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Panorama Político

En busca de resultados a plazo fijo

Hace tiempo que los hechos policiales tiñeron las páginas de política de los diarios y las influencian de forma decisiva. Ni hablar de la televisión, que aprendió a vivir de un espectáculo donde otros ponen el guión, la escenografía, el drama y los actores protagónicos.


Hace tiempo que los hechos policiales tiñeron las páginas de política de los diarios y las influencian de forma decisiva. Ni hablar de la televisión, que aprendió a vivir de un espectáculo donde otros ponen el guión, la escenografía, el drama y los actores protagónicos. Es todo parte de una progresión que ya lleva tiempo, pero que especialmente se acentuó en los últimos años, de forma directamente proporcional a como la problemática de la seguridad pública ganaba espacio en la preocupación de la gente.

En Santa Fe ese estado de cosas está elevado a la enésima potencia. La seguridad pública y, subtemas como el narcotráfico, alimentan día a día noticias que responden a una misma raíz pero contaminan y se dispersan en las secciones Policiales, Política, Ciudad.

El día a día

El asesinato del padre del clan Bassi y un extraño secuestro con indicios claros de pase de cuentas entre bandas narco, ambos hechos ocurridos esta semana, removieron el avispero y ganaron centímetros y minutos en medios fronteras afuera de la provincia.

Coincidió con la primera semana de gestión del gendarme Gerardo Chaumont como segundo del ministro Raúl Lamberto. Por los antecedentes de la provincia y el país, en el periodismo y en los pasillos políticos se leyó como una macabra “bienvenida” de la Policía o de bandas organizadas al flamante funcionario. Esta vez el gobierno no cree en la hipótesis conspirativa: lo vio como una confirmación más de que la sangrienta ley del golpe a golpe entre bandas o clanes familiares está vigente en las calles de la ciudad.

El otro hecho de magnitud fue la manifestación de entre 3 mil y 4 mil vecinos reclamando seguridad en Villa Constitución, una de esas ciudades pequeñas de interior de provincia que perdieron la calidad y ritmo de vida al que estaban acostumbradas.

Una serie conmocionante de hechos de robos con mucha violencia colmó la paciencia.

La principal víctima política fue el intendente Rodolfo Vaquié, quien en un momento tuvo que retirarse del lugar en medio de insultos y abucheos. No fue el blanco exclusivo, pero fue el que mayor costo pagó.

Con plazo fijo

En ese contexto, Gerardo Chaumont salió a escena con un diagnóstico muy acertado de lo que le demanda la sociedad al gobierno santafesino. Dio en el clavo en cuanto a los frentes inmediatos de los cuales debe ocuparse; ahora tiene que salir a la cancha a conseguir resultados.

Según las primeras señales que dio después de su presentación en la reunión del gabinete provincial, la Subsecretaría de Control de Fuerzas Policiales, a cargo del abogado Ignacio del Vecchio, y la Secretaría de Delitos Complejos, dirigida por la comisario Ana Viglione, serán dos pilares esenciales para su trabajo.

A nadie se le escapa que a Chaumont lo corre el tiempo. Las circunstancias le demandan conseguir, más que soluciones, resultados en relativo corto plazo. El final del mandato de Antonio Bonfatti está a un año de distancia y la campaña electoral transita el preámbulo.

Su misión es conseguir en esos plazos lo que el Frente Progresista no logró desde 2007 para acá. El deterioro de la seguridad pública y las multidireccionales consecuencias del narcotráfico –ya se dijo hace tiempo aquí– son los factores que ponen en riesgo la continuidad en la Casa Gris.

Ni la decisión política de postergar reparaciones de ruta o avanzar en cámara lenta en la construcción de los hospitales nodales iniciados en 2008 para privilegiar otras urgencias, ni los cortes de energía que seguramente volverán en el verano, conllevan por sí el potencial de un castigo electoral capaz de sacar del gobierno al Frente. No es ahí a donde radicales y socialistas se juegan la continuidad.

Inestimable colaboración

El secretario de Seguridad no ha dejado de destacar la colaboración del Ministerio de Seguridad de la Nación y por momentos la sobreactúa. Sabe que es imprescindible contar con ese apoyo para dar respuesta en la calle, pero además porque la presencia de fuerzas federales es una red de respuesta inmediata si es que las cosas se ponen tirantes con sectores de la Policía local que interfieren en la vida interna y la cadena de mando.

En noviembre se va a cumplir un año del abrupto giro en las relaciones institucionales entre la Nación y provincia y municipio. Pasaron del enfrentamiento completo a una etapa colaborativa. Chaumont hereda ese estado de cosas como un activo y se propone usufructuarlo mientras dure.

Los que juegan en Rosario

Roberto Sukerman, por el Frente para la Victoria, y Pablo Javkin se lanzaron para disputarle la intendencia a Mónica Fein en 2015.

Los dos comparten un rasgo: son sub 50 y no les va la vida en esta elección. Tienen en claro que si les resulta bien será un golazo, y si no habrán cumplido el objetivo de posicionarse e instalarse como alternativas en el futuro inmediato.

Sukerman hace mucho tiempo que tomó la decisión de competir por la Intendencia sin esperar a nadie. Su lanzamiento, casi en orfandad, se explica en que los tiempos de un candidato novato no se condicen con los del justicialismo santafesino, que va a estirar los plazos hasta último momento en busca de acuerdos que pueden llegar o no.

Javkin ganó su primera batalla al suplantar a Jorge Boasso como referente radical para dar pelea al socialismo.

El eterno concejal registró esa “intromisión”. También vio que sectores del partido que en la anterior elección lo apoyaron a él, ahora prefieren sangre joven. Preferencia, además, que está atada a un planteo que Javkin le hizo a Mario Barletta y al grupo de la universidad de Rosario: que no haya otro competidor en la interna del Frente que le reste votos radicales, al menos de esos sectores. Se refería a Jorge Boasso.

Boasso nunca pudo superar el techo de la concejalía, pero así y todo hace tiempo es el radical más votado de la ciudad. Entonces, como respuesta al desembarco de Javkin, amaga a irse con el massismo rosarino, que hoy por hoy es un grupo de sindicatos peronistas donde también abreva el concejal Diego Giuliano. Es una forma de recordarles a sus correligionarios que podrán prescindir de su candidatura pero no de sus votos. Este estado de cosas se hizo patente días atrás en ocasión de una convocatoria que hizo la intendenta a los concejales del Frente Progresista. Boasso no concurrió; sus compañeros de bloque María Eugenia Schmuck y Sebastián Chale sí.

Los pasos de la intendenta

La intendenta mejora sus chances cuantas más candidaturas se presenten a la interna del Frente Progresista. La dispersión de los votos fortalece su piso, que es el más alto.

La campaña de Fein va a estar confiada al impacto del paquete de obras públicas que se ejecuta en los barrios, que es donde el socialismo consolidó su liderazgo en las dos últimas elecciones, y a conservar su peso en los sectores del centro y macrocentro.

En los próximos 20 días enviará al Concejo Municipal el proyecto de presupuesto 2015.

Ese último mes y medio del año será agitado para la Intendencia porque se juega mucho.

Toda la presión se trasladará al Palacio Vasallo, y no sólo porque el presupuesto incluye el aumento de la Tasa General de Inmuebles, sino también por el transporte urbano de pasajeros.

Al igual que a fin de año pasado, los dos temas más polémicos que enfrentan los gobiernos de Rosario, volverán a confluir en tiempo y espacio y sólo pueden ser aprobados con la concurrencia de al menos un bloque de la oposición. Será para alquilar balcones.

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