Ciudad

Empleados de un laboratorio lavan autos y venden tortas

Por Santiago Baraldi.- Trabajaban para Laboratorio Apolo, cuyo dueño desapareció a fines de abril pasado y dejó a 120 familias en la calle.


El Laboratorio Apolo, empresa farmacéutica dedicada a la fabricación, fraccionamiento y envasado de soluciones parenterales de gran volumen, inyectables y productos de farmacopea, dejó a 120 trabajadores en la calle. Desde el pasado 26 de abril “los dueños desaparecieron, no los vimos más, cerraron sus celulares y no se presentaron en el Ministerio de Trabajo cuando fueron citados”, explicó Alejandro Alegre, uno de los damnificados.

Apolo provee de sachets de suero a hospitales y sanatorios de todo el país y ha llegado a producir más de un millón y medio de unidades por mes, con una facturación de 44 millones de pesos anuales. Hoy los trabajadores tomaron el establecimiento de Alem al 2900, en barrio Tablada, y subsisten como pueden: las mujeres elaboran tortas y pastelitos para vender, y los hombres lavan autos “para que cada uno lleve algo de dinero a su casa”.

La deuda con los empleados asciende a 3 millones de pesos, entre los cuatro sueldos y los aguinaldos que quedaron impagos. Los dueños, oriundos de Buenos Aires, “desaparecieron” casi de un día para el otro, sintetizó Alegre, quien además narró cómo se dieron los hechos: “Esto comenzó hace ocho meses, cobrando mal el sueldo, fraccionadamente, hasta que el 26 de abril el gerente Néstor Videla nos comunicó que era el último día de trabajo porque debían cerrar diez días para refacciones. Nos adelantaron a cada uno 800 pesos y cuando volvimos, a la semana siguiente, no había nadie. Estaba cerrado, faltaban elementos, papeles, carpetas, incluso desmantelaron parte del laboratorio llevándose instrumental de valor como un cromatógrafo y un polarímetro. Por eso tomamos el laboratorio de manera pacífica para que no se lleven nada más”.

Lo que agrava aún más la situación son las llamadas por parte de clientes que los empleados reciben cada día para reclamar la entrega de pedidos que ya fueron abonados con antelación. Justo ayer, mientras El Ciudadano hablaba con los trabajadores que quedaron en la calle, desde Venado Tuerto reclamaban por 10 mil sachets de suero que ya se habían pagado. “No hay más stock, hoy hay desabastecimiento en los hospitales locales y en las provincias; recibimos llamados de Catamarca, Córdoba y Entre Ríos y ya no sabemos qué decirles. Apolo produce para todo el país, incluso exporta, no entendemos cómo esta gente de un día para otro vació una empresa que dejaba al año 44 millones de pesos”, dicen, incrédulos.

El laboratorio fue fundado hace 38 años por los hermanos Antonio, Rafael y Francisco Iudica, quienes lo vendieron en 2005 ante la imposibilidad de continuar con la producción. Lo compró un empresario de Buenos Aires, Juan Manuel Salinas, quien es el que hoy no da señales de vida. “Al laboratorio querían vaciarlo, de hecho lo hicieron, porque no dejaron plata, no invirtieron un centavo en la planta, hay problemas judiciales… Cuando comenzaron las deudas con los proveedores dejaron de dar la cara, venían a la puerta. Hemos sufrido mucho, incluso mataron a un compañero en un asalto. Éste es el laboratorio más grande a nivel nacional, el único que exporta”, agregó Alegre.

Los trabajadores concurrieron ayer a una audiencia en el Ministerio de Trabajo, pero nada cambió. “El Ministerio no se puso al frente de este problema, le hemos pedido audiencia a la intendenta Mónica Fein y tampoco nos atiende. Estamos a la deriva, apoyados sólo por el Sindicato de la Sanidad de Rosario, que sigue la lucha con nosotros, pero estamos a la deriva. Hemos tenido contacto con algunas organizaciones y sabemos que es difícil armar una cooperativa, hay que tener un capital inicial que hoy no disponemos. Estamos a la espera de que aparezca alguien y quiera comprar el laboratorio”, sostuvo el trabajador.

Los hermanos Iudica, anteriores dueños, se presentaron al Ministerio de Trabajo como solidariamente responsables. “Pero se ve que el señor Salinas está acostumbrado a estos defalcos, está procesado por estafar al Pami, tiene pedido de captura por eso, tiene pedido de captura en Paraguay por adulterar sueros, además ha quebrado un par de sanatorios en la provincia de Buenos Aires”, subrayó Alegre.

Apolo era el único laboratorio “que hacía lo que se denominan ‘soluciones especiales’, utilizadas en las emergencias, como bicarbonato, ringer lactato (se utiliza para las embarazadas al momento del parto), cloruro de potasio y manitol. Tenemos el caso de un nene con un problema de riñón que debe tomar bicarbonato; su madre vino de Buenos Aires porque ya no conseguía el bicarbonato y le dimos la última caja que teníamos, no sé si las autoridades dimensionan el problema”, finalizó Alegre.

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