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Crisis

Europa: peligro de deflación

La nueva caída de la inflación en el Viejo continente amenaza a su economía con una espiral de recesión que aumente el desempleo.


La nueva caída de la inflación en la zona euro en septiembre deja más que nunca presente la amenaza de una espiral deflacionista y refuerza la presión en el Banco Central Europeo (BCE) para revisar su política monetarista. En tanto se plantea la baja de la tasa interés bancario como una manera de reflotar el consumo.

Según la primera estimación de la agencia europea de estadísticas Eurostat publicada ayer, la inflación de septiembre fue de 0,3 por ciento, lo que representa el nivel más bajo desde octubre de 2009 y una décima menos que en agosto. Hace un año, la inflación fue de 1 por ciento en la zona euro, según Eurostat.

La amenaza de una espiral deflacionista sigue más que nunca presente. El dato del índice de precios de agosto ya llevó al BCE a actuar a principios de mes.

Con este índice históricamente bajo, el BCE rebajó su principal tasa de interés al 0,05 por ciento y lanzó un plan de compra de deuda privada para apoyar el mercado de crédito.

La medida fue entonces saludada por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que estimó que contribuiría a “enfrentar los peligros existentes en un período prolongado de débil inflación”.

La deflación –caída de los precios– es un fenómeno nocivo para el dinamismo de la economía, dado que aplaza las decisiones de compra, con la expectativa de que los precios sigan bajando, y desalienta por ello las inversiones y el consumo, degenerando en un círculo vicioso de más deflación. La zona euro, en su conjunto, no ha llegado a esta situación, aunque sí algunos de sus miembros. En tanto, la economía puede caer como en la Argentina de 2001.

Los datos publicados ayer dejan claro que la “deflación sigue siendo una amenaza seria”, añade McKeown, y suma presión al BCE para que actúe.

Ancianos: sólo la mitad del mundo se puede jubilar

Cerca de la mitad de las personas en edad de jubilación en el mundo no reciben ningún tipo de pensión, y es deficitaria en el caso del 52 por ciento que la reciben, alerta un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado ayer.

La mayoría de las personas mayores no tiene ingresos garantizados y se ve obligada a seguir trabajando, a menudo en condiciones de precariedad, con bajos salarios, según la OIT que ha estudiado 178 países para la elaboración de este informe.

Unos 45 países han alcanzado una tasa de cobertura del 90 por ciento y más de 20 países en desarrollo han logrado regímenes de jubilación universales o casi.

En Europa, el recorte de las prestaciones sociales en el marco de las políticas de austeridad presupuestaria “ha contribuido a aumentar la pobreza y la exclusión social”, asegura este informe. En la Unión Europea, son ahora 123 millones de personas afectadas por estos recortes, un 24 por ciento de la población. “Los avances registrados por el modelo social europeo (….) han sido socavados por las reformas de ajuste a corto plazo”, denuncia el informe.

En cambio, subraya los avances realizados en China, donde la cobertura de jubilación ha pasado del 25 por ciento de la población a más del 70 por ciento entre 2000 y 2012.

La parte del gasto público consagrado a la jubilación representa del 0 al 2 por ciento del PIB en los países de bajos ingresos, mientras que se eleva al 11 por ciento en los países de Europa occidental.

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