Espectáculos

13º Jornadas de Poéticas Teatrales

En un circo de “desesperados”

Sergio D’Angelo coordina el montaje de “Puré de Tato”, una experiencia de la que participan más de treinta actores, con dirección de Romina Bozzini, Dana Maiorano y Simonel Piancatelli, que cierra este viernes las 13as Jornadas de Poéticas Teatrales. A las 21, en el CEC.


“Naturalmente, el teatro no es solamente un mensaje político, el teatro es una problemática estética donde uno configura una complejidad respecto de un tema en particular”, supo decir a este diario, hace algunos años, el siempre presente Eduardo “Tato” Pavlovsky, figura referencial del teatro argentino por varias décadas, quien falleció en octubre del año pasado, a los 81 años. Ahora, a modo de homenaje a uno de los más grandes maestros de la escena nacional que con su obra dramática, sus inolvidables trabajos como actor y sus experiencias en el terreno del psicodrama dejó una huella indeleble en su generación y en las venideras, la Escuela Provincial de Teatro y Títeres N°5029 puso en marcha hace un par de semanas las 13as Jornadas de Poéticas Teatrales, que luego de una serie de charlas, seminarios y encuentros dedicados a revisitar la obra del autor de Potestad tendrán esta noche, a las 21, en el CEC (Paseo de las Artes y el río), un gran cierre con Puré de Tato. Invenciones desesperadas sobre un país de idiotas. Se trata de un montaje teatral experimental y profuso sobre la obra de Pavlovsky, a partir del cual tres directoras aportan su mirada sobre tres puntos clave de su teatro, “y confluyen en el montaje de un mecanismo único que despliega sus pasiones y obsesiones”, según adelantan. Puré de Tato es una puesta con más de treinta actores en escena que participan construyendo y componiendo, desintegrando y volviendo al punto de partida sin descanso, “como en un circo de desesperados”.
“Junto con Romina Bozzini, Dana Maiorano y Simonel Piancatelli estamos trabajando desde mayo. Son tres directoras con búsquedas y estéticas muy distintas, y más allá de la propuesta de la Escuela de Teatro, que por lo general en el marco de las Jornadas de Poéticas Teatrales ofrece montajes diferentes sobre un autor o una poética en particular, ellas decidieron trabajar juntas y presentar una sola obra. El resultado es un montaje que une esas tres miradas sobre tres obras de Pavlovsky”, analizó el director y docente rosarino, radicado en Buenos Aires, Sergio D’Angelo, a cargo de la coordinación general y diseño de iluminación del espectáculo que, más allá de la función de esta noche, se sumará el mes próximo a la grilla del ciclo Teatro X la Identidad 2016.
Las obras elegidas para el montaje son El Cardenal (1991), El Señor Galíndez (1973) y Circus-loquio (1969). “Cada una de ellas trabajó con fragmentos de estas obras; en total son nueve escenas. Y el resultado es el de una obra muy coherente porque no se ven pedazos cosidos sino que hay todo un discurso; es un show que contiene toda esa enorme carga pavlovskyana”, analizó D’Angelo, que agregó: “Son más de treinta actores, y es un material humano y artístico sorprendente; son los actores, algunos con un poco más de experiencia y otros haciendo sus primeras armas, que en poco tiempo nos van a hacer temblar. Trabajar con ellos es como ver en escena un reflejo mío de hace treinta años pero mejorado, porque las nuevas generaciones tienen una formación más integral, están más preparados, tienen un gran entrenamiento”.
Finalmente, el director habló de la coherencia entre lo ético y lo estético en la obra del autor de Telarañas: “Pavlovsky plantea una línea de coherencia absoluta con una forma de pensar que nunca abandonó; tiene que ver con lo político y también con la artístico, porque la libertad que proclamaba políticamente también la practicó en su obra. Y así se ve en la evolución de su dramaturgia: cómo su lenguaje se fue completando en todos sus años de trabajo, un hecho que lo posiciona como uno de los pilares del teatro latinoamericano, porque Tato no tuvo que acordar con nada que no fuera su propia obra”.

“Un país de idiotas”

“Puré de Tato lleva como subtítulo «Invenciones desesperadas sobre un país de idiotas» porque es un texto de Pavlovsky que incluso figura en la obra, donde empiezan a contar un cuento que comienza: «Era un país de idiotas»”, expresó Sergio D’Angelo, que completó: “Tato describe ese país, que quién sabe cuál será (risas), de una manera sorprendente, porque aparece revelada la repetición permanente de nuestra historia. Y lo de «invención desesperada» tiene que ver con nuestro trabajo, con la intensidad de las escenas elegidas y con la energía desbordante de este grupo de actores”.

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