Ciudad

Atrincherados

En barrio Tango se protegen de los robos detrás de un zanjón

Cansados de padecer los vecinos del lugar contrataron una excavadora para cortarles el paso a los delincuentes.


Vecinos del barrio Tango, emplazado en la zona de San José de Calasanz (continuación de avenida Mendoza) al 9000, hicieron cavar un zanjón sobre una calle de tierra a la que consideran un paso desde el cual acceden delincuentes a bordo de motocicletas y carros, ingresan desde desde la autopista a Córdoba y se adentran en el vecindario para cometer ilícitos, según denunciaron.

La iniciativa surgió de residentes de ese lugar de la zona oeste de Rosario, quienes, cansados por la creciente ola de robos, ya habían adoptado medidas paliativas como la contratación de una empresa de seguridad privada y la instalación de cámaras comunitarias y alarmas. Pero ahora decidieron ir más allá: alquilaron una retroexcavadora con la que se abrió un zanjón de unos 50 metros sobre una calle de tierra que muchos utilizaban, a pesar de no estar habilitada para tal fin, como conexión con la autopista. Es que –aseguran– esa arteria se convirtió en el principal acceso de ladrones motorizados.

Barrio Tango está ubicado entre la continuación de mendoza a la altura del 9000 (al norte) y la autopista a Córdoba (al sur).

“Trabajamos para cuidarnos entre nosotros, pero queremos abordar el tema con las autoridades. Lo que hicimos no es más que una traba mecánica para evitar el ingreso de motos o carros”, comentó a El Ciudadano Silvana Cabeza, una de las vecinas.

La versión coincide con la de Carlos y Heber, dos vecinos que describieron como “terrorífica” la situación en horario nocturno. “Se empiezan a escuchar ruidos de motos que se meten al barrio. Esto se acentúa en los días de lluvia, cuando los ladrones aprovechan el ruido del agua para hacer entraderas”, señalaron.

Asimismo, los hombres destacaron que muchos se comunican por mensajes de texto con los guardias de la seguridad privada para que éstos los aguarden en las paradas de colectivos y los acompañen hasta las puertas de sus casas. La necesidad de contratar a los agentes surge por la “ineficiencia de la policía” cuya dependencia más cercana, la subcomisaría 23ª, se encuentra a dos kilómetros del lugar.

“La policía está muy lejos y tiene un solo móvil. Más que debatir si lo que hicimos es legal, debemos analizar por qué tenemos que defendernos solos”, explicó Cabeza.

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