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Sociedad

Inédita experiencia inclusiva en la educación pública terciaria

Se trata del Iset 18, donde se dan clases con lengua de señas a alumnos sordos. Y además están adaptando videos educativos.


La ley nacional de educación N° 26.206 sostiene la necesidad de priorizar el principio de igualdad en todos sus actores. Para ello, el Estado debe garantizar una educación con respeto a la libertad, la dignidad y la autoestima de las personas con discapacidad, el respeto por los derechos humanos y la igualdad de oportunidades.

En la Argentina la educación superior no es obligatoria, y en este marco suele quedar al margen de algunas prioridades, como por ejemplo la atención de estudiantes con discapacidad.

El Instituto de Educación Superior N° 18, más conocido como Iset 18 –www.iset18.edu.ar– ha logrado desde el año 2012 la incorporación de intérpretes de señas que trabajan con alumnos hipoacúsicos en la carrera de Fotografía. El desempeño de los intérpretes en los distintos niveles de la educación no está totalmente garantizado; muchas veces esta función es cubierta por docentes integradores que, a pesar de su esfuerzo, no alcanzan a cubrir las necesidades comunicativas de una persona sorda. En la actualidad, el equipo de profesionales que interpreta en el Instituto 18 está integrado por Leticia Gaglianese, Elisabet Merlo y Emilce Pajón.

La experiencia del Iset 18 y su comunidad educativa abrió las puertas para el reconocimiento de horas cátedra en otras instituciones educativas de la provincia de Santa Fe.

El camino recorrido por las intérpretes en este instituto ha logrado dar un salto en calidad.

Además del trabajo en el aula, las profesionales están realizando la interpretación de materiales audiovisuales que los docentes utilizan en sus cátedras. Es la primera vez que desde una institución pública terciaria se realizan materiales interpretados para estudiantes sordos.

“Este año comenzamos un proyecto de videos que se interpretan para los alumnos hipoacúsicos de la carrera de Fotografía –cuenta Elizabet Merlo–. Están realizados sobre contenidos curriculares que previamente son seleccionados y entregados por los docentes de las cátedras. Nosotras los vemos, los analizamos y los interpretamos. Son videos que los profesores muestran en clases y a veces son sugeridos para ver en sus casas, pero como son con audio necesitan ser traducidos para que los chicos puedan seguirlos”.

El proyecto plantea la posibilidad de formar una videoteca que funcione en la biblioteca del instituto, a la cual puedan recurrir los estudiantes sordos que cursan la carrera. Aún no está definido, pero el material podría ser ofrecido, respetando los derechos de autor, a otras instituciones públicas que puedan requerirlos.

“En un principio –sostiene Leticia Gaglianese– los materiales son exclusivos de fotografía, porque hay alumnos sordos en esa carrera, pero los audiovisuales pueden ser extendidos, en la medida que estudiantes hipoacúsicos decidan inscribirse en otras carreras de las que ofrece el instituto”.

La experiencia que se está desarrollando en el Iset 18 es inédita; no sólo fue el primer instituto terciario en tener horas para intérpretes, sino también es vanguardia en cuanto a la realización de videos documentales interpretados para alumnos hipoacúsicos, con características curriculares. Más aún si se tiene en cuenta que es una institución pública.

Interpretar para un video no es lo mismo que trabajar en el aula. “En el aula –apunta Merlo– se hace una interpretación simultánea donde el docente desarrolla la clase y en el mismo momento traducimos en lengua de señas. Cuando es un audiovisual, tenemos la ventaja de tener el material con anterioridad para verlo, conversarlo y buscar información relacionada que ayude a fijar algunos conceptos específicos de la disciplina. Además, nos permite saber qué estrategias de interpretación podemos utilizar en algunas partes, resolver metáforas, etcétera. Por otra parte, está todo el trabajo que se realiza frente a la cámara, que no es lo mismo que hablarle a los chicos en el curso. Hay que saber mirar la cámara en el espacio diseñado y tener la vista en relación con la pantalla”.

Gaglianese sostiene que como parte de su capacitación se prepararon para interpretar en medios: “En el marco de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la Defensoría del Público hizo varias capacitaciones a lo largo de estos años, a las cuales nosotras asistimos. Fueron cursos para interpretar en la TV, por eso tenemos algo de experiencia al momento de hacer estos videos”.

Las intérpretes realizan todos los años reuniones para docentes y alumnos donde explican las características de la comunidad sorda y de la lengua de señas. Explican en qué consiste la interpretación y cómo se pueden llegar a adaptar los exámenes para que los alumnos sordos tengan igualdad de oportunidades, que no significa tener el mismo examen sino que, desde sus posibilidades, puedan resolver un examen. Estas reuniones se realizan con el fin de mejorar la interpretación en el aula, lo que ayuda a conseguir, por ejemplo, los materiales con anterioridad.

“Hasta el momento hemos producido tres videos –afirma Merlo–. Uno institucional, donde habla un alumno sordo y da cuenta que la institución tiene intérpretes y que se pueden estudiar diversas carreras; otro vídeo que es una entrevista a Adriana Lestido, una fotógrafa muy reconocida, y hay un tercer audiovisual sobre la historia de la fotografía que está realizado sobre un material del canal Encuentro. Estos trabajos se ejecutan con Lionel Rius, que es realizador audiovisual y se encarga de la filmación y la edición de los audiovisuales”.

“Traducir un video de 20 minutos nos lleva por lo menos tres semanas –dice Gaglianese–. Lo que traducido en tiempo serían unas tres horas semanales, más lo que le dedicamos en casa con la búsqueda de información, etcétera. Nos lleva mucho tiempo porque tratamos de que sea lo más preciso posible”.

Este año el Iset 18 tendrá los dos primeros egresados hipoacúsicos que cursaron sus estudios con intérpretes de señas. La proyección de ambos es la de seguir capacitándose y avanzando hacia nuevas propuestas pedagógicas. Uno de ellos quiere continuar sus estudios en otra carrera del mismo instituto y realizar una adscripción en Fotografía. Los estudiantes suelen realizar adscripciones como forma de iniciar su carrera docente: si esto se concreta, se abrirían nuevos desafíos para la educación pública, porque si en el futuro este joven sordo comienza su carrera docente necesitará un intérprete para desarrollar sus clases. Entonces comenzará otra lucha: la de garantizar derechos a docentes hipoacúsicos que cumplan su tarea frente a estudiantes que oyen.

Sería otro hecho inédito que produciría el Iset 18 y su equipo de intérpretes: que en la educación superior técnica haya un docente sordo frente a una clase de alumnos oyentes.

La licenciada Paola Lauretti explica: “La integración constituye uno de los fenómenos de mayor trascendencia en los últimos años en el campo de la educación. Su origen en la década de los 60 en los países desarrollados se suscitó en los movimientos a favor del derecho de las minorías a no ser discriminadas y en la conciencia de las condiciones en que vivían las personas con discapacidad, entre otros colectivos. La educación terciaria en nuestra provincia tiene instituciones educativas que entienden que la integración es un derecho que debe materializarse con acciones concretas. Todavía hay mucho camino que debe recorrerse”.

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