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argentinos logró el ascenso

Heinze reivindica la escuela del Loco Bielsa

Argentinos logró el ascenso varias fechas antes de la mano del Gringo, artífice de un gran equipo.


La profusa escuela de Marcelo Bielsa, integrada por discípulos de distinta cepa, quedó reivindicada con el ascenso de Argentinos Juniors a Primera División de la mano de Gabriel Heinze, un técnico con cromosomas de la ideología y la metodología del Loco.

Con apenas 39 años y en la segunda experiencia de su carrera como entrenador, el entrerriano de la ciudad de Crespo pudo configurar un equipo con identidad, que deslumbró con su juego en una categoría siempre hostil para desplegar fútbol de etiqueta.

Heinze hizo de Argentinos (líder desde principios de temporada) un equipo de números envidiables: mayor cantidad de victorias (23), menor caídas (6), la delantera más goleadora (57) y la valla menos vencida (22).

Todo ello estructurado sobre la base de conceptos futbolísticos irrenunciables, que el Gringo asimiló durante su extensa y brillante carrera como jugador, en la que fue dirigido, entre otros, por Alex Fergusson (Manchester United); Bernard Schuster (Real Madrid), Didier Deschamps (Olympique de Marsella), Luis Enrique (Roma); Bielsa, Néstor Pekerman, Alfio Basile y Diego Maradona en el seleccionado argentino.

Heinze recibió miradas desconfiadas desde la platea al llegar a La Paternal debido a un mal primer paso en Godoy Cruz de Mendoza, donde dirigió once partidos (dos victorias, dos empates y seis derrotas), porque entonces no tenía el título habilitante para ingresar al campo de juego.

El idilio con el público del Bicho se lo ganó con resultados pero fundamentalmente con una propuesta futbolística ambiciosa, caracterizada por la intensidad física, el buen trato de pelota desde el arquero y el ataque masivo con todos los componentes del equipo.

En esa tarea, el Gringo se reveló como un DT obsesivo, acaso a los mismos niveles del propio Bielsa. Dejó a su familia en Rosario para dedicarse en Buenos Aires a la exclusiva misión de superarse en el fútbol, con una inversión de siete a ocho horas diarias de estudio.

Con su cuerpo técnico, compuesto por Mariano Toedtli, Julio Vaccaria y Javier Vilamitjana, no dejan nada librado al azar. En los entrenamientos desarrollan ejercicios innovadores e imponen una disciplina de la que nadie está exento, ni siquiera los dirigentes.

Nadie puede estar quieto o con las manos en los bolsillos, y cuando los jugadores corren, todos tiene que hacerlo, por respeto y también para fortalecer la unión. Así sorprendió a un directivo del club durante una práctica en la cancha de Atlético Tucumán, previa al debut en la temporada ante San Martín en el norte. El dirigente, quien contemplaba los trabajos cómodamente con chomba, bermuda y sandalias, tuvo que descalzarse para trotar detrás de médicos, utileros y otros colaboradores.

La tecnología es otro aspecto determinante en su metodología. La computadora lo acompaña en casa paso, pues con ella se capacita, repasa tácticas, analiza rivales y desmenuza cada partido para entregarles información a sus jugadores.

Adicto a los videos, Heinze descubrió mediante uno de ellos una nueva manera de salir jugando desde abajo. El Gringo tenía contabilizadas 24 combinaciones y encontró una más en un partido regional de San Francisco, Córdoba.

Fuera de la cancha se muestra como un personaje díscolo, antipático y distante. En los periodistas reconoce poca sabiduría de fútbol, por eso sólo habla en conferencia de prensa después de cada partido.

Heinze no busca agradar con sus formas, sólo le preocupa la realización de sus ideas futbolísticas y en Argentinos Juniors lo consiguió de manera plena, lo que le augura un futuro de crecimiento en su carrera.

“EL CLUB SE INCENDIABA”

Tras el triunfo sobre el Lobo jujeño que decretó el ansiado regreso a la máxima categoría del fútbol argentino, Heinze sentenció delante de los micrófonos: “Me fueron a buscar cuando el club se incendiaba. Los dirigentes pusieron en juego cosas personales cuando pasamos momentos muy jodidos y eso tiene un gran valor”. “Quiero pedirles perdón por mi carácter y mis formas, que a veces llevaron a un camino áspero. La verdad que lo que hicieron ellos por la institución es enorme y por eso los hinchas tienen que estar tranquilos”, aseguró. Además, en una muestra plena de agradecimiento con su cuerpo técnico, el Gringo llevó a todos los integrantes a la sala de conferencia y avisó: “Sin ellos yo no conseguía nada”.

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