Asociativismo

INSTITUTO PESTALOZZI

Escuela cooperativa que enseña y educa

Sobre 230 alumnos, el colegio tiene 30 chicos con capacidades especiales.


Cuando en 2012 el Instituto Juan Enrique Pestalozzi de La Rioja cerró sus puertas y sus propietarios lo cedieron al personal para que conforme una cooperativa, pocos, excepto sus trabajadores, tenían esperanzas que la actividad prosperara.

Sin embargo, desde aquel ahora lejano 2012 hasta hoy, la matrícula se incrementó de 120 a 230 chicos, según contaron sus protagonistas al portal Trabajo Registrado.

En este marco, la directora de nivel primario Eliana Contreras destacó que la prioridad del colegio es brindar educación integral, no solamente impartir los contenidos, sino educar en valores, en solidaridad, en el respeto al otro; y trabajar mucho la inclusión en chicos con necesidades educativas especiales.

De una matrícula de 230 alumnos, el colegio tiene 30 chicos especiales, entre los que se encuentran patologías como síndrome de down, autismo, síndrome de asperger y microcefalia

Para que se produzca la integración, según Contreras, debe existir un compromiso por parte de la escuela, docentes y padres, porque se trabaja con el niño en todos los aspectos, no solamente en lo que aprende, sino en la relación con sus compañeros, para que el aprendizaje se dé de la mejor manera posible, sin hacer ningún tipo de diferencias.

En estos casos, cada alumno tiene un centro de apoyo que lo acompaña en su aprendizaje, con terapista, fonoaudiólogo y maestros integradores.

Los maestros integradores deben brindarle apoyo a la docente principal, asistiéndola con distintas estrategias para trabajar con el alumno.

La clave, en este marco, es qué, cómo y hasta dónde articular con el chico para una mejor comprensión de los contenidos.

El Instituto Pestalozzi dispone de una característica que no deja de ser importante para la contención de los alumnos.

Es que las aulas están integradas por grupos reducidos de alumnos, entre 19 y 24 chicos, y todos los cursos cuentan con maestros de apoyo que colaboran con el docente que está al frente.

Contreras aseguró que, al ser una escuela de gestión solidaria, se trabaja el aprendizaje cooperativo en las aulas, mediante la estimulación en los niños en la ayuda mutua, el compañerismo, la solidaridad, haciendo hincapié en los valores. Estos aprendizajes parten desde el área de Construcción Ciudadana que antes se llamaba Formación Ética.

“Los proyectos que van elaborando las seños, de vivenciar desde las distintas áreas los valores, siempre están presentes porque nos interesa que los chicos puedan desenvolverse en la vida”, remarcó la directora del instituto.

Durante el ciclo lectivo se realizan campañas de recolección de ropa y alimentos, se colabora intensamente con la Fundación Rioja, institución dirigida por el doctor Aníbal Ojeda que se dedica a la atención y tratamiento integral de niños con fisura labioalveolopaladar. También el instituto trabaja estrechamente con el hogar de ancianos San José.

“El trabajo con los abuelos no es solamente para llevarles cosas, sino para compartir una jornada de lectura y acompañarlos”, precisó la directora de la escuela cooperativa.

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