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Vendetta

En una salida transitoria, otra ejecución con sello Monos

Un convicto de 31 años domiciliado en barrio Tablada fue asesinado a tiros ayer por la tarde apenas salió de la cárcel de la ciudad de Coronda, frente a su mujer y su hijo, cuando se disponía a iniciar una salida transitoria por el fin de semana.


Un interno de 31 años fue acribillado a balazos por dos muchachos que lo esperaron a unos metros del portón de la Unidad 1 de Coronda al momento en que salía para disfrutar de una salida transitoria. A pesar de que la víctima, quien estaba en compañía de su pareja y su bebé, hacía casi dos años que purgaba una pena por robos, las primeras hipótesis están dirigidas a una ejecución porque su nombre sonó en ciertos círculos como vinculado con el homicidio de Claudio Ariel “Pájaro” Cantero, ocurrido la madrugada del 26 de mayo de 2013 en la puerta del boliche Infinity Night de Villa Gobernador Gálvez. Luego del asesinato del sindicado líder de la banda Los Monos se desató una masacre que ya lleva una docena de homicidios, que tienen como víctimas a muchachos y sus familiares, cuyos nombres sonaron en versiones extraoficiales a lo largo de estos dos años como involucrados en la emboscada fatal que sufrió el Pájaro (ver aparte).

Hernán Ariel Ontivero tenía 31 años, era conocido como Negro Ariel y vivía en el barrio rosarino de Tablada. Estaba preso en la cárcel de Coronda desde hacía casi dos años por delitos de robo calificado. Tenía transitorias y ayer a las 15 su pareja y su pequeña hijo lo esperaban para llevarlo a la casa que alquilaba en Santo Tomé para disfrutar de las salidas por los fines de semana.

En un primer momento, se dijo que el recluso eligió la ciudad lindera con Santa Fe por la cercanía con Coronda, lo que le permitiría pasar más tiempo con su familia. Sin embargo, los pesquisas estiman que el Negro Ariel intuía que su destino estaba sellado. “Tenía conexiones con la banda del Pollo (Luis) Bassi. No era pariente de él pero era familiar de otro del grupo que estuvo nombrado, al igual que él, como uno de los verdugos del líder de Los Monos”, describieron fuentes judiciales. A su vez, otras fuentes indicaron que no eran familiares con Milton Damario sino que Ontivero había llegado a ser algo así como la mano derecha del muchacho procesado por varios homicidios, entre ellos el de Cantero.

El Negro Ariel salió ayer por el portón de la prisión modelo, se encontró con su pareja y su hijo. Caminó casi una cuadra, compró unas cosas en la panadería y cuando pasó frente al edificio del Instituto Autárquico Provincial de Industrias Penitenciarias (Iapip) dos muchachos de alrededor de 25 años se bajaron de un VW Voyage color gris y le cortaron el paso, dijeron fuentes del caso. “Vos salí de acá”, ordenaron a la muchacha, quien se resguardó en el local y empezaron los tiros. Sonaron casi media docena de detonaciones, algunos de los plomos hicieron blanco en la cabeza y otros en el tórax del Negro Ariel. Los impactos lo tiraron contra una pared de la placita del Iapip y ahí se desvaneció. Tras el ataque, la dupla desapareció y el interno fue trasladado al Samco de Coronda: murió a los pocos minutos en la guardia por las lesiones que le provocaron los proyectiles.

Al cierre de esta edición, el cuerpo de Ontivero estaba en la sala del forense de Santa Fe para determinar la cantidad de disparos que presentaba. En tanto, el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios de la circunscripción 1ª del departamento La Capital quedó a cargo de la investigación del crimen.

Las conexiones

De acuerdo con las primeras informaciones recolectadas por la pesquisa, el Negro Ariel eligió la ciudad de Santo Tomé por la cercanía con la cárcel, porque sabía que no podía volver a Rosario y, lo fundamental, la casa la alquiló porque tenía algún tipo de protección, estimaron voceros del caso. Es que en ese lugar tenía conexiones un viejo conocido, Milton Damario, de 25 años y preso desde septiembre de 2013 justamente en esa ciudad, por estar sindicado como el autor material del homicidio del Pájaro. Damario y Ontivero vivían en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates y mantuvieron una estrecha amistad: fueron socios en “algunos trabajos”, se aguantaron en varias ocasiones hasta que sus diferencias los llevaron a separarse a principios de septiembre de 2013, confirmaron investigadores. Por esa época compartieron alojamiento en la ciudad entrerriana de Paraná hasta que Damario cruzó el río. Diez días después Milton cayó preso en una estación de servicio en Santo Tomé.

Doce muertes con la marca de la venganza después del crimen del Pájaro

Luis Orlando “Pollo” Bassi, Facundo Macaco Muñoz y Milton Damario fueron procesados en julio de 2014 por el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero ocurrido el 26 de mayo de 2013 a metros del boliche Infinity Night, ubicado en Villa Gobernador Gálvez. El primero quedó encausado en carácter de instigador, mientras que Macaco y Damario fueron considerados autores del crimen.

En octubre de 2014, Luis Ángel Bassi, padre del Pollo, fue asesinado en la puerta de su remisería de Villa Gobernador Gálvez por un solitario atacante que se bajó de un auto, caminó algunos metros y descerrajó varios disparos contra su blanco. Antes, dos de sus hijos habían tenido el mismo destino. La tarde del 31 de diciembre de 2013 Leonardo Bassi fue asesinado a tiros en el interior del comercio familiar por un hombre que ingresó y le pidió un coche para ir al cementerio, y dos meses después Maximiliano Bassi fue ultimado de igual forma mientras arreglaba un camión estacionado frente al local de Chile al 2000.

En diciembre pasado, Miguel Ángel Damario, padre de Milton, fue ejecutado cuando circulaba en una motocicleta en Lola Mora y Grandoli. Luego se produjeron otros dos ataques a menos de una semana de que la Justicia santafesina alcanzara un polémico acuerdo abreviado con 14 miembros del clan Cantero. El padre de Macaco, Rubén Muñoz, de 51 años, fue asesinado de cuatro tiros mientras arreglaba la cerradura de la puerta de su casa de pasaje Baigorria al 800, en Villa Gobernador Gálvez. Le disparó un desconocido que ingresó a la vivienda y lo mató a quemarropa. Horas después, Diego Cuello, un ex ladero de los Monos que declaró en el marco de la megacausa por asociación ilícita contra el clan Cantero y fue detenido en el caso de la llamada narcochacra de Alvear, en 2013, con veinte kilos de drogas y numerosas armas, fue agredido a tiros cuando llegaba a su casa de Hilarión de la Quintana 1900 junto con sus hijas, quienes recibieron plomos en las piernas: le vaciaron un cargador y el atacado y las niñas se salvaron de milagro.

La saga criminal había comenzado en realidad un día después del homicidio del Pájaro. Diego Demarre, dueño del boliche frente al cual fue asesinado Cantero, fue ultimado cuando llegaba a su casa de Seguí y Maipú con su mujer. Por este caso fueron procesados Ariel Máximo “Guille” Cantero, hermano del Pájaro; Jorge “Ema” Chamorro, Leandro “Gordo” Vilches y Andrés “Gitano” Fernández. Los tres primeros fueron quienes firmaron el abreviado ya mencionado y que días atrás fue declarado nulo por un tribunal de sentencia, precisamente en lo referido al crimen de Demarre y no en cuanto a la causa por asociación ilícita iniciada en 2012, tras el crimen del Fantasma Martín Paz. El encargado de Infinity Night aquella noche del homicidio, Oscar Aguirre, quien declaró como testigo en los casos por los homicidios de Cantero y Demarre, fue baleado el 1º de marzo del año pasado frente a su casa de la zona oeste –la custodia policial dispuesta por la Justicia no estaba ese día– y murió por esas heridas el 2 de abril siguiente. Conocido como Piky, Aguirre estaba declarando en Tribunales por la muerte del Pájaro al momento en que Demarre era asesinado.

A estas muertes hay que sumarle un triple homicidio ocurrido un día después del crimen de Demarre, el 28 de mayo de 2013, cuando una camioneta en que iban familiares de Milton César, joven al que por entonces vinculaban con el crimen del Pájaro, fue atacada por motociclistas en Francia y Acevedo: murieron un hermano y la madre de Milton César además de un amigo.

Fuentes relacionadas con el caso por el asesinato de Cantero sumaron otro homicidio a la saga de venganza. El de Héctor “Sapo” Sosa, un histórico pesado de barrio Tablada vinculado con el clan Damario a quien emboscaron cuando iba en moto llevando un caballo de tiro, al final de una carrera cuadrera en Villa Gobernador Gálvez, en enero de 2014: tres atacantes le metieron seis tiros. Versiones de calle lo habían vinculado, al igual que a Hernán Ontivero, con el crimen del Pájaro Cantero.

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