En un clima de tensión, el grupo de 60 personas que había contratado un viaje a Bariloche que nunca se concretó y por una presunta estafa por parte de un empresario identificado como Mauricio G., quien actuó en nombre de la empresa Grupo G, mantuvieron ayer una reunión en el club Centro Unión Progresista, de San Juan al 3600.
Allí, familiares de los alumnos de los colegios Bernardino Rivadavia y Justo José de Urquiza, junto con integrantes del Círculo de Sordos de Rosario –que también pagaron por nada– y particulares decidieron y anunciaron que mañana reclamarán “al supuesto empresario” la devolución de los pagos efectuados, más un resarcimiento por daños y perjuicios, lo que suma un total de 10 mil pesos para cada uno de los damnificados.
Pablo Pierri, abogado representante de los perjudicados, explicó a El Ciudadano que pactaron para mañana una reunión con el abogado del presunto estafador, a quien le efectuarán el reclamo. “Vamos a ver si llegamos a un acuerdo extrajudicial. Si es a corto plazo le vamos a pedir una suma de 10 mil pesos por persona, incluida la devolución del viaje, por daños y perjuicios”, detalló el letrado.
Pierri –con voz esperanzadora– dijo a este diario que tienen una gran expectativa de que la otra parte tenga voluntad conciliadora, “ya que a este grupo de 60 personas le robaron la ilusión de viajar al sur”.
“Le dimos el poder al abogado Pierri para que nos represente. Iban a viajar mi mujer, mis dos hijas y mi nieto, y nos rompieron la ilusión. A mi nieto de seis años todavía no le puedo hacer entender lo que pasó. A este estafador le voy a sacar hasta las ganas de comer. No se juega con la gente”, gritaba a viva voz Luis Díaz, familiar de un grupo de damnificados.
El grupo tendría que haber salido de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno este jueves, a las 14, hacia Bariloche. Cada familia pagó una suma de casi 4 mil pesos por pasajero, con siete días y cinco noches de estadía y dos excursiones.
Los damnificados estuvieron más de 12 horas en la estación de colectivos aguardando el micro, que nunca llegó. Finalmente anteayer hicieron la denuncia formal y fueron a escrachar al dueño de la agencia en su domicilio particular, en Constitución al 1000, reclamándole la devolución del dinero y la reparación el daño ocasionado. Allí también se hizo presente, para mediar y contener la ira de los damnificados, el fiscal Lucas Altare. No llegó a calmar la ira, que iba en aumento: es que el Grupo G no está reconocido como agencia en el sitio oficial del Ministerio de Turismo de la Nación –www.turismo.gov.ar–, algo que los damnificados comprobaron cuando ya era tarde. En ese marco, el vicepresidente de la Asociación Rosarina de Agencias de Viajes (Arav), Lisandro Cristiá, explicó a este diario que que “es importante que los viajeros consulten en la página del Ministerio” para corroborar que la agencia que contrataron “esté habilitada”.
“No es habitual que se hagan este tipo de estafas. Pero cuando una agencia ofrece un precio excesivamente bajo hay que desconfiar”, sugirió Cristiá. El empresario agregó que “son chequeos mínimos” los que hay que hacer. “En Rosario hay aproximadamente 250 agencias habilitadas, de las cuales 170 son socias de Arav, y justamente ésta no era ni socia de Arav, ni estaba habilitada”, concluyó Cristiá.
“No se puede”
Los damnificados, reunidos en la tarde de ayer con su abogado para definir los pasos a seguir, pidieron no ser retratados para esta nota. El fotógrafo de El Ciudadano respetó la decisión y se resignó a tomar una imagen del frente de la institución donde transcurría el cónclave. Pero, para su sorpresa, un agente policial uniformado que custodiaba el ingreso al Centro Unión Progresista lo paró en seco: “No se puede sacar fotos”, le dijo.
“¿Cómo? ¿Y por qué?”, inquirió el reportero gráfico. La pregunta quedó sin respuesta.
Y también sin lógica, ya que con sólo ingresar al servicio Street View de Google, cualquier usuario de internet de cualquier lugar del mundo puede ver imágenes de cualquier dirección de Rosario, como muestra la foto.
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