Política

la muerte del ex presidente

Entrevista con Ceferino Reato: “Néstor Kirchner se creía Superman”

El periodista y escritor lanzó el libro Salvo que me muera antes, sobre la muerte de Néstor Kirchner. En una charla con El Ciudadano analizó lo que denomina “el final del kirchnerismo y el comienzo del cristinismo”.


El 27 de octubre de 2010 los argentinos estaban en sus hogares esperando ser censados cuando los sorprendió el deceso del dirigente político más importante de aquel entonces: Néstor Kirchner sufría un paro cardíaco y moría en el sur, en su casa de El Calafate.

La poca información oficial alimentó todo tipo de teorías conspirativas alrededor de su muerte. Un gran trabajo del periodista y escritor Ceferino Reato develó los minutos finales del ex presidente que, con el aporte de innumerables fuentes como camilleros, médicos e incluso el funebrero, dio por tierra con todas aquellas conspiraciones. En su libro Salvo que me muera antes, detalló que Néstor Kirchner sufrió un ataque cardíaco en la habitación de su casa calafateña y que pese a los intentos de reanimación, murió antes de llegar al hospital local.

Aquel día se quebraba la sociedad política más poderosa que, si bien gobernó en Río Gallegos primero y en Santa Cruz después durante los 90, emergió con fuerza a nivel nacional tras la crisis de 2001. Reato contó en una charla con El Ciudadano detalles de aquella historia.

—La presencia de Néstor era muy importante, incluso cuando Cristina era presidenta se hablaba de un “doble comando”, ¿cómo era la relación política entre ellos?

—Las fuentes consultadas indican que funcionaban como una dupla muy unida, indisoluble pero donde el que mandaba era Néstor Kirchner, incluso cuando la presidenta era ella. Formalmente la presidenta era Cristina y él respetaba esa investidura pero en las relaciones con los poderes fácticos y con legisladores y gobernadores, las llevaba Néstor que hasta tenía su oficina en la residencia de Olivos.

—¿Néstor era más un político clásico, de la rosca, y Cristina de un estilo diferente, de cerrarse en su entorno?

—Claro. Cristina se encerraba más en un entorno de leales, mucho más jóvenes e incapaces de cuestionarla en lo más mínimo, más ideologizada en el sentido de ese nacionalismo de izquierda que distingue a algún sector del peronismo pero también de formaciones de centroizquierda que no son peronistas. Muy poco pragmática en la gestión y eso se muestra en el último mandato de ella que es el primero que gobierna en soledad y el peor de todos según los números. Ahora, desde el punto de vista de las candidaturas ella es mucho más moderna, mucho mejor candidata que Néstor, en el sentido de que es algo para lo cual tiene dotes naturales porque tiene una gran capacidad histriónica, dotes trabajados porque dice que durante mucho tiempo se la pasó ensayando frente al espejo, una actriz.

—Lo que sorprende en la muerte de Néstor es lo mal preparada que estaba la Unidad Médica Presidencial con los antecedentes de riesgo de Néstor.

—Un poco por él, que se sentía Superman según dicen todos. Si bien Néstor se cuidaba en las comidas y hacía una rutina de ejercicios, desatendía todos los consejos como evitar el estrés. Cuando le colocaron un stent, enseguida viajó en avión con ella a la Asamblea de la ONU, fue a todos los actos. Al sur viajó sólo con un médico que ni siquiera era cardiólogo y no tenía ni siquiera un desfibrilador para atenderlo. Tampoco habían avisado al hospital local, no pudieron montar una guardia especializada.

—En el libro desechas todo tipo de teorías conspirativas como que lo hayan matado, pero lo cierto es que la poca información oficial que hubo fue lo que alimentó todo eso.

—Totalmente. El kirchnerismo siempre se manejó en un secretismo total. Nunca consideró que la obligación de ellos era informar, ni siquiera sobre la muerte del propio Kirchner. Eso alimentó las versiones, era una práctica del kirchnerismo también que no les preocupaban las versiones en contra porque ellos se veían en lucha contra los otros y los otros eran capaces de cualquier cosa, según ellos. Incluso de inventar todo tipo de versiones. En definitiva ellos sabían que podían usarlo a su favor cuando quisieran. Después, es una práctica muy de caudillos de provincia, no importa que se hable bien o mal pero que todos sientan que tienen que portarse bien porque todo depende de mí, lo bueno y especialmente lo malo.

—¿Cuándo termina el kirchnerismo y comienza el cristinismo?

—Termina el kirchnerismo con la muerte de Néstor y hay algo nuevo que ya se estaba gestando, que es el cristinismo, con una nueva estética, que es la estética del Bicentenario pero que surge a partir del velatorio público en la Casa Rosada.

 —¿Ahí surge lo que se denominó “el relato”?

—Claro, surge el mito de Néstor Kirchner, que se convierte en el Nestornauta. Recién se insinuaba esa figura, había sido presentada en octubre de 2010, en el acto del Luna Park donde iba a hablar pero no habló porque estaba mal de salud. Entonces ella le crea la imagen de él después de muerto y se crea a sí misma como la heredera de todo eso. De ahí, la foto de tapa (del libro) es sintomática para mí, ella frente al cajón cerrado como heredera de todo, como centro de ese espectáculo político que fue el funeral.

—Más allá del dolor personal que fue para Cristina perder a su marido y compañero político, vos decís que a partir de allí ella “se libera”.

—Sí, para bien o para mal, se libera de toda la carga y el peso que era la figura de Néstor Kirchner. Al principio del mandato de ella es como que Néstor no encontraba su lugar, siempre fue como un obstáculo para que ella se desplegara. Se desplegó en la gestión mal, en las candidaturas bien, porque era más moderna que él.

—¿Es verídico pensar que Cristina no tenía una real dimensión de lo que era la estructura que había creado Néstor para hacer política?

—¿Del dinero de la corrupción, del esquema corrupto que había creado su marido? Ella conocía que su marido pensaba que para hacer política se necesitaba acumular mucho dinero y estaba de acuerdo en eso. Probablemente no conociera todos los detalles hasta porque era imposible, dado que era un manejo muy personal. Creo lo que dice Rafael Bielsa, que Néstor no le contaba todas las cosas a ella porque necesitaba construir una candidata que fuera distinta, más instruida, más cosmopolita pero también sin el peso de conocer todos los chanchullos en los que él estaba metido. Me parece una buena descripción, como una voluntad del marido de liberarla de ese peso para que fuera algo distinto.

¿Cristina vuelve? “Sólo si se cae todo”

—¿Cómo ves a Cristina hoy y al kirchnerismo como movimiento después de haber dejado el poder?

—Creo que el cristinismo está para ser una facción dentro o fuera del peronismo, claramente en el centroizquierda, pero una fracción menor. Ahora, en este país las minorías intensas se hacen escuchar y pueden influir fuertemente en la agenda pública. No en los primeros meses, después de un triunfo, pero sí en la segunda mitad, en el segundo semestre del año próximo creo que vamos a ver un peronismo más duro respecto al gobierno.

—¿Esto por la fragmentación propia de la representación política en el Congreso?

—Si, porque el gobierno necesita muchos votos para aprobar sus reformas, puede obtenerlas en el primer semestre o en lo que resta del año pero va a ser difícil después porque ya empieza la competencia por el 2019, la voz de Cristina va a endurecer al resto que no va a querer aparecer como cediendo frente a Macri.

—¿Crees entonces que no hay posibilidad que el kirchnerismo vuelva a ser mayoría dentro del peronismo?

—No creo, porque es un proyecto viejo, que nació viejo. Además tenés que tener un desarrollo y me parece que este país nunca podría haber sido Venezuela porque es otra estructura económica. El campo, las propiedades están totalmente diseminada, los productores son muy modernos. No es un proyecto para una Argentina. Claro, si se cae todo puede ser pero yo creo que no se va a caer todo. Al contrario, creo que podemos ingresar en una etapa de gran estabilidad y representación de todos los sectores, las clases medias, medias altas y también de un peronismo que después se va a ir reformulando como contracara también de Cambiemos.

“La gestión de Macri es regular, pero aprendió mucho”

—¿Cómo analizas estos primeros dos años de gobierno de Macri?

—Desde el punto de vista de la gestión, regular. Desde el punto de vista de conformar una fuerza para ganar elecciones, muy bien porque logró asegurar la gobernabilidad. Que se convierta en el primer presidente civil no peronista que termina su mandato es muy importante para demostrar que al país no lo puede gobernar sólo el peronismo. Es muy importante ganar elecciones de medio término y consolidarse como la expresión de los sectores medios y medios altos y también de la región centro del país que es la más progresista. O sea, una buena maquinaria electoral, ahí aprueba con muy buenas notas, y en la gestión regular. Los gobiernos van aprendiendo, y él ha aprendido mucho. Creo que es un buen líder para un sector social y político, es necesario que la Argentina tenga un partido de centroderecha que sea moderno, democrático y republicano. Uno de los errores sería tratar de convertirse en un movimiento, que exprese a todos, que es el sueño peronista que tienen todos: expresar a pobres, ricos, derecha, izquierda, centro, arriba, abajo.