Poco antes de las tres de la tarde un falso cliente entretuvo a los empleados de la empresa Aceros Comeco, ubicada en Juan XXIII (ex Biedma) al 7500, en la zona de Presidente Perón y Circunvalación. Preguntó por algunos caños y se fue después sin comprar nada. Pero a los pocos minutos regresó con otros tres cómplices, todos armados. Fueron pocos minutos los que duró el robo, y huyeron con un magro botín: 3.500 pesos, además de los celulares de clientes y empleados. A las víctimas les sorprendió la velocidad y el profesionalismo de los asaltantes.
Según contó a El Ciudadano uno de los encargados de la fábrica, el robo ocurrió a las 15.15, cuando en las oficinas había unas 10 personas entre clientes y empleados. En ese horario la fábrica está a pleno, pero a los ladrones no les interesó ingresar, sólo se quedaron en las oficinas, donde suponían se encontraba el dinero. Uno de los empleados de la firma contó que uno de los ladrones encañonó al guardia que estaba en la puerta de la fábrica y a punta de pistola lo llevaron hasta las oficinas. Allí, rápidamente, dos de los ladrones saltaron los escritorios y obligaron a todos a tirarse al piso, mientras los otros dos cómplices se quedaron en la parte delantera de la administración. En esa instancia una de las empleadas se desmayó.
Pedían plata y revolvían los escritorios. Pero sólo consiguieron 3.500 pesos en efectivo, un maletín con valores en cheques, además de los celulares y el escaso efectivo que había en las billeteras de los empleados y clientes.
“No eran de esos ladrones de motito. Eran tipos profesionales, rápidos”, destacó uno de los empleados de la firma.
En la puerta de la fábrica habían dejado los mismos autos en los que llegaron y después huyeron; un Fiesta color negro y un Polo gris. “Es posible que hubiera más gente en los autos, esperando en la puerta, pero no alcanzamos a verlos, fue todo muy rápido”, cerró el encargado.
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