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Viernes de lanzamiento

En un momento de reafirmación y de encuentro, Maia Basso presenta “La pregunta última”

La artista local dará a conocer su primer disco solista en plataformas digitales, un material con canciones intimistas y cuyo titulo hace referencia a “un pensamiento existencial de lo que no tiene respuesta, al menos, en este plano de la vida”, según adelantó


Después de dar a conocer los sencillos Dorado (2019) y Bebe tu mal (2020), la artista rosarina Maia Basso, quien hace cinco años forma parte de la banda Aguaviva, lanza este viernes su primer disco larga duración solista titulado La pregunta última, un material que logra resumir la búsqueda artística que viene atravesando desde hace algunos años en solitario.

Se trata de “una mixtura de géneros que habilita la expansión de su voz y la canción como medio de expresión. Maia ha proliferado un indicio de obra donde el cruce de la electrónica avant gard se nutre de una noción por los ritmos y melodías de la música popular que aún se respira en el aire del litoral argentino”, define la gacetilla de prensa que anuncia el lanzamiento del material editado por el sello local Polvo Bureau.

“Soy”, “Algo Acá”, “Destierro”, “Todo Mal”, “180°”, “M2”, “Dioses” y “Amenazas”, son los temas que integran el CD compuesto y producido por la misma Basso y que cuenta con la colaboración de la guitarrista Julia Capoduro. Las voces fueron registrada por Ignacio Molinos en el estudio Mansión Mutante y la mezcla estuvo a cargo de Gabriel Schubert.

A modo de adelanto, la cantante dio a conocer el video de “Algo acá” que fue rodado en las instalaciones de la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez, y dirigido por la misma autora durante el verano pasado.

La pregunta

“El título es en realidad la imagen global que encierra para mí el disco y lo que me moviliza artísticamente, cuestionar, cuestionarme. La pregunta última es la que nunca podremos respondernos, hace alusión a un pensamiento existencial de lo que no tiene respuesta al menos en este plano de la vida, habla de lo inabarcable, así como la vida y la muerte. Habla también del fin de algo. Es una idea que puede acompañar la escucha del disco como concepto”, contó la artista a El Ciudadano.

En épocas de lanzamientos de simples, Basso confiesa haber pensado mucho en el recorrido de la escucha del material. “Sobre todo porque es un disco de 8/9 canciones con la intro, y todas expresan algo muy personal. Son canciones que compuse en soledad y en las cuales dejé un gran trabajo que luego fui puliendo en una instancia de post-producción con Gabriel Schubert, quien mezcló y masterizó todos los temas. Creo que los formatos solistas siempre implican más intimidad, a la hora de componer es muy introspectivo el ejercicio, al menos en mí se dan de esa manera naturalmente y eso es lo que se puede escuchar”, apuntó.

“La música es una forma de estar en diálogo con lo que no existe, con lo creativo, con la posibilidad de que exista algo nuevo también, un momento de movilizarme y también de hacerlo con quién lo presencia en cualquiera de sus formas. Un poco el hilo conductor es esa intención de sumergirme tanto en lo oscuro como en lo luminoso, pero siempre de movilizar algo genuino en eso que se expone una vez que se superó el proceso creativo digamos”, agregó.

En tanto, la combinación entre la música electrónica y la popular que se escucha en el material, la cantante y productora explicó: “En cuanto a estilo creo que entra dentro de la categoría de pop electrónico, son canciones, luego prefiero no definirme personalmente en ese sentido para no condicionarme a mí ni a quien pueda gustarle mí música. Inevitablemente estoy atravesada por lo que me gusta, por lo que consumí toda mí vida en cuanto a lo musical, que ha sido y es de lo más variopinto, pero en parte hay una intención de mantenerme en contacto con lo que me rodea, con el territorio que hábito que hace que de una u otra forma se encuentren aires de expresiones más populares a pesar de ser un género de carácter electrónico 100%”.

Reafirmación personal

El lanzamiento de su primer disco solista es para Basso “un momento de reafirmación y de encuentro” con lo que pudo lograr hasta el momento en tanto búsqueda artística. “Es la cristalización de mí trabajo más personal y espero que halla muchos discos más después de este, en paralelo tengo mí banda Aguaviva incluso a principio de año saque un disco con Gabriel Schubert que se llama María, es un homenaje a Maria Elena Walsh con sonido 8bit. Este disco es especial porque representante mí trabajo como solista y eso es para mí un gran proceso”, confesó.

Un/a acompañante sin rostro

Tanto en los adelantos del material como en el video de “Mamá angustia”, aparece como protagonista alguien sin rostro, pálido, casi un maniquí con movimiento. “El personaje viste un traje zentai, que es de origen japonés, es de hecho lo que usan por debajo de los trajes los superhéroes”, comenzó explicando Basso sobre esa decisión estética.

“Me gustó más que nada la cuestión de lo impersonal, el hecho de que no se le vea el rostro permite que ese personaje sea en potencia habitado por cualquiera. Siempre representó, hasta ahora, a una mujer, que bien podría ser una parte mía o un monstruo o también mí monstruo, es al mismo tiempo quien encarna las historias de las canciones que acompaña, que a veces hablan de mí y a veces no. Esto permite una ambigüedad poética que le da lugar al misterio, esa es la imagen que genera, me parece, ese personaje, al menos esa es la idea”, concluyó.

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