Edición Impresa

Reflexiones

La economía y la política bajo presión en Chile

La economía y la política siguen bajo presión en Chile, con un nivel de actividad que crece menos por la caída en el precio del cobre y otras materias primas y problemas en las dos principales coaliciones partidarias para ganar el respaldo de la ciudadanía.


La economía y la política siguen bajo presión en Chile, con un nivel de actividad que crece menos por la caída en el precio del cobre y otras materias primas y problemas en las dos principales coaliciones partidarias para ganar el respaldo de la ciudadanía.

“No hay plata, no hay plata, viejo, entiéndeme, no hay un puto peso, entiende, no tenemos cómo”, enfatizó esta semana durante un seminario del sector minero el presidente ejecutivo de la estatal Codelco, Nelson Pizarro, al ser más que gráfico –y provocar una verdadera ola de menciones en las redes sociales– en cuanto a la situación que vive el sector productivo históricamente líder en el vecino país.

Durante su intervención en el seminario “Aporte de la Minería al Desarrollo de Chile”, Pizarro señaló que, ante la caída del precio internacional del cobre sólo es posible “superar el presente con reducción de costos”.

En ese contexto, se dio a conocer que el PBI del segundo trimestre creció 1,5 por ciento, el registro más bajo desde septiembre de 2014.

El desempeño también fue más bajo que el del primer trimestre, que se había ubicado en 2,2 por ciento.

El resultado del período se explicó por el impulso de la actividad de servicios personales y comercio, lo que fue contrastado por el efecto negativo en la minería –que volvió a descender– y en menor medida por la industria.

En ese contexto, el gobierno apunta a sostener la actividad: la demanda interna exhibió un alza anual de 1,4% en el trimestre, pero sobre todo impulsada por un aumento de 7% en el gasto de gobierno frente al 1,7% que registraron los hogares.

La situación tiene su impacto en el terreno político: hace pocos días se conocieron los datos de la reconocida encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), en la que la presidenta Michelle Bachelet contó sólo con un 15 por ciento de aprobación y un 66 por ciento de desaprobación a su gestión.

Los principales medios de prensa del vecino país destacaron que se trata del nivel de respaldo más bajo para un presidente desde el regreso de la democracia y que es una aprobación menor que la de otros mandatarios de la región, incluso los que atraviesan serias tensiones, como el venezolano Nicolás Maduro.

Además de la mala evaluación de la gestión de Bachelet, el sondeo del CEP dio cuenta de un bajo concepto del gobierno en general, con un puntaje de 3,31 en una escala que va de 1 a 7.

En la encuesta, el 48% de los entrevistados calificó la situación económica como mala o muy mala, en tanto que un 68% aseguró además que la situación política también es mala o muy mala.

La situación política –como parte de un proceso que no es nuevo– muestra bajos niveles de respaldo tanto para el oficialismo como para la oposición.

En la encuesta, sólo el 8 por ciento dijo aprobar la forma en que la coalición oficialista Nueva Mayoría lleva adelante su tarea, pero la oposición de centroderecha se llevó apenas el 10 por ciento de los respaldos.

Y el futuro político aparece como incierto: el 62 por ciento de los consultados dijo no saber quién prefiere que sea el próximo presidente, el 14 por ciento se inclinó por el ex mandatario Sebastián Piñera, el 5 por ciento por el socialista Ricardo Lagos y el 3 por ciento por el dirigente que se ubica en una “tercera posición”, Marco Enríquez-Ominami.

En ese contexto tuvo lugar una de las manifestaciones más multitudinarias en el vecino país, por el fin de las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP).

Ante las impresionantes imágenes de la movilización, la jefa de Estado señaló que su gobierno asume “el grave déficit de nuestras pensiones, para buscar mecanismos más justos y más solidarios”.

Del otro lado, el ex presidente Piñera advirtió que “en Chile la gente se jubila muy temprano con respecto a los países desarrollados, que se jubilan más tarde”.

En esa misma línea, el dirigente de centroderecha indicó que “la solución pasa por ahorrar más, por permanecer más tiempo en la vida activa y así todos van a poder tener derecho a una mejor pensión”.

Se trata de imágenes y escenarios que dan cuenta de un proceso de larga data: una sociedad cada vez más demandante y que muestra menos paciencia para obtener soluciones a problemas que vienen de lejos.

Comentarios