arma ante la resistencia de alguna victima y utilizaba la frase:“Te voy a pegar dos tiros en la cabeza y tirar al arroyo” para neutralizarlas. La fiscal sostuvo que utilizaba distintos autos y tras los ataques sexuales las dejaba cerca del lugar de captación o residencia.

El modus operandi siempre fue el mismo: en algunos casos les mostraba alguna credencial que no llegaban a ver. Les decía que habían detenido a dos muchachos que la involucraron en la venta de drogas y debía trasladarla a la comisaría. En un solo caso, la víctima iba en moto y la detuvo con la excusa de una infracción de tránsito. La mujer fue obligada a dejar la moto en una estación de servicios y tras subirla a su auto, la abusó en un descampado.

El agresor primero engañaba, luego les proponía un arreglo y, con la excusa de requisarlas, las manoseaba. Cuando las jóvenes se daban cuenta de que era un abuso las amenazaba y las sometía sexualmente. Algunas veces sobre el vehículo y otras las hacía bajar del rodado y las atacaba en el descampado.

Los abusos en muchos casos implicaron acceso carnal, en algunos la violencia fue mayor y las víctimas terminaron internadas. En muchos casos luego de accederlas carnalmente las obligaba a practicarle sexo oral y en otros el llanto de la víctima o el ruego derivaba en un desistimiento del ataque por parte del agresor. Finalmente las dejaba cerca del lugar de captación no sin antes aconsejarlas, darles recomendaciones para que se protejan e incluso entregarles dinero para que retornen a sus casas o dejarles números de celulares para que lo llamaran por cualquier circunstancia aunque esos contactos eran inexistentes.

El agresor no usaba preservativos, por lo general eyaculaba en sus víctimas y los ataques los cometía a cara descubierta. En 16 de estos hechos amenazó con armas a las jóvenes y cometió estos ataques en un promedio de un abuso sexual por mes. Las víctimas resaltaron, como dato característico, su voz. En 6 de los ataques el material biológico que logró rescatarse dio positivo y de 14 ruedas de reconocimiento 10 fueron positivas a pesar de sus cambios de look. En dos casos, el imputado actuó con otra persona que aún no fue identificada y la fiscal aclaró que en uno de esos hechos participó.

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