Un operativo conjunto de la Policía Federal y Gendarmería buscó ayer desalojar con balas de goma y gases lacrimógenos a trabajadores despedidos de la imprenta Artes Gráficas Rioplatense (AGR-Clarín) que mantenían ocupada la planta ubicada en el barrio porteño de Pompeya. Horas antes, la empresa había ratificado en una reunión con los delegados en el Ministerio de Trabajo su intención de cerrar el taller gráfico más grande del país, en el que trabajan 380 personas.
La represión se produjo en la puerta de la fábrica, la cual estaba tomada desde el lunes por los empleados que denuncian un “lockout patronal” como condición para avanzar con un plan de tercerización con “talleres en negro”.
“Los despidos son ilegales. Por ahora no hay ni siquiera una conciliación obligatoria que le ordene a la patronal que reabra las puertas de trabajo. La señora subsecretaria de Relaciones del Trabajo (Silvia Squire) dice que esto le excede. Si la excede que renuncie. Que (el ministro de Trabajo Jorge) Triaca renuncie si esto les excede”, enfatizó el secretario general de la Comisión Interna de AGR-Clarín, Pablo Viñas.
Según precisó el delegado sindical, “la ley dice que una empresa de esta magnitud, si quiere despedir más de un 15 por ciento, tiene que iniciar un procedimiento preventivo de crisis”. Y agregó: “Acá no hay procedimiento preventivo de crisis, no hay quiebra, no hay absolutamente nada. Son despidos ilegales de una empresa que está tapada de trabajo. Lo que quieren es barrer con la organización, despedirnos, reventar el convenio colectivo y tomar trabajo precarizado”, denunció.
Por la mañana de ayer una nutrida marcha de organizaciones sindicales recorrió las calles porteñas hasta una de las sedes del Ministerio de Trabajo de la Nación donde se realizó un acto. En el mismo momento la Policía empezó a vallar la planta de Pompeya preparándose para reprimir.
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