Ciudad

Oferta y demanda

Inmuebles: el fin del cepo no trajo cambios y aún rige el peso

De acuerdo con un relevamiento entre inmobiliarias locales, atrás quedó el hábito de realizar transacciones en dólares.


El fin de la medida que restringía la compra de dólares en el mercado formal no modificó las reglas de juego en el mundo inmobiliario de la ciudad. Según representantes y agentes locales, los inmuebles siguen comercializándose en pesos y atrás parece haber quedado la “cultura” de usar la moneda estadounidense para este tipo de transacciones, como sucedía antes del “cepo”. En tanto, los intermediarios también aguardan que los precios suban si la inflación sigue al ritmo actual.

La restricción a la compra de dólares marcó un cambio en la venta de propiedades en Rosario. A diferencia de lo que sucedió en Capital Federal, donde el mercado nunca dejó de regirse por ese billete, la cotización de la mayoría de los inmuebles a nivel local se pesificó.

Si bien en un principio la medida que tomó Cristina Fernández de Kirchner fue resistida por los agentes rosarinos, con el tiempo tuvieron que adaptarse y cambiar.

Y ahora, a pesar de la salida del “cepo” en diciembre de la mano del gobierno de Mauricio Macri, la situación (a contramano de lo que podía preverse) no varió demasiado.

Según describen los corredores de la ciudad, de cada diez inmuebles ocho se cotizan y comercializan en pesos. En general, las únicas propiedades que mantienen su oferta en dólares son algunas de las a estrenar y las llamadas de alta gama. Es decir, aquellas que están ubicadas en las zonas más valuadas de Rosario y suelen contar con amenities, como pileta o quincho.

En diálogo con El Ciudadano, José Ellena, el titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros), aventuró que “los precios en pesos volvieron para quedarse”.

“Nosotros creemos que esto se va a mantener. El costo de los insumos es en esa moneda, que es la de curso corriente. Por eso es los más lógico que siga siendo así y es lo que nosotros como intermediarios recomendamos”, sostuvo.

En tanto, Javier Beltramone, titular de la inmobiliaria Beltramone SH, confió que ya tiene “toda su cartera en pesos”.

“El sector nace en pesos a partir de su estructura de costos. No sólo los materiales, sino también la mano de obra. Igual, hoy todo depende del cliente. Al abrirse la posibilidad a las dos monedas de forma libre se puede optar. Si un propietario quiere ofrecer su casa en dólares no hay problemas ya que se toma la cotización al precio oficial. Ya no tenemos los problemas que existían antes”, describe el intermediario.

Por su parte, Javier Grandinetti, el titular de la Federación Inmobiliaria Argentina (Fira), agregó otro enfoque e hizo eje en el histórico hábito, bien argentino, de ahorrar en dólares.

“También se va a volver al dólar en la medida que el comprador lo imponga. Hubo momentos en que el ahorrista guardaba su dinero en dólares y así se favorecía el uso de esa moneda. Además, hoy lo que es muy común es el cambio de ladrillo. En el caso del consumidor final, es decir, el que compra para habitar, es habitual vender ladrillo para volver a adquirir un inmueble en función del dinero que se tiene. Y para eso no son necesarios los dólares”, sostuvo Grandinetti.

La realidad

El fenómeno también se da en el marco de un escenario económico complejo y de mucha incertidumbre a nivel nacional.

Con la salida del “cepo” se produjeron dos situaciones bien marcadas: por un lado, el valor del dólar se “blanqueó” y así el llamado blue dejó de ser una referencia para las transacciones; por el otro, la fuerte devaluación (como se preveía) comenzó a golpear duro en los precios de la economía en general.

En el sector inmobiliario la suba de valores aún no se percibe. Pero si la inflación se sostiene impactará a la larga irremediablemente en el costo final de la vivienda.

“El mercado también tiene que ver con la inflación. Es imposible mantener los precios si el resto de los costos sube. La expectativa es que las propiedades puedan llegar a aumentar. Por supuesto, todo dependerá también de la demanda”, señala Ellena.

Según el dirigente, sin demasiados lujos hoy el costo de construcción del metro cuadrado oscila entre 8.000 y 11.000 pesos. Sobre una superficie aproximada de 80 metros, el cálculo da unos 900.000 pesos. Es decir, más de un millón de pesos si además hay que adquirir el terreno.

En tanto, si la idea es no afrontar una obra y comprar directamente, por ejemplo, un departamento en el centro de la ciudad, de un dormitorio, el valor se puede estimar entre 900.000 y 1.150.000.

La venta viene floja, pero con confianza

Sobre el nivel de las ventas de inmuebles, Ellena admitió que actualmente se están realizando pocas operaciones en Rosario. Pero dijo que las expectativas para el resto del año son buenas.

“Hay que tener en cuenta el momento del año en que estamos. Y que la toma de decisión de compra en estos casos no es rápida. Cualquier tipo de inversión inmobiliaria implica fuerte sumas de dinero. Y todavía hay un poco de incertidumbre”, manifestó el intermediario.

Por su parte, Beltramone señaló que el 2016 arrancó con “pequeños” incrementos de precios en las propiedades nuevas, las cuales están atadas directamente al índice de costo de los materiales de construcción. Así, agregó que el valor de las unidades a estrenar dependerá invariablemente de la inflación.

Distinto es el caso en los inmuebles usados. “En estos casos los departamentos nunca suben al mismo precio que el resto de la economía. En general, la demanda no convalida aumentos muy fuertes”, sentenció Beltramone.

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