En el cementerio La Piedad descubrirán hoy a las 10.30 un pequeño monumento en homenaje al perro Collie, que fue durante nueve años todos los días a visitar la tumba de su dueño. Se trata de una iniciativa impulsada por el área de de Preservación y Gestión del Patrimonio en Cementerios, de la Dirección Cultural del Centro Municipal de Distrito Oeste y de la organización Fondo de Ayuda al Callejero. La intervención es un cuadro de la fiel mascota, realizado con técnicas en mosaico por la artista plástica Liliana Cosidero.
La ordenadora cultural el CMD Oeste, Marcela Valdata, contó que desde las distintas instituciones organizadoras del homenaje pidieron que se hiciera una imagen del perro con material reciclado. “Era un tanto complejo, por eso decidimos que fuera técnica en mosaiquismo y lo llevó a cabo Codesiro, a quien contactamos porque es especialista en el trabajo de esta técnica, y además vive en la zona”, explicó.
Valdata señaló también que se trata de un hecho importante, “ya que no es frecuente que convoquen a las áreas de cultura de los distritos para una intervención que no sea otra cosa que descubrir un busto de bronce”, por lo que hizo hincapié en la historia de la mascota, como también en el reconocimiento a una artista del barrio.
Para el concejal del bloque Peronismo Solidario, el veterinario Carlos Cossia, el homenaje que le harán hoy al perro collie no debe pasar inadvertido. “A veces duele que se minimicen estas cosas, sobre todo en un momento de tanta indiferencia con la vida, de tanta hipocresía, de falta de fidelidad. Me duele porque tuve la suerte de estar 42 años al lado de los animales por mi profesión de veterinario y estoy convencido de que son un ejemplo de fidelidad”, sostuvo.
Finalmente, el edil dijo que “seguramente su dueño estaría muy feliz, porque el animal abandonó la comodidad de su casa para estar junto a él en el cementerio y es un hecho de fidelidad y amor total. A veces, la política es ejemplo contrario de todas esas cosas”.
Un visitante incondicional
Cuando murió su dueño, Collie fue todos los días, durante nueve años, a la tumba de su dueño en el cementerio La Piedad. La historia de amor y fidelidad se conoció cuando los empleados de la necrópolis ubicada en la zona oeste de la ciudad relataron la curiosa historia a El Ciudadano y otros medios de comunicación, y así la noticia circuló por la redes sociales rápidamente.
Según dijeron los trabajadores a este medio, en enero de este año cuando el perro falleció, para respetar la irrevocable voluntad de Collie, expresada a lo largo de nueve años de asistencia casi perfecta al cementerio, cremaron sus restos y los esparcieron cerca de la tumba de su amo.
Hoy, finalmente, la mascota tendrá un pequeño monumento con su imagen (hecha con técnica de mosaicos) y también una placa que el concejal y veterinario Carlos Cossia colocó en el predio hace unos meses.
Comentarios