Policiales

La narcofuga que no fue

Esteban Alvarado se tenía fe para fugar: “Va a ser tan rápido, que no le vamos a dar tiempo a nada”

En los chats interceptados entre el capo narco de barrio Belgrano y el piloto que lo rescataría de la cárcel de Ezeiza queda claro que el plan había sido ideado casi a la perfección


La frustrada fuga del narco rosarino Esteban Alvarado del penal federal de Ezeiza sorprendió por su audacia. El capo usaba un celular para comunicarse con el piloto del helicóptero que llegaría a rescatarlo, lo que revela no sólo el acceso a teléfonos de un detenido de alta peligrosidad, condenado a prisión perpetua, sino que en este caso al menos pudo prevenirse un ilícito.

Los investigadores accedieron a las conversaciones en el teléfono del piloto, al que apodan Lobo, donde quedaron registradas charlas vía WhatsApp con Alvarado -que usaba una foto de perfil con la cara de Al Capone- eran frecuentes.

Este 4 de marzo decían:

Lobo: Esta semana vamos a laburar al detalle, sabés…

Alvarado: Sí, sí. ¿Querés que hagamos la red? Bien hecha, bien atada.

Lobo: A mí me gustaría saber si aerodinámicamente no es perjudicial para nada, sería mucho mejor para la operación, pero de última. Lo estuvimos viendo ahí con un tal Gringuito, de bajar sin las puertas atrás y en los patines, ustedes suben, pegan el salto y se ve como que es viable también la operación, pero bueno, déjame que investigo un poquito lo de la red, más que nada por el tema aerodinámico.

Gringuito fue identificado como Gianluca Orpianesi, un rosarino de barrio Belgrano detenido este viernes en Gualeguaychú, de donde iba a partir el helicóptero. Lobo y Alvarado hablaron incluso de cómo podría subir a la aeronave, de “una red atada a los patines”.

“Para mí va a ser lo mejor y en la aerodinámica no afecta porque va ser tipo red de arco. Con sogas más gruesas”, especificó Alvarado. El piloto, en otro momento, le sugiere comprar “dos GoPro”, para tal vez filmar la fuga.

“Lobo, miro videos y no se van ni a rescatar. Va a ser tan rápido, que no le vamos a dar tiempo a nada, tenés que encarar directo como te marqué yo”, le dijo el capo. Así, establecieron un tiempo de aterrizaje: “Máximo, 20 segundos”.

La fuga consistía en aterrizar el helicóptero en el patio o la cancha de fútbol del módulo donde Alvarado estaba preso y luego volar hacia un punto en General Rodríguez. Allí, los esperarían miembros de su banda, armados y con una flota de vehículos a disposición.

La narcofuga que no fue: Esteban Alvarado planeaba huir de la cárcel en helicóptero

El 8 de marzo los mismo interlocutores repasaron detalles del plan:

Alvarado: ¿Cómo estás?
Lobo: ¿Cómo vamos?
Alvarado: Te mando un par de videos.
Lobo: Sí.

Alvarado envió dos videos.

Lobo: Puedo bajar con un árbol ahí jaja.
Alvarado: Siii, es grande de verdad, pero de arriba se debe achicar jaja.
Lobo: Naaa, he bajado en espacios confinados de verdad. ¿Hoy salieron?
Alvarado: Las columnas uno de otra deben estar a 30 o 35 metros.
Lobo: Árboles, cables, columnas.
Alvarado: Siii, lo probaste.
Lobo: Nada que temer.
Alvarado: Esa es la actitud.
Lobo: Mañana voy a ir a mi punto y ahí te mando.
Alvarado: Dale.
Lobo: Y de paso dejo todo en regla para el día.

El día elegido fue este viernes 10 de marzo. Alvarado y un compañero de pabellón, vestidos con remeras naranjas, lo esperarían en el patio al mediodía, a la hora en la que la mayoría de los internos juega al fútbol o hace ejercicio.

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