Edición Impresa

Opinión mundial

Háganlo por nosotros

La sección El Hincha vive hoy de manera especial un partido en donde la pasión se mezcla con la profesión.


Seguramente Jorge Balbo, maestro de muchos de los que estamos en la sección deportes de diario El Ciudadano, no lo permitiría. Pero sé que desde el cielo Jorgito me dará el okey, por esta vez, de expresar lo que se siente en primera persona. Él, desde allá, también lo hará. Él lo vivió en la cancha hace 28 años en México y cuatro más tarde cuando estuvo en Italia. Hoy no está con nosotros, pero seguramente sufrirá al igual yo, que Pablo, Ale, Gabriel, Willy, David, Mariano y el Chino, los que compartimos con él la pasión de hacer periodismo… Y también sufrirán Franco, Trillo, Lichi, Quique y Fede, los que se sumaron más tarde.

Hoy tenía ganas de escribir, pero desde el corazón. Y no de tácticas, de si tiene que jugar uno u otro, si Sabella hace bien en elegir a tal o cual o si los alemanes fueron los que mejor jugaron a lo largo del torneo. Hoy quiero expresar lo que siento y lo que millones de argentinos sentimos.

Hoy, 24 años después, Argentina jugará la final de un Mundial. Y todo un país estará pendiente de lo que hagan 11 leones justo en Brasil, la tierra del fútbol. Por eso, sólo les pedimos que dejen hasta la última gota de sudor porque sabemos que buscarán vengar lo que pasó hace cuatro años en Sudáfrica y mucho más: hacer olvidar aquél ‘robo’ de Codesal y el penal de Brehme hace ya 24 años. Pero también deben pensar en la gesta del 86, en los goles de Diego a Inglaterra, la corrida y el gol de Burru en la final…

Muchas imágenes han pasado desde la vuelta olímpica en el imponente estadio Azteca. Las puteadas de Maradona a los italianos, el “me cortaron las piernas” de Diego y la eliminación en Estados Unidos, el infantil cabezazo de Ortega y el gol que nos mandó a casa de Bergkamp en Francia, el cachetazo inesperado cuando parecíamos campeones antes de jugar en Corea-Japón, los penales malditos ante los germanos con Messi en el banco en la mismísima Alemania, y las cuatro bofeteadas que nos dieron los teutones en Sudáfrica. Muchas, demasiadas pálidas para un pueblo que respira fútbol.

Pero hoy llegó el día. Es verdad que todos queremos ser campeones, pero lo que hicieron estos 23 muchachos ya es gigante. Aunque les pedimos más. Mátense, como hasta ahora, por la celeste y blanca. Háganlo por nuestro querido Jorge que los estará alentando desde el cielo y por 40 millones de argentinos que nos merecemos una alegría entre tantas malas noticias. Dejen la vida, como la dejarán los que gritarán desde las tribunas del Maracaná, o los que irán a la playa de Río al Fan Fest, o los miles de criollos repartidos por todo el mundo. Hoy es el día. Hoy todos queremos gritar “dale campeón”.

Comentarios