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“Espero que la película genere debate y pensamiento crítico”

El realizador Diego Lerman habló de “Refugiado”, un film que busca reflejar las consecuencias de la violencia de género. Tras un largo recorrido internacional, la película llegará a las salas locales.


Luego de competir en los festivales de Biarritz, Cannes y San Sebastián, el cineasta Diego Lerman estrenará mañana en las salas locales Refugiado, una película protagonizada por Julieta Díaz y el niño Sebastián Molinero, que se erige como un impactante alegato contra la violencia de género.
La nueva película del director de La mirada invisible, que fue declarada de Interés Cultural y concursó en la Quincena de Realizadores de Cannes, narra el devenir de una mujer golpeada y su hijo de siete años, obligados a huir de su casa a causa de la violencia de la que son víctimas y a deambular en busca de un lugar donde sentirse protegidos y amparados.
“Básicamente la película cuenta el viaje forzado de una madre y su hijo a raíz de una situación de violencia mientras buscan un refugio donde esconderse. También narra la desintegración de una pareja y de una familia a raíz de la violencia. Para mí es una road movie urbana y doméstica”, afirmó Lerman, quien se desempeñó en agosto como jurado en el Festival de Venecia.
En un diálogo con la agencia de noticias Télam, el cineasta dijo que no había pensado en hacer Refugiado hasta que la película lo encontró a él en 2010, cuando a pocos metros de su productora un hombre disfrazado de viejo le disparó a su ex mujer, mientras dejaba a sus hijos en el colegio. “El caso me conmovió muchísimo y seguí la evolución de la mujer, que se recuperó en el hospital y milagrosamente se salvó”, dijo el director sin dejar de señalar que ese caso “fue muy resonante entre los muchos, muchísimos, de violencia de género que hay en la Argentina”.
“Quedé conmovido y comencé una extensa investigación. Es por esto que siento que yo no busqué hacer esta película sino que la película me buscó a mí. Justo ese año nació mi hija Renata. No sé por qué pero eso me hizo tener la convicción de que quería contar esta historia”, explicó Lerman, quien, a la hora de describir el trabajo realizado, aseguró: “Fue un intenso trabajo de guión e investigación que duró casi tres años. Mi hijo Milo tiene hoy casi la edad del protagonista y si hay algo que me conmueve enormemente a partir de haber sido padre, es la mirada de pureza de los niños, ese lugar no contaminado por el mundo adulto desde donde miran la realidad y la construyen. Quería trabajar en esa mirada, en ese territorio inocente y desprejuiciado”.
Además de los hechos descriptos por el director Refugiado contó con un tercer elemento desencadenante: “También hubo un elemento que remite a mi propia historia, porque yo fui un «refugiado» en una etapa de mi niñez. Escapamos de mi casa junto con mis papás a causa de la dictadura militar que nos perseguía, algo que para mí era inexplicable, un miedo abstracto, un fuera de campo poderoso del que había que escapar y esconderse. Durante un tiempo vivimos yendo de un lado para el otro, y una de las casas donde estuvimos quedaba en el delta, que es donde finalmente van Laura y Matías, los protagonistas”.

Los protagonistas

Si bien las críticas elogian la actuación de Julieta Díaz, la revelación del film es el niño que encarna a su hijo. “Cuando apareció Sebastián me cautivó inmediatamente por su frescura, su naturalidad e imprevisibilidad –contó Lerman–. Esto era una cualidad, pero también un riesgo. Esta era una película de riesgo desde su concepción y hacia el riesgo fuimos. Mi miedo mayor era que él no regresara al otro día de rodaje. Pero no sólo volvió, si no que de a poco, con el correr de las jornadas, se transformó en un actor profesional”.
“Para Julieta esta película tuvo un desafío extra, ya que además de atender su trabajo por momentos me ayudaba a conducir a Sebastián. Ella se involucró mucho con la temática y la investigación: juntos recorrimos refugios y conocimos mujeres víctimas de violencia. Creo que fue muy valiente de su parte el aceptar un personaje tan comprometido, por tratarse de una temática tan sensible en nuestro país”, definió.

La estética

Uno de los detalles más señalados del film es la decisión de no mostrar nunca al esposo golpeador, dejándolo siempre fuera de campo, y también el hecho de poner casi siempre algún elemento desenfocado entre los personajes y la cámara. “En la película la violencia explícita está en fuera de campo –explica Lerman– Más que la violencia en sí misma lo que se muestra es lo que la violencia genera, los rastros de la violencia. La trama de Refugiado tiene más que ver con las consecuencias de la violencia, todo eso desde el lugar de un niño que está en formación en una edad en que son una especie de esponja en la que absorben todo lo que los rodea. Tanto el fuera de campo como las texturas focales tienen que ver con la percepción del niño y con cierta intención que yo tenía de aferrarme a ese punto de vista”.

La investigación

“Me costó mucho la decisión de cómo abordar una temática tan dolorosa y actual”, dice el realizador y enumera que para la realización del film decidió llevar a cabo diversas entrevistas a mujeres. “Ellas me contaron situaciones muy íntimas y dolorosas, narradas con detalle. La violencia de género es algo estructural, enquistado en la sociedad argentina y que atraviesa a todas las clases sociales. Ya no sólo en la Argentina sino en el mundo entero esto es algo que se origina en el inicio de las sociedades. Por momentos tengo la sensación de que estamos frente a un verdadero genocidio cotidiano en el que aparecen casos y más casos. Siento que la película se volvió en un momento una experiencia que exorcizaba el dolor de muchas mujeres que me llamaban espontáneamente porque querían participar”, refirió.
Para concluir la extensa entrevista realizada a días del estreno nacional de Refugiado, que tendrá lugar mañana, Lerman opinó sobre cuál es desde su punto de vista la solución de la problemática: “Creo que el Estado debe intervenir mucho más y que se debe buscar un profundo cambio social y cultural. No sé cómo se logra eso. Por un lado debe encarcelarse al agresor y proteger a la víctima, pero también hay que generar programas y medidas que permitan prevenir y resguardar a quienes se encuentren en riesgo. Creo que es algo fundamental tratarlo a través de la educación. Espero que la película genere debate y pensamiento crítico”.

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