Un empresario farmacéutico, detenido el martes a la tarde en su domicilio de la zona oeste, fue indagado ayer por una serie de hechos violentos vinculados con el rubro de los medicamentos. El hombre, de 66 años, fue imputado en el Juzgado de Instrucción 2ª, a cargo de Alejandra Rodenas, por los mismos delitos de los que fue acusado su hijo un día antes, quien también quedó preso. A ambos les achacan la autoría intelectual de un atentado sobre una funcionaria de Inspección de Farmacias el apriete a un colega que terminó con un custodio muerto a balazos y la tentativa de homicidio de un abogado que defendió los intereses de una farmacéutica, ex colaboradora de Tony, como se conoce al acusado. El imputado negó los hechos y se abstuvo de declarar. Acto seguido, la jueza dispuso su arresto domiciliario en base a los serios problemas de salud que el hombre atraviesa e instauró el secreto de sumario en el caso.
Luego del procesamiento de los presuntos autores materiales en algunos de los casos investigados, seis hechos violentos se acumularon en el juzgado de Rodenas. La instrucción se dirigió a profundizar la probable existencia de autores intelectuales en el caso. Junto con la fiscal Nora Marull y la Fiscalía NN el juzgado avanzó en ese aspecto.
Según refirió una fuente del caso, surgió un hilo conductor vinculado con presuntos conflictos mantenidos por un empresario farmacéutico y su hijo con personas vinculadas con las instituciones que regulan el rubro de los medicamentos o los profesionales que se desempeñan en este ámbito, quienes fueron víctimas de delitos. De la pesquisa surgió la importancia que tiene en el rubro la ubicación de una farmacia y la posibilidad que tiene ésta de ser prestataria del Pami, a lo que se suman acciones violentas con el fin de lograr estos objetivos, describió esta fuente.
La presentación espontánea
El martes se presentó en Tribunales Juan Pablo Iborra, el hijo del empresario farmacéutico José Antonio Iborra, Tony. El hombre de 38 años que regenteaba algunas farmacias de la ciudad fue imputado de pergeñar, junto con su padre, tres de los seis hechos investigados sobre los que existen elementos suficientes para indagarlos, según explicó Rodenas a un medio radial. Juan Pablo Iborra fue acusado anteayer de la autoría intelectual de una amenaza a la jefa de Inspección de Farmacias de la 2ª Circunscripción que incluyó disparos a su domicilio. A ello se sumó la tentativa de homicidio sobre el abogado Alberto Tortajada en septiembre de 2012, quien representaba a una farmacéutica en un conflicto laboral con los acusados –tenía a su nombre uno de los locales– y el apriete al médico Omar Ulloa (a su vez propietario de una farmacia y dispuesto a abrir otra) en su consultorio céntrico que terminó con el crimen del policía Carlos Dolce, quien custodiaba la cuadra. Luego de escuchar la acusación, el hombre contestó todas las preguntas, se desvinculó de su padre y quedó detenido. Si bien las acusaciones se relacionan a delitos de amenazas, daño o abusos de armas, la acusación de la tentativa de homicidio al abogado agrava la situación procesal del sospechoso y fue determinante para disponer su detención.
También anteayer, la Tropa de Operaciones Especiales efectivizó la detención de Tony Iborra, quien quedó en su domicilio con custodia policial debido a un cuadro de salud que atraviesa, aunque ayer fue trasladado a Tribunales donde fue imputado por los mismos delitos que su hijo y en la misma calidad: autor intelectual.
Allí, el hombre negó la acusación y se abstuvo de declarar: coincidió con su hijo en que el vínculo entre ambos se rompió aunque ahora la pesquisa se focaliza en saber desde cuándo. Luego de la indagatoria, el imputado fue revisado por un médico forense y se dispuso su arresto domiciliario en virtud del cuadro de salud que atraviesa. Por su parte su defensor, José Luis Giacometti, aclaró que su pupilo no prestó declaración ya que no se encontraba en condiciones psíquicas ni físicas de hacerlo, lo que habilitó además su detención domiciliaria.
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