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Reflexiones

Emergentes, los más golpeados por la crisis

Los mercados emergentes son los más golpeados por la fuerte turbulencia que afecta a las Bolsas alrededor del mundo.


Los mercados emergentes son los más golpeados por la fuerte turbulencia que afecta a las Bolsas alrededor del mundo. Sucede que los precios en moneda dura de las acciones también reflejan las devaluaciones que se sucedieron alrededor del mundo. Como consecuencia, uno de los principales índices que agrupa a papeles de países emergentes acumula una caída del 26 por ciento en dólares desde los máximos alcanzados en marzo, aunque algunos mercados (excluido China) pierden hasta el 30 por ciento.

Aun con este signo negativo, la del martes fue una jornada de alivio para los emergentes, con subas que oscilaron entre el 1 y el 1,5 por ciento. En ese sentido, consiguieron mantenerse a flote, sobre todo por la recuperación del petróleo, pero no resultó un movimiento significativo.

Para el mundo emergente, la crisis empezó mucho antes de la devaluación del yuan, que ocurrió hace veinte días. El ajuste arrancó ya a partir de abril, y por dos vías: el impacto generado por la caída de los precios de las materias primas (especialmente el petróleo) y la posterior devaluación que sufrieron las monedas. Prácticamente nadie se salvó de este movimiento: el real se devaluó un 25 por ciento, el peso colombiano un 27 y el peso mexicano más del 15 por ciento, por sólo nombrar algunos casos sucedidos en América latina. También las monedas del sudeste asiático sufrieron caídas parecidas contra el dólar.

Otros índices más específicos de la región sufrieron en forma significativa. El índice BIK, que agrupa a acciones del bloque Bric (Brasil, Rusia, India y China), presenta una merma similar del 27 por ciento desde los máximos alcanzados en abril. Obviamente que la caída de la Bolsa china impacta, pero sólo parcialmente. Sin embargo, ninguno de los otros mercados tuvo un desempeño significativamente superior que haya permitido compensar aquella debacle.

Esta evolución contrasta con lo ocurrido tanto en Europa como en Estados Unidos, que recién en los últimos días se pusieron negativas en relación con el rendimiento anual. Y ninguno de los principales mercados desarrollados acumula aún caídas superiores al 15 por ciento desde sus máximos. De todas formas, en caso de continuar la tendencia negativa no se descarta que Wall Street también ingrese en lo que en la jerga financiera se denomina bear market, o mercado bajista, que se da cuando los papeles acumulan mermas superiores al 20 por ciento.

Las principales acciones latinoamericanas atraviesan un fenómeno similar al resto de los emergentes, afectadas por la caída en el precio de los commodities como el petróleo, el cobre y la soja, además de las bajas de las monedas contra el dólar. El índice ILF, que agrupa las 40 acciones más importantes de la región, acumula una merma de nada menos que el 30 por ciento desde los máximos de mayo. Obviamente que la mayor parte del peso de este índice son las acciones brasileñas, pero también impactan negativamente las caídas de México, Colombia y Perú.

En el horizonte no hay demasiado margen para el optimismo. No se vislumbra que las monedas empiecen a recuperarse contra el dólar. Al contrario, la perspectiva de una suba de tasas en los Estados Unidos podría darle aún más impulso a la divisa norteamericana.

Y tampoco se ve un rebote en los precios de las materias primas, más allá de algún repunte circunstancial.

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