Espectáculos

Gina Valenti: “Mi música es mi lenguaje”

La compositora Gina Valenti, conocida por ser la creadora y directora del “404 Festival de Arte y Tecnología”, habló sobre el concierto de piano que, con visuales interactivas incluidas, ofrecerá un viaje al interior de su obra. Con la participación de Matilda y Ññññ, esta noche, desde las 21, en Platafoma Lavardén.


“Siempre soy en tiempo real. La música debe ser así. Pero cuando estoy tocando, la que se está componiendo soy yo”. Así, la artista Gina Valenti definió la intensidad con la que vive sus conciertos. La compositora rosarina de música para piano, también conocida por ser la creadora y directora del “404 Festival Internacional de Arte y Tecnología”, se presentará esta noche, a las 21, para hacer, en el teatro de Plataforma Lavardén (Mendoza y Sarmiento), un viaje al interior profundo de su carrera que comprende, como anticipó en diálogo con El Ciudadano, casi dos décadas de vida. El concierto, que tendrá entrada libre y gratuita, se llevará a cabo en el marco de la 9º edición del Rosario Indie Sessions (ver aparte) que contará, además, con la participación de las bandas Matilda y Ññññ.
Las obras para piano de Valenti (cabe destacar que también produce música electrónica, es escritora y artista plástica) no se ajustan a un género definido aunque, según contó la artista, pueden encontrarse canciones de estilo burlescas “que tienen un aire a los años 20 y 40 pero indefinido en cuanto a nomenclatura”, dijo.
De formación clásica, cuando niña Valenti interrumpió esa educación al toparse con profesores deficientes. “Durante un montón de años cerré el piano y no lo volví a abrir”, dijo en una charla íntima. Y profundizó: “De alguna manera tengo en la génesis esa enseñanza clásica pero, a su vez, en el medio corté abruptamente y fui para otra parte. Es como una negación: es el amor por lo que aprendí y el choque de lo que significa culturalmente aprender en los conservatorios donde, rara vez te incitan a componer”.
“Cuando uno compone –continuó– está haciendo un mix de realidad, está sampleando todo lo que te pasó y escuchaste. Por eso, cuando toco, se juntan fragmentos que hay en mi cabeza dando vueltas: desde canciones de los 80 y clásicos, hasta punk”.
Cuando después de algunos años la compositora volvió a abrir el piano empezó a hacer su propia música. Si bien –como contó– los temas eran una mezcla de música clásica y contemporánea “siempre traté que no se dibuje la melodía” porque, dijo, “está bueno que uno no se quede fuera de las canciones y que pueda cantarlas”.
Este show será quizá la única oportunidad en 2014 de escuchar a Gina Valenti tocar en vivo en su ciudad. Perpetuada en la tarea organizativa que le demanda la gestión cultural del Festival 404 que dirige desde hace más de una década, a pesar de vivir y trabajar en Rosario, son contadas las veces que sube al escenario para mostrar sus propias obras.
Se dice que la curiosidad abre caminos a nuevas posibilidades, a nuevos mundos. Gina Valenti parece hacerle honor a esa máxima. Durante la entrevista observa inquieta su entorno, conversa, discute e interpela con pasión contagiosa, retrocede en el tiempo y recuerda sus experiencias pero sólo para, desde ahí, imaginar cómo será ese germen en ciernes que abrirá potenciales horizontes.
Como con los grandes, en la carrera de esta rosarina parece haber una referencia precisa, una suerte de musa inspiradora, por la que tiene una admiración que florece recurrente en recuerdos pero también en deseos; un punto de apoyo inquebrantable para, desde ahí, sumar esfuerzo, transpiración, emoción y toda su sensibilidad para un fin preciso. Esa persona parece ser la escritora, poeta y compositora Susana Valenti, su madre.
“Cuando era chica tenía este piano (señala el instrumento que está a su derecha) y del otro lado había una mesa con una máquina de escribir. El primer sonido de piano que escuché fue a mi mamá tocando. Tenía estos dos monstruos que son, de alguna manera, para tipear –porque el piano yo lo entiendo así también–; veía las manos de mi mamá que iban de un lado para el otro”, recordó en un encuentro con El Ciudadano para más tarde contar que aquella imagen le sirvió para crear “un tema muy significativo” para ella titulado “Ernst Körner” (como el nombre del piano) con el que abrirá esta noche su concierto.
Sobre esa obra contó que comienza con un registro de máquina de escribir “que va dibujando el mismo tema con igual compás” pero que, de repente, cambia y empieza a trabajar sobre el piano “como si fuera una máquina de escribir”.
Una de las cualidades de Valenti es la innovación. Con esa mira, el recital pondrá en comunión tres aspectos: sonidos, imágenes y puesta a partir de un trabajo con visuales interactivas. “Una cámara me va a captar y hará un reconocimiento de mi figura en tiempo real y, sumado a eso, se verán otras capas de diferentes videos” describió.
“Esto es algo que nunca se hizo”, anticipó entusiasmada. Y sobre la búsqueda de este juego estético contó: “Me gusta que la gente pueda verme la cara porque soy muy expresiva cuando toco el piano”, dijo al tiempo que, sobre la recepción de las visuales, subrayó: “Es como si materializara mi movimiento en el sonido. Eso me resulta interesante porque yo no soy la tecnología por sí misma”.
—Además de conectar desde lo musical y visual, tus conciertos  tienen algo de puesta en escena…
—Hay un solo instrumento y estoy yo. La gente siempre me marca, pero yo no me doy cuenta porque estoy tocando, que me comunico con el piano. Me gusta componer por el hecho de sumar melodías al mundo. En un viaje por Taiwán alguien me preguntó fanatizado qué era ese estilo que estaba tocando. Ahí me di cuenta que mi música tiene que ver con cómo habla, con cómo habla mi mamá, con los cortes, con la respiración; eso es lo que tanto llama la atención a los que tienen otro tipo de lenguaje. Me di cuenta que mi música es mi lenguaje: es como me muevo, con esos cortes y esos cambios de temperamento. Uno es el tema: cuando uno se cansa también lo hace la melodía, se te va de las manos y la querés sujetar. Yo creo que la música es algo que aparece y de repente desaparece. Uno trata de ir aferrándose pero la música es universal. Hay un momento en donde uno y la canción se fusionan pero después cada uno sigue su camino.
—Por la dinámica que le imprimís a tus shows parece que estás improvisando pero no es así.
—No, rara vez pongo un compás de más. Trato de cuidar las formas porque en el momento de composición salen cosas de uno que son difíciles de ver. Respeto mucho ese momento y trato de mantenerlo igual. Siempre soy en tiempo real. La música debe ser así. Pero cuando estoy tocando la que se está componiendo soy yo. Esa sería la diferencia. Uno compone la música para que a su vez te componga, te re-componga. Nunca había pensado esto (risas). Uno vive en el mundo de todos pero ese micromundo que se genera cuando estás componiendo es algo que rara vez uno vuelve a ver pasar y puede sujetar: es una especie de tren que no detiene su andar.

“Rosario Indie Sessions”

Es un ciclo de recitales que organiza el sitio web RosarioIndie.com, un portal dedicado a la música Indie regional. “La idea del ciclo es dar cuenta de un movimiento que desde los 90 no deja de crecer presentando en cada encuentro una selección heterogénea de bandas y solistas que si bien no comparten un género específico, coinciden en una manera de pensar, crear y producir la música”, indican los organizadores. En esta ocasión los protagonistas serán el dúo electropop Matilda integrado por Juan Manuel Godoy e Ignacio Espumado; Ññññ dúo de rock y electrónica de José Hernández y Pablo Bantar; y la artista Gina Valenti.

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