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Drama humano

Europa debatirá por la crisis migratoria

A pedido de Alemania, Francia y el Reino Unido; se reúnen el 14 de septiembre.


Por pedido explícito de los gobiernos de Alemania, Francia y Reino Unido, la Unión Europea (UE) convocó ayer a una reunión de ministros del Interior para el próximo 14 de septiembre, con el objetivo de volver a intentar coordinar una respuesta a la crisis de refugiados africanos y de Medio Oriente que parece no tener fin.

El ministro del Interior alemán, Thomas de Maiziere, y sus pares de Francia y Reino Unido, Bernard Cazeneuve y Theresa May, respectivamente, se reunieron en París y resaltaron “la necesidad de tomar medidas inmediatas para hacer frente al desafío que constituyen estos flujos migratorios”.

En un comunicado conjunto, reclamaron a Grecia e Italia que pongan en marcha “lo antes posible, como muy tarde antes del fin de año”, centros que permitan registrar a los refugiados en su llegada a Europa.

La canciller alemana, Angela Merkel, además, reiteró ayer su apoyo al sistema de “cuotas” para distribuir entre todos los miembros de la UE a los cientos de miles de refugiados que llegan a las costas del sur, pero pidió crear una lista de “países seguros”, para determinar qué personas pueden ser deportados a sus naciones de origen.

“Para poder ayudar a los que están en una situación de emergencia tenemos que decirles también a aquellos que no lo están que no se pueden quedar aquí”, declaró Merkel en un discurso público en Berlín por el Día de Puertas Abiertas del gobierno alemán.

Esta será una de las principales propuestas que llevará el ministro del interior alemán a la reunión de la UE del próximo 14 de septiembre en Bruselas. El objetivo de Berlín es que se incluya en esa lista a los países de los Balcanes, lo que implicaría la deportación de miles de personas por año. Todo indica que esa reunión será, cuanto menos, tensa.

Poco antes de conocerse el anuncio de la UE, el papa Francisco había pedido desde el Vaticano a los países de Europa que cooperen entre ellos para evitar “los crímenes de estas masacres que ofenden a la humanidad”. Además, rezó por los 71 muertos hallados la semana pasada en un camión abandonado en Austria, por lo que se detuvo a cinco presuntos traficantes de personas.

Se agrava el panorama

Austria anunció ayer nuevas medidas de seguridad para evitar que mafias escondan refugiados en camiones, pero miles de familias seguían llegando a Europa desesperadas en busca de una vida en paz.

La crisis de refugiados actual alcanzó cifras inéditas en Europa este año. Según la ONU, más de 300 mil personas, la mayoría familias que escapan de guerras, violencia sectaria y religiosa y represión estatal en África y Medio Oriente, llegaron en los primeros ocho meses del año a las costas de Grecia e Italia, tras una peligrosa travesía por el mar Mediterráneo.

Pese a estar viajando en condiciones dramáticas durante meses, una vez que llegan al sur europeo comienzan otro agotador y doloroso viaje hasta los países del norte del continente, como Alemania, Reino Unido y algunas naciones nórdicas, en donde existen más posibilidades laborales para construir un nuevo futuro.

La Guardia Costera griega informó ayer que sus barcos interceptaron y rescataron a más de 700 refugiados e inmigrantes, quienes fueron transportados a algunas de las islas del país hasta que haya algún buque que los lleve al puerto ateniense de El Pireo.

En tanto, ayer por la mañana un contingente de cerca de 2.500 personas, principalmente refugiados, desembarcaron en ese puerto de la capital griega y la mayoría se fue directamente a la estación principal de trenes para seguir camino a Macedonia, la primera parada en los Balcanes en la ruta hacia el norte europeo.

En Macedonia pueden utilizar el transporte público, pero una vez que llegan a Serbia comienzan las eternas caminatas bajo el calor sofocante del verano del hemisferio norte hasta la frontera con Hungría, otro país miembro de la UE.

El gobierno de Hungría anunció ayer que terminó la construcción de una valla de alambre a lo largo de los 175 kilómetros de frontera que comparte con Serbia, según informó el portal de noticias local Mno. Mientras esta valla alambrada por ahora no parece poder frenar a los miles de refugiados desesperados que siguen cruzando, arrastrándose y esquivando a los policías, Budapest ya adelantó que antes de fin de año concluirá una segunda valla, más sólida y de cuatro metros de altura.

La otra puerta de entrada al Viejo Continente son las costas de Italia, un país que, como Grecia, intenta dar alguna respuesta a cientos de miles de refugiados mientras no consigue salir de una crisis economía que estrangula a ambas naciones desde hace seis años.

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