Conciertos

Canciones para frenar el tiempo

En dos shows, Matías Guastoni presenta “Frío”

En su segunda placa, el guitarrista hace una invitación al oyente para que piense su propia vida en el presente. Será esta noche y mañana, junto a La Vitrola, en Teatro Pichincha.


“Así pues, los medios calientes son bajos en participación y los fríos altos en compleción por parte del público”, escribe el guitarrista Matías Guastoni, citando al filósofo canadiense Marshall McLuhan, en la contratapa de Frío, su segundo disco, que estrenará con dos conciertos, esta noche y mañana, desde las 21, en el Teatro Pichincha (Vera Mújica 214).

En el álbum que edita junto a La Vitrola, grupo formado por Bruno Moreno (teclados), José Matteucci (batería) y Walter Parola (bajo), el músico oriundo de la localidad de Capitán Bermúdez concede protagonismo a la instrumentación. De hecho, se trabajaron los arreglos, “para que no estén sonando todos los instrumentos al mismo tiempo y así  desarmar los acordes para tener un audio más beatle”, contó Guastoni en diálogo con El Ciudadano.

En sus diez temas, el disco mixtura un sonido simple y heterogéneo con letras que ofrecen abundante contenido crítico que extiende al oyente una invitación a pensar la propia vida en el presente. Porque, en definitiva, se trata de canciones que, en su desnudez, expresan latencias críticas que incitan a tomar el control sobre las acciones cotidianas.

“Es una cuestión de edad”, dijo el músico de 30 años. “Veo  cómo pasa el tiempo con las redes sociales y los medios–ahondó–; todo es tan rápido que no hay tiempo para detenerse a pensar; incluso para pasar tiempo con uno mismo”.

“Al componer trato que las canciones sean sinceras. A eso remite el título del disco: que las letras no sean completamente directas y cada quien puede recrearlas y ahondar un poco más en las cuestiones que describo”, dijo en referencia a los medios fríos que describe McLuhan. Y subrayó: “La idea es que el contenido de las letras haga pensar”.

Canción de corte pop como “Desde un parlante” convive con una rockera como “Oda in Vitro”, la balada “El vientre del día”, “Tengo la canción” con aires de candombe y “Colibrí”, donde aparece cierta influencia del Flaco Spinetta.

En 2012, el músico grabó Espera, su primer disco. Y tres años más tarde fue seleccionado para formar parte del programa “Más cerca del arte” que le permitió presentarse en la sala la Ballena Azul del Centro Cultural Néstor Kirchner y grabar sus canciones en el Centro de Investigación Aplicada a la Música que funcionó en Tecnópolis.

“Tocar ahí fue fantástico. No podíamos creer que tuviéramos como público al Negro (Horacio) Fontova y a Teresa Parodi. Fue una experiencia hermosa”, recordó el guitarrista que arrancará el 2017 mudándose a Buenos Aires en busca de un sueño. “Lamentablemente, Argentina no es un país federal. Por decantación, siento que tengo que irme a Buenos Aires, primero, por su circuito mucho mayor, y segundo, por que se puede tener una continuidad que lamentablemente acá no se da”, completó.

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