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Campo en alerta

La Federación Agraria Argentina reclama intervención del Estado por “abuso” de Monsanto

Acusan a la multinacional de acordar con las exportadoras un sistema de “retenciones privadas” que afecta a productores.


La Federación Agraria Argentina (FAA) intensificará un reclamo al gobierno nacional para que intervenga en lo que consideran un avance de la multinacional Monsanto sobre la producción, lo que calificaron como un sistema de “retenciones privadas” acordada por la corporación y los exportadores, la cual se aplicaría a partir de hoy y permitiría a Monsanto “tener el control sobre cada grano de soja que pretenda exportarse desde el país, quedándose con un porcentaje de cada tonelada que posea su tecnología”. En consecuencia, la entidad realizará hoy a las 10 una conferencia de prensa en su sede de San Lorenzo 1121, para brindar detalles de la situación.

Según explicó el vicepresidente segundo de la FAA, Jorge Solmi, a El Ciudadano, “Monsanto intenta determinar qué cantidad de semillas de soja tienen la tecnología que desarrolla –el gen RR2, que entre otras cosas vuelve a la planta resistente al glifosato–, la cual le vende a los semilleros como Nidera y Don Mario, para quedarse al momento de la venta con un porcentaje que ronda el 8 por ciento por tonelada de soja y sus derivados que sean exportados”.

El dirigente agrario manifestó que esta situación representa un abuso de poder por parte la multinacional, que se aprovecha de su posición dominante para “imponerle sus propias reglas a la cadena de comercialización, y las consecuencias terminarán afectando a los productores”.

Pero a esta preocupación de la FAA, se suma la falta de información de los productores quienes, “sin saber y sin querer, consienten que Monsanto se quede con parte de su cosecha en concepto de regalías”, más allá de que hayan pagado para adquirir el producto.

Para la entidad que agrupa a los pequeños y medianos productores, la “supuesta regalía” debió resolverse en la relación cliente-proveedor que tiene la compañía con los semilleros que incorporan su tecnología a las semillas que cada año liberan al mercado argentino.

Además, Solmi remarcó el nivel de irregularidad con el cual Monsanto pretende aplicar este sistema: “En los silos de las acopiadoras se mezclan todos los granos de soja, ¿cómo va a saber Monsanto qué soja tiene su tecnología? Es evidente que lo que quieren es cobrarles a todos”.

Pese al reclamo y a la relación cordial que mantiene la FAA con el gobierno luego de romper con la mesa de enlace, aún no hay una respuesta por parte del Ejecutivo nacional. “El Estado debe intervenir para salvaguardar la soberanía productiva y los derechos de los productores. Debe regular estos contratos firmados entre Monsanto y las exportadoras”, aseguró el dirigente.

Una lucha de larga data

El accionar de Monsanto sobre la producción argentina se mantiene desde hace tiempo y existe un antecedente en el cual fue la Justicia europea la que impidió que la multinacional se apropiara de una gran cantidad de harina de soja argentina.

Desde la FAA, recordaron que el cultivo de soja modificada genéticamente fue aprobado en 1996. Desde ese momento, Monsanto intentó cobrar regalías por el “derecho intelectual” sobre las semillas producidas en la Argentina, pero tanto la FAA como el gobierno nacional de ese entonces se opusieron al pago.

Por eso, en 2006, la multinacional intentó frenar judicialmente en Europa varios buques con harina de soja producida en la Argentina, alegando que el país le debía regalías por supuestas patentes. Pero la Justicia europea falló en contra de Monsanto.

El avance de la empresa se incrementó luego de este episodio y, a pesar de los intentos de la corporación para modificar la ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas, los productores han ejercido el derecho al uso propio de semillas.

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