Conciertos

La cantante desembarca en Rosario

Hilda Lizarazu: “Todo lo que tengo lo compré con mi voz”

Hilda Lizarazu desembarca en Rosario en el marco de los festejos por los 50 años de rock en castellano y, como anticipo, relata su propia historia vinculada a un género que la cuenta entre sus protagonistas.


Para Hilda Lizarazu, la historia del rock nacional empezó en el Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno. Corrían los años 70 y ella, una pequeña de tan sólo 10 años, esperaba con ansías los fines de semana para salir del pupilaje, para escuchar e intercambiar con sus amigos vinilos de Invisible, Aquelarre y Pescado Rabioso. El rock en castellano había comenzado a andar hacía algunos años, y el instituto en el que ella pasaba sus días y sus noches formaba parte de su historia. Fue ahí donde Charly García y Nito Mestre aprendieron a ser “formales y corteses”; fue ahí donde nació “Aprendizaje” y quien sabe qué otros himnos de la música argentina de esa época. “Escuchábamos Sui Generis porque sabíamos que ahí se habían graduado ellos”, recordó Hilda.

La cantante Hilda Lizarazu se presentará este miércoles, a partir de las 21, en el Distrito Siete (D7, Ovidio Lagos 790).

Su historia oficial cuenta que ya de adolescente vivió en Nueva York y volvió a la Argentina en los 80, como fotógrafa profesional. “Supe que quería hacer música cuando ya estaba haciendo música”, confesó. “No terminé la secundaria pensando en tener una banda de rock, ni pensé que formalmente yo iba a vivir de lo que estoy viviendo hace treinta años, que es de cantar”, dijo. Pero su pasión primaria se reconfiguró en algo más que un hobby que puede verse plasmado en la muestra fotográfica “Los Ángeles de Charly”, con imágenes que tomó del gran astro García. Una exposición compartida con las fotógrafas del rock Andy Cherniavsky y Nora Lezano, que el jueves llega a Mendoza.

“El otro día estaba haciendo un trámite y me preguntaron: «¿Profesión?». Cuando dije «músico» la chica me dijo: «¡Qué lindo!». Y pensé: «Sí, es que es hermosa mi profesión»”.

Hilda no recibió herencias, ni tuvo “maridos”. “Todo lo que tengo me lo compre con mi voz”, dijo. “Estoy parada acá por mi propia voz”, reafirmó, y se quedó pensando. Tal vez sí hay una herencia: “Cuando mi viejo partió, fui a su placard y me llevé todas las corbatas que tenía, y con esas corbatas me hice un vestido que está buenísimo. Tiene vuelo y movimiento, porque las corbatas son como flecos largos”. Cuando lo describe, se nota el amor que le tiene a su atuendo para presentaciones grandes. “En marzo me lo puse en el Lollapalooza, que me invitó Lisandro Aristimuño y antes lo había usado en un homenaje a Luis Alberto Spinetta que compartí con otros músicos”, dijo orgullosa. “Ahora lo estoy dejando descansar un poco”, se rio.

Rock que sonaba en la radio

“La historia del rock en castellano se empieza a contar a partir de «La Balsa», con Litto Nebbia y Tanguito. Se escribió en el 67 pero se la editó en el 68 así que se la tironea con «Rebelde» de Moris. Es un juego de una pequeña cofradía de músicos. Yo me monto en esa balsa para homenajearla”, dijo Hilda adelantando su llegada a Rosario de esta noche. “Voy en un ultraliviano, en un dúo ultra despojado y acústico. Haciendo algunos temas de Las vueltas de la vida (su último disco) pero en el marco de los 50 años del rock argentino que se está viviendo en este 2017. Estoy haciendo bastantes temas de esa cepa. Temas emblemáticos del rock argentino. Homenajeándolo”, adelantó.

“¿El D7 está cerca del río?”, preguntó sobre la primera parada de su gira actual que ella titula Pura fe. Después de Rosario, el periplo recorrerá la provincia, pasando por Cañada de Gómez, Casilda, Chañar Ladeado y Salto.

Hilda se inició formalmente en el rock al mismo tiempo que Fabiana Cantilo, Celeste Carballo y Sandra Mianovich, entre otras. “Fueron coincidencias de tiempo”, analizó. “Tuvo que ver con el advenimiento de la democracia, con la gestación de grupos donde ardían las salas de ensayo, había muchos lugares para tocar. Eran principios de los años 80, emergieron un montón de músicas, entre ellas Fabiana Cantilo, Celeste, Mavi Díaz, todas mujeres que siguen estando y otras no, como María Gabriela Epumer, que partió”, repasó. Hilda no hace una lectura de género al surgimiento de las exponentes del rock. “Creo que tal vez tenga que ver con esa emergente democracia que nos transformó en una sociedad más activa en lo musical. Las radios empezaron a pasar más música en español”.

 Jugar a hacer canciones

“Estoy empezando a pergeñar nuevas ideas para tal vez el año que viene seguir mi camino, que es el de cantar y de tener esas nuevas ideas para seguir jugando con este asunto de hacer canciones, e interpretar canciones de otros que me gustan. Estoy con un proyecto con Lito Vitale de agarrar esa música de los 70 y hacer un disco de intérprete, pero no estoy segura si lo voy a sacar este año o el que viene. Este año no paré de hacer diferentes presentaciones y estoy haciendo radio todos los sábados hace ya un año y medio”, dijo Hilda.

En Radio Nacional Rock, todos los sábados Hilda y Lito hacen La bella y la bestia. “Yo paso música de mujeres, más que nada. Hay un montón de chicas haciendo nuevas canciones, instrumentistas, que está buenísimo lo que hacen. Y chicas jóvenes estudiando y creando nuevos grupos. Tal vez no esté tan difundido en las radios comerciales porque tengan arreglos con las pocas compañías discográficas que quedan en pie”, opinó. Y preguntó emocionada: “¿Escuchaste a Ignacia Etcheverry, Juana Molina, a Milhojas de Gimena Álvarez Cela? Es música cantada por mujeres y compuesta por mujeres”, recomendó en la despedida.