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Reflexiones

La Corte y Gils Carbó pujan por control de la pesquisa

Casi como una réplica de la reunión del miércoles entre Ricardo Lorenzetti y la jueza Fabiana Palmaghini, este jueves la Procuradora General se comunicó con la fiscal Viviana Fein para transmitirle su respaldo en el control del caso


Casi como una réplica de la reunión del miércoles entre Ricardo Lorenzetti y la jueza Fabiana Palmaghini, este jueves Alejandra Gils Carbó se comunicó con la fiscal Viviana Fein para transmitirle su respaldo en el control del caso que investiga la muerte de Alberto Nisman, que, hasta el momento le corresponde a ella. La procuradora general y el titular de la Corte Suprema expresan hoy en día las dos corrientes que animan la interna judicial y su conflicto subterráneo sirve como brújula para aquellos jugadores de la arena política que pretenden pronunciarse sobre los issues judiciales que dominan la agenda, a pesar de que todavía falta una semana de feria judicial.

La relación entre la jueza y la fiscal, cada una ubicada en las esquinas antagónicas de la puja descripta, es tensa a partir de que la jueza ha replicado las medidas periciales ordenadas por la fiscal. Palmaghini, con su particular estilo, no oculta cierto malestar con el accionar de la fiscal al punto que el staff de su despacho le recomienda mayor moderación tanto por la sensibilidad del caso como por la tangible posibilidad de que Fein termine endureciendo su postura y finalmente recusándola. Esa rivalidad se extenderá hasta el primer llamado a indagatoria. En cuanto haya un imputado individualizado, el caso pasará a la órbita de la jueza.

La celeridad del caso no será un elemento de conflicto: Palmaghini espera ansiosa ese requerimiento y Fein apura todos los trámites para llegar al mismo. El problema no es el futuro sino el mientras tanto. Una noción que también es permeable a la figura de Gils Carbó.

En las últimas 48 horas, los adversarios de la procuradora en el ministerio público se reunieron con Sergio Massa y Gabriela Michetti. El lunes próximo esperan a los radicales y el martes al gobernador cordobés Juan Manuel de la Sota, que tiene un teléfono rojo valioso en el plano judicial en la vocalía de Juan Carlos Maqueda. En esos encuentros, organizados en el gremio de jueces, domina la idea de que así como Cristina de Kirchner es cuestionada por su estilo de comunicación estructurado mediante misivas, algo similar sucedería con Gils Carbó, quien también adoptó la táctica de manejarse por comunicados.

Anotaciones esas que el jueves pasado circularon en paralelo a la idea que tendría la procuradora: que Nisman sea reemplazado en la unidad especial de la causa Amia por un grupo de fiscales. Ese esquema se originó durante el paso de Nicolás Becerra por la procuración, quien tenía la costumbre de organizar grupos de fiscales para sumergirse en frondosa contabilidad del Pami. Esos nombres serían consensuados entre todas las organizaciones de la comunidad judía, lo que implicaría una pérdida para el monopolio que en el caso de Nisman había tenido la Daia: Néstor Kirchner designó al fiscal por recomendación del vicepresidente de dicha organización.

Por su parte, desde el juzgado de Ariel Lijo alentaban el jueves la tesis de que el juez retendrá la causa iniciada por la denuncia de Nisman que habla de un supuesto encubrimiento de la pista iraní. Esa causa tendrá para el magistrado el mismo efecto que el caso Ciccone –por la imprenta del mismo nombre, en el que está implicado el vicepresidente Amado Boudou–, porque lo blinda de potenciales arremetidas del kirchnerismo duro.

En ese trámite, se conoció el jueves que el activista Fernando Esteche –involucrado en la denuncia de Nisman– será defendido por el mediático Fernando Burlando, encargado ahora de que Esteche logre seguir exhibiendo un récord procesal envidiable que en diciembre le equivalió a conseguir la libertad condicional al año y medio de estar en prisión, cuando en realidad lo esperaba una condena de cuatro años por haber violentado, mediante escraches y destrozos, el orden público.

El juez Daniel Obligado, que firmó esa determinación, concursa para ascender a la Casación federal y, en una demostración magistral de cálculo especulativo, acertó con una semana de antelación el puntaje que dicho organismo concedió a sus antecedentes. Notable.

Los expedientes por supuestos encubrimientos en el caso Amia se han transformado en cuestión primordial en los Tribunales. Así como la Casación tiene que integrar lo más rápido posible el tribunal que juzgará el encubrimiento de la pista siria, en la Corte ya se estudia desde el jueves el planteo de los acusados en dicho juicio que alegan ya haber sido sobreseídos por el juez Gabriel Cavallo. La primera semana de febrero promete jornadas agitadas en el porteño 4° piso de calle Talcahuano.

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