Juan Hessel, uno de los más talentosos e innovadores creadores teatrales rosarinos de los últimos años, integrante del grupo del Centro de Estudios Teatrales (CET), acaba de estrenar su nuevo espectáculo, Salón, el fracaso de una idea, que en 2013 ofreció unas pocas funciones a modo de preestreno y que ahora se presenta todos los sábados a las 22, y los domingos a las 21, en la sala del CET (San Juan 842)
Hessel es autor de recordados trabajos tales como Almas fatales (basado en Fondo Negro: los Lugones, de Eduardo Muslip), donde como director y puestista empieza a descubrir un lenguaje, espectáculo al que le siguieron Naturaleza muerta, Territorio falso, Mal de ojo y el más reciente Guerra fría, lejos de todo, que realizó a comienzos de este año su última temporada.
Siempre abocado a producir ficción, con un claro sentido de la estética y una notable preocupación por borrar las huellas o marcas que quedan entre los textos escritos y aquellos producidos durante el proceso de creación del espectáculo por los propios actores, las propuestas de Hessel, en su mayoría, han surgido de sus talleres para actores con montaje final.
Sus trabajos tienen, como denominador común, un singular registro de actuación que suele abrevar en la puesta a punto de una instancia en la que la energía y un estado de supuesta violencia se vuelven determinantes.
Respecto de Salón, el fracaso de una idea, espectáculo en la que actúan Silvia Ferrari, Francisco Fissolo, Maite Lanuza, Luis Cuello, María Romano, Federico Cuello y Jessica Biancotto, con el diseño de luces del experimentado Juan Carlos Rizza (también integrante del CET), expresó el director: “A mediados del siglo XIX, en el Río de la Plata, una sangrienta guerra civil azotó al país. Después de la caída del caudillo, Doña Agostina Núñez intenta abrir su salón, en otros tiempos famosa tertulia donde pasó gran parte de la inteligencia del lugar. Pero en esta ocasión se deberá conformar con un puñado de sobrevivientes. Así, todos juntos, intentarán recobrar los buenos tiempos, pero lo único que comprueban es que son una especie de fantasmas rebotando por las paredes del lugar, amenazados por un malón que está a punto de ingresar del mismo modo que por una extraña enfermedad traída de África”.
La obra, como pasaba con Mal de ojo, espectáculo ganador de la XXIV Fiesta Provincial de Teatro 2008, en el que Hessel discurría en la interioridad (tanto en la de sus personajes como en la de un mundo interior), fue trabajada en base a un texto original escrito por el propio Hessel, donde la actuación es el motor principal de la narración. De este modo, siete actores con un importante recorrido dentro del ámbito teatral local conviven en un único espacio y tiempo y son ellos mismos los que van desarrollando la trama. Para dar vida a estos personajes fueron convocados actores que habían participado en los talleres de entrenamiento actoral o en espectáculos anteriores del mismo director como pasa con Silvia Ferrari, quien fue de la partida en varias de las experiencias llevadas adelante por Hessel.
Comentarios