A lo largo de los últimos dos meses se viene viviendo en la ciudad una especie de “epidemia” de llamadas –todas falsas– alertando sobre la presencia bombas en distintas instituciones educativas. Según informó el Ministerio Público de la Acusación ya hubo 31 amenazas. Hasta el momento se constataron tres números cuyos titulares pudieron ser identificados entre una primera tanda de 45 llamadas que envió el 911 a los investigadores. Los mismos serán citados a la Fiscalía la semana que viene para declarar. Aún falta llegar más tandas para constatar si hay números que se repiten.
Esta situación inusual preocupa al Ministerio de Educación que viene trabajando con los docentes y los centros de estudiantes de las distintas instituciones que recibieron estas llamadas que obligan a desalojar los edificios, accionando la presencia de la Brigada de Explosivos y provocando innumerables inconvenientes para el cursado normal.
La delegada local de la cartera educativa, Daiana Gallo Ambrosis, aseguró que hasta el momento “no hay ningún patrón común”. “Estamos en contacto permanente con Fiscalía, trabajando en conjunto para tratar de dilucidar estas situaciones aplicando un dispositivo con los centros de estudiantes, con las distintas instituciones que se vieron involucradas a fin de poder trabajar con estudiantes y docentes para abordar una comprensión más compleja de lo que significan estos hechos en la sociedad, un poco haciendo conciencia y construcción de ciudadanía”, señaló.
“Nosotros lo que vemos es que a través de los centros de estudiantes, entre los pares, pueden llegar mejor a comprender las diferentes consignas. Ellos están trabajando codo a codo con nosotros para que se entienda la complejidad del asunto. No hay un patrón. Si bien creíamos que en algunas instituciones ocurría porque había exámenes o entregas de trabajos prácticos, en los casos de los últimos días no tenían exámenes, por lo cual estamos ante un patrón diferente al que veníamos manejando”, siguió.
La funcionaria recordó que las escuelas tienen la orden que ante cualquier amenaza de bomba se debe desalojar inmediatamente el edificio. “Más allá de que puedan sospechar que es una mentira, tienen que sí o sí activar el protocolo. Nosotros no podemos lamentarnos si algo termina pasando después. Las escuelas no pueden relajarse y estamos tratando de trabajar con los chicos y los docentes puertas adentro”, indicó la funcionaria.
“Esto comenzó dos meses atrás, después de las vacaciones de invierno más que nada. Sí se ha dado en el año, pero han sido de manera esporádica. Estamos como ante un efecto contagio. La Fiscalía está esperando los listados de las empresas privadas de telefonía. Lo que sí ha tenido acceso es al listado de todos los que han llamado al 911, y comprobó que el 95 por ciento de esas llamadas han sido desde instituciones educativas, por parte de empleados, y sólo un 5 por ciento han sido desde teléfono celular. Están identificados los teléfonos celulares. En los tres casos que llaman desde teléfono celular, dicen que se enteraron por un tercero o por un informante. Distinto es cuando llaman desde una escuela porque es la que recibe la llamada a su teléfono fijo. Se está investigando”, afirmó Gallo Ambrosis.
En toda la ciudad
Las últimas amenazas de bombas registradas se dieron el último lunes en la escuela Virgen del Rosario, ubicada en Callao y Salta; y la San Francisco de Asís, situada en Herrera al 500. Antes ocurrió lo mismo en el Complejo Educativo Estanislao López, en bulevar Oroño al 900; en el colegio San Miguel de Arcángel, ubicado en San Nicolás al 1400; en el Colegio San José, de Presidente Roca y Salta; en la escuela Los Arrayanes, de Riobamba al 1100; en el Madre Cabrini, de Pellegrini al 600; y en el Complejo Educativo Latinoamericano, ubicado en Pellegrini al 1300, entre otros.
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