Edición Impresa

Vida y Plenitud

La aceptación, elemento clave

Diferente de la resignación, aceptar distintas situaciones de nuestras vidas, es fundamental para poder continuar adelante. Buscar las herramientas que nos ayuden a superar dificultades y reconciliarnos con el pasado es vital.


La aceptación es un elemento clave en nuestro proceso de crecimiento. Aceptar una situación conflictiva en nuestras vidas es necesario y es el primer paso para superar aquello que se nos dificulta transitar, ya sea que se trate de una crisis de índole laboral, afectiva o una enfermedad, una pérdida de un ser querido. La aceptación es diferente de la resignación: acepto aquello que ha sucedido en mi vida aunque esto no sea de mi agrado, no trato de negarlo pensando: “Esto a mí no me está pasando”. Aceptar aquello que ha sucedido es necesario para seguir un paso hacia adelante, para conectarnos con nuestras emociones y buscar herramientas que ayuden a superar la situación vivida. Puede que se nos dificulte entender por completo qué es lo que ha sucedido puesto que a veces los hechos involucran a otras personas, o simplemente porque desconocemos la totalidad de los acontecimientos que se encadenaron para, finalmente, llegar a la situación que vivimos. Aunque no sepamos con certeza cuáles son las razones que ocasionan nuestro malestar es necesario aceptarlo para que luego podamos encontrar una luz que nos guíe hacia adelante.

Hacer las paces con el pasado

La explicación no se encuentra retrocediendo con tu mente una y otra vez hacia aquello que nos causa dolor. El tiempo no retrocede mágicamente, es sólo tu mente la que divaga hacia el pasado en busca de alguna repuesta satisfactoria. Con ello sólo aumentas tu preocupación, la cual consume tu energía vital; pensando en el pasado te pierdes de vivir completamente el presente, el cual debe estar sólidamente construido puesto que sienta las bases de nuestro futuro. Por lo tanto, haz las paces con el pasado y vive plenamente el presente, aceptando los cambios que éste nos trae.

La aceptación es la clave para vivir este presente tal y como se nos manifiesta. Es necesario aceptar el dolor o el sufrimiento para luego buscar los medios necesarios para transmutarlo en energía positiva. Cuando se puede tomar el dolor como algo natural que forma parte de nuestras vidas, podemos aceptarlo para luego transformarlo en algo positivo. Al hacerlo, ayuda a que lo viejo sea disuelto por ser obsoleto y damos la posibilidad de que lo nuevo llegue a nuestras vidas; el dolor deja de ser sufrimiento al abrir nuestro corazón y permitir que a través de la Energía Universal pueda ser trasmutado en algo positivo.

La aceptación es entender que esto que sucedió no es de mi agrado: puede que no le encuentres una explicación, aunque para poder cambiar y encontrar un aprendizaje en esta situación se hace necesario aceptarla. Acepto para luego encontrar la enseñanza que se esconde detrás de esta circunstancia que atravesamos: de este modo la aceptación es el primer paso para poder superar el conflicto. La aceptación no es igual a la resignación; la resignación está conectada con la vivencia del conflicto desde un punto de vista negativo: me resigno a estar en una situación cuando no busco los medios adecuados para resolverla, cuando simplemente nos da lo mismo cualquier cosa que hagamos. La resignación es darnos por vencidos y dejar que el conflicto termine por sofocarnos, nos sentimos aturdidos, desorientados por lo ocurrido pero buscamos excusas para superarlo pensando que el conflicto es más grande que nuestras ganas de intentarlo de nuevo.

En cambio, la aceptación implica que nos damos cuenta de las dificultades en la que estamos inmersos: nos hacemos conscientes de nuestra desorientación y aturdimiento; al aceptar lo sucedido y no intentar taparlo o negarlo, damos paso a que surja nuestra confianza en nosotros mismos y, al mismo tiempo, para poder buscar en nuestro interior la fortaleza que nos conecte con las capacidades que poseemos permitiéndonos hallar una solución y un aprendizaje del conflicto vivido.

El aquí y ahora

En ocasiones, se trata de patrones de pensamiento limitantes que hicieron mella en nuestra autoestima, tienen que ver con la educación recibida de parte de padres, educadores, congéneres, tales como “no eres lo suficientemente bueno”, “no lo lograrás”, “nunca haces las cosas bien” para citar como ejemplo. Todos ellos están relacionados con la visión que los otros tienen de nosotros mismos y con la importancia que damos a la opinión del otro.

Aceptar la situación que atravesamos nos permite afianzarnos en el presente y desapegarnos del pasado, puesto que éste ya no existe ni puede ser cambiado. Aceptar es rendirnos ante lo que Es. A diferencia de la resignación que nos conecta con la energía negativa, la aceptación nos permite ir un paso más allá encontrando lo positivo que se encuentra escondido detrás de una experiencia dolorosa. Revivirla con la mente una y otra vez no soluciona lo que te causa dolor; aceptando lo sucedido desde el presente me coloca en una situación que faculta el encuentro de respuestas y soluciones que permitan superarla sin estancarnos en el pasado. Aceptar es preguntarnos: ¿cómo puedo superar este conflicto que atravieso y aprender de él?

Puede ser necesario, además, que en el proceso de aceptación descubramos que para la resolución del conflicto debamos aprender a perdonarnos a nosotros mismos o incluso a otras personas involucradas en la situación por no haber podido actuar de otro modo. Es por ello que es importante encontrar qué patrones de pensamiento son los que nos condicionaron.

La aceptación de la experiencia vivida nos ayuda a ir más allá de la queja, de la rabia, de la frustración que padecemos. La aceptación nos permite realizar un correcto aprendizaje y nos eleva por encima de los conflictos. Es importante no dejar que nuestra mente elabore una larga lista de hipótesis de lo que “hubiera sucedido” si hubiéramos actuado diferente, hacer esto nos aleja del presente puesto que la aceptación sólo puede ocurrir en este instante, no el pasado que se ha ido, ni tampoco en el futuro que aún no llega. La aceptación ocurre en el Aquí y Ahora.

La esencia del Ser

El Reiki nos permite identificar aquello que nos condiciona y nos limita a la hora de actuar ayudándonos a aceptar las limitaciones y descubrir nuestros dones y nuestro poder interior que nos dan la fuerza para avanzar en medio del caos que nos rodea.

El Reiki nos permite preguntarnos: “¿Quién es el que se siente frustrado, decepcionado o herido? ¿Mi ego, mi personalidad o mi verdadero Ser?”. Nuestra verdadera Esencia reside en nuestro Ser y en él no hay temores o frustraciones; a través del Reiki podemos conectarnos con la voz de nuestro corazón: ella está conectada con nuestro verdadero Ser. Es por ello que el Reiki permite abrir nuestro corazón a nuestro verdadero Ser para aceptar las dificultades como experiencia de aprendizaje, superando los conflictos vividos, y así descubrir una luz interior que nos guíe hacia el encuentro de la armonía, hacia la energía del Amor Universal que comprende el amor hacia uno mismo y hacia los demás.

 

Comentarios